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El Consistorio acumula 64 millones en multas sin cobrar de otros años

El Consistorio acumula 64 millones en multas sin cobrar de otros años

Los impagos en sanciones de tráfico suponen casi la tercera parte de toda la morosidad de los contribuyentes

Paco Moreno

Sábado, 12 de diciembre 2015, 17:53

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El impago de las multas de tráfico se ha convertido en un quebradero de cabeza para los responsables municipales, que comprueban en cada balance de ejecución del presupuesto cómo la cifra apenas disminuye. En el último documento, correspondiente a octubre, ya suponía una morosidad de los contribuyentes de 63,8 millones de euros.

Esta cifra supone casi la tercera parte del monto total de apartados pendientes de cobro, incluso por delante del Impuesto de Bienes Inmuebles, una de las principales vías de ingresos para las arcas municipales y que alcanza los 55,4 millones de euros.

Esta es la razón de que el concejal de Hacienda, Ramón Vilar, quiera mejorar la gestión del cobro de sancione de tráfico. En los últimos meses se han intensificado las gestiones con la Generalitat, aunque la Agencia Tributaria Valenciana, uno de los instrumentos posibles, es un organismo que carece de plazos.

De ahí que una alternativa sea la contratación de una empresa especializada en cobrar sanciones a vecinos que no estén empadronados en Valencia, una vez se logre el permiso definitivo de la Administración autonómica. En el anterior mandato, se estimó que la recaudación podría subir un millón de euros en cada ejercicio sólo reforzando esta vía de cobro.

La morosidad total que sufre el Ayuntamiento, lo que le deben, asciende a 222,39 millones de euros, siempre referido a ejercicios cerrados. El documento abarca desde el ejercicio de 2001 a 2014 y en muchos casos se trata de ingresos de imposible cobro por el tiempo que ha pasado.

Conforme se van anulando desaparecen de la estadística contable, por lo que del ejercicio de 2001 sólo quedan vigentes 474.297 euros. Esto contrasta con los 56,86 millones de euros del pasado año. Los derechos anulados cobran cada vez más importancia debido a los recursos presentados por los contribuyentes, acuciados por la crisis y beneficiados por el auge de las empresas que tramitan las peticiones.

La palma de la morosidad se la lleva, como no podía ser de otra manera, lo referido a impuestos sobre el capital (114,4 millones), así como los impuestos directos, que se elevan a 123,4 millones. En cuanto a lo que ocurre ese año, a caballo entre dos gobiernos municipales de distinto color político, la cantidad pendiente de cobro en multas de tráfico llega a 6,9 millones de euros. La previsión del ejercicio es alcanzar una recaudación de ocho millones, lo que ya es inviable debido a que a falta de dos meses hay 4,4 millones en la caja municipal.

Esta es la razón de que la expectativa para el próximo año haya bajado, lo mismo que ocurre con los ingresos por la grúa de retirada de vehículos. La Policía Local ha rebajado de manera notoria la presión sobre los conductores, al menos en el número total de boletines.

Esto ha tenido su reflejo en los presupuestos municipales de 2016, que ha bajado sus expectativas de cobro en 2,8 millones de euros, para ajustar más las cuentas a la nueva situación. Los agentes han tramitado hasta octubre un total de 11,4 millones de euros en sanciones de tráfico, casi la mitad que hace un año.

Un apartado que se ha disparado este año, aunque con cifras mínimas en comparación con las anteriores, es el que se refiere a las multas urbanísticas. El presupuesto inicial ascendía a 63.500 euros, aunque los diez primeros meses del año se ha impuesto sanciones por valor de 150.947 euros.

La tasa de mesas y sillas empieza a ser también un problema para el Ayuntamiento. La previsión de este ejercicio era de 2,25 millones de euros, aunque la matrícula ascendió finalmente a 2,24 millones. De esta cantidad todavía hay pendiente de cobro 726.065 euros.

El Consistorio aplica desde el anterior mandato el marcado de las terrazas, con el propósito de que los agentes identifiquen de un simple vistazo que el número de mesas y sillas cumple con la autorización. Además, es una primera pista de que todos los papeles están en regla. El problema es que de las 3.200 terrazas hay marcadas medio millar y el resto siguen a la espera.

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