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A. RALLO
Lunes, 21 de septiembre 2015, 00:23
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El falso médico detenido en Valencia tenía experiencia en hacerse pasar por lo que no era. Su arresto de esta semana no era su primera incursión en profesiones para las que no tenía la cualificación requerida. El joven, de 34 años, arrastra un largo historial de antecedentes. Un curriculum delictivo en el que destaca el intrusismo y la estafa como principales 'méritos'. Su habilidad le permitió incluso conseguir una hipoteca para adquirir un inmueble. Aportó nóminas falsas de un hospital de la Comunitat y otro supuesto sueldo de docente de una universidad valenciana.
Las investigaciones policiales comenzaron el pasado mes de julio tras una denuncia por una estafa con una tarjeta de crédito. Al parecer, por aquel entonces actuaba junto a su compañera sentimental, que también quedó detenida.
Las pesquisas continuaron. Dos meses más tarde, los especialistas obtuvieron nuevos datos que condujeron de nuevo al arresto del sospechoso, operación que ayer adelantó LAS PROVINCIAS. En su domicilio se encontraron las falsas nóminas, ordenadores, recetas y talonarios. Todo lo que habitualmente emplea un médico. Incluso tenía radiografías de supuestos pacientes. Los agentes también rastrean si aprovechó estos documentos para prescribir fármacos que aumentan la musculatura. Tal y como ayer publicó este periódico, disponía de una especie de consulta en ese mismo domicilio.
Una de las víctimas de este facultativo ha reconocido que el ahora detenido llegó a hacer un informe previo antes de una intervención de reducción de estómago. Le recetó incluso algunos medicamentos, según admitió el paciente a los policías. En otro caso, consiguió acceder a un quirófano donde una mujer estaba siendo operada en ese momento del corazón.
La estrategia del joven para conseguir clientes conllevaba cierto riesgo. Acudía a diferentes hospitales de la Comunitat, se enfundaba una bata y se acercaba a pacientes que aguardaban su turno en las instalaciones. Entonces les recomendaba su consulta para recibir una atención más personalizada.
La policía considera que los hechos son constitutivos de un delito de instrusismo, estafa y falsedad documental. También podría ser acusado de un delito contra la salud pública si se demuestra que al prescribir medicamentos puso en riesgo la salud de alguno de sus pacientes. Sólo durante el pasado año, la Policía de la Generalitat descubrió a nueve falsos profesionales. El Colegio de Médicos recomienda denunciar a la más mínima sospecha.
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