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Urgente Mueren una mujer y un hombre en Asturias arrastrados por el oleaje
Los agentes Mario Sánchez (izquierda) y José Alfonso. :: lp
Ángeles vestidos de uniforme

Ángeles vestidos de uniforme

«Teníamos un 10 por ciento de posibilidades de que saliera bien y al final lo conseguimos», relatan los agentes

JOAN MOLANO

Viernes, 9 de octubre 2015, 00:03

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La historia que se cuenta a continuación encuentra pronto una respuesta al por qué sucedió: vocación. Es la línea marcada entre dar todo y emplearse con reservas. Dos agentes municipales de Valencia demostraron esta semana la decisión y la valentía que se le presupone a las Fuerzas de Seguridad del Estado. Su actuación sirvió para salvar una vida.

Mario Sánchez y José Alfonso son dos policías locales que pertenecen a la unidad de motoristas de tráfico en la ciudad de Valencia. Entraron en el cuerpo en 2006 y llevan patrullando juntos desde hace cinco años. En todo ese tiempo nunca habían tenido que afrontar en primera persona una situación como la que se les presentó el pasado martes 6 de octubre. «Habíamos presenciado un incidente igual hacía una semana, aunque con un final muy distinto», cuenta Sánchez.

Estos 'águilas', así se les conoce a los de su sección en la policía municipal, circulaban pasadas las 12 del mediodía por la zona centro de la capital del Turia como en otros días de trabajo, controlando y regulando la circulación. A su paso por la calle de las Barcas con Virués, coincidiendo con el paso de una unidad de caballería de la Policía Nacional, una joven les alertó sobre un hombre, de 69 años, que se había desplomado y se encontraba tirado en el suelo. De inmediato, Sánchez y Alfonso accedieron a la peatonal con sus motocicletas y se acercaron a socorrerle. «Estaba semiinconsciente, no hablaba, le fallaba el aire. Llevaba un golpe en la cabeza por la caída, su pulso era débil e iba a menos», recuerdan a LAS PROVINCIAS.

Al comprobar el grave estado en el que se encontraba el hombre, reclamaron por radio asistencia médica urgente. Mientras llegaba el SAMU, el afectado entró en parada cardiorrespiratoria. «No le encontrábamos el pulso, teníamos que reaccionar rápidamente», cuentan. Fue entonces cuando comenzaron a realizarle las maniobras de reanimación cardiopulmonar.

Mientras Sánchez se encargaba de llevar a cabo las compresiones torácicas en el centro del pecho, Alfonso le realizaba el boca a boca. «A los 15 minutos volvió a respirar. Le pusimos de costado, en posición de seguridad, para dejar la vía respiratoria abierta», relatan. Le habían devuelto la vida a Manuel Germán.

«Con ayuda del compañero de la Policía Nacional conseguimos la cartera del enfermo para que los servicios médicos pudieran tener toda la información posible del afectado en el momento», dicen. El equipo del SAMU llegó al lugar al poco tiempo y logró estabilizar al hombre después de 45 minutos de maniobras de reanimación. «Volvió a dejar de respirar, tenía en mi mente el episodio de la semana anterior en el que la persona no salió adelante, pero por suerte, no se repitió con nosotros», afirma Sánchez. «Teníamos un 10 por ciento de posiblidades de que saliera bien y al final lo conseguimos», agrega.

Manuel Germán fue trasladado al Hospital Clínico e ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos. Al día siguiente, los dos policías se acercaron al centro médico para preocuparse por el enfermo. «La esposa estaba muy agradecida con todos los que intervenimos para salvar en ese momento a su marido», comentan satisfechos los agentes.

Le salva la vida

El relato de estos policías locales llegó una jornada después de que César García, un policía nacional de Valencia, se luxara un hombro y se llevara varios golpes al evitar que un joven, de más de 100 kilos de peso, se arrojara desde la terraza de su vivienda en El Cabanyal. Le lanzó a pulso al interior de la azotea mientras forcejeaban, poniendo en peligro su vida.

César García, un agente de la Policía Nacional, impidió la noche del pasado lunes 5 de octubre que un hombre se arrojara al vacío desde la terraza de su vivienda en el barrio de El Cabanyal, una casa de acogida para enfermos mentales.

El policía logró agarrar al joven, de más de 100 kilos de peso, y devolverlo al interior de la azotea justo en el momento en que iba a lanzarse a la calle. El hombre, con problemas psiquiátricos, se puso agresivo y llegó a propinarle varios golpes mientras el agente le sujetaba.

Tras varios intentos, García consiguió finalmente elevar al hombre lo suficiente como para empujarle dentro de la terraza. Una vez en el suelo, el varón que pretendía lanzarse siguió resistiéndose violentamente. Otro policía nacional que permanecía en la calle subió rápidamente a auxiliar a su compañero, logrando entre los dos sujetar al joven. Una vez que el personal sanitario atendió al hombre en el domicilio, se acordó su ingreso en el Hospital Clínico de Valencia.

García, que sufrió una luxación en su hombro izquierdo, afirmó a LAS PROVINCIAS que sintió una gran satisfacción por haberle salvado la vida a ese señor en ese momento y agradeció la colaboración de su compañero que, desde la calle, intentó convencer al joven de que no se lanzara, distrayéndole y dándole tiempo a él para entrar en la casa y acercarse a la azotea sin alertar al sujeto.

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