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Paco Moreno
Martes, 25 de agosto 2015, 17:27
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Sentado en un banco, en silencio y con un ligero y agradable calor, uno de los vecinos de las 27 torres de apartamentos de El Saler descansa tomando el sol de la mañana. Es uno de los 5.000 residentes que pasan el verano (algunos todo el año) en un lugar paradisíaco, aunque también susceptible de convertirse en una trampa en caso de un incendio por la falta de poda.
Es lo que opina la asociación de vecinos la Devesa, que presentará de nuevo alegaciones al Plan de Usos de la Albufera pidiendo un perímetro de seguridad, zonas de evacuación y mejoras en las señales de emergencia en la zona, entre otras necesidades urgentes.
El documento quedó en fase de borrador en la anterior legislatura, por lo que es una incógnita si seguirán los trámites o se hará borrón y cuenta nueva. La presidenta de la entidad vecinal, Ana Gradolí, recordó que en diciembre de 2014 presentaron alegaciones, de las que no han recibido contestación. "No suelen contestar", se lamentó.
La misma solicitud se hizo al Ayuntamiento, que en los últimos meses ha realizado "podas puntuales y abatido los árboles que prácticamente estaban sobre los apartamentos", aseguró. Una visita a la zona confirma que algunos ejemplares de gran tamaño han desaparecido, mientras que los tocones de otros están en un lugar cercano para favorecer de este modo el desarrollo del parque natural.
"Abatieron muchos pinos cuando hicieron las dos malladas", consideró Gradolí, por lo que "no veo tanto problema en crear un cordón de seguridad alrededor de nuestras viviendas". Según el censo de los vecinos, en verano hay al menos 4.770 residentes, donde además la mayor parte de la población es "de edad media y avanzada porque esta es una zona residencial desde hace mucho tiempo", en referencia a la urbanización de la Devesa promovida desde los años 70.
Desde que se paralizaron esas obras y comenzó la regeneración del parque en los años 90 con la eliminación del paseo marítimo, los apartamentos se han convertido en una patata caliente para cualquier Administración. El concejal de Devesa-Albufera, Sergi Campillo, afirmó en una entrevista a LAS PROVINCIAS que no plantean ningún proceso de expropiación, por lo que lo normal es que se sigan permitiendo las obras de consolidación, dejando al margen licencias mayores.
El plan de poda fue presentado en enero pasado al Consistorio, con una reducción de volumen progresivo en distancias de las viviendas que van desde los cinco hasta los veinte metros.
"No podemos esperar más porque esto es una bomba de relojería". Los dos incendios registrados la última semana, el primero intencionado, ha provocado una oleada de preocupación entre los residentes, que los últimos años sí han conseguido algunas mejoras, como el alumbrado público (11 farolas) y el paso de la línea 25 de la EMT.
Además, Gradolí consideró que "hemos tenido reuniones con la alcaldesa pedánea y la concejala de Medio Ambiente y la sensación es que entienden los problemas que tenemos y nos van a ayudar".
Mientras, los bomberos siguen con la vigilancia de la zona quemada, unas ocho hectáreas. Ayer mismo detectaron un pequeño rebrote cuando dos agentes de la Policía Local, que patrullaban lo detectaron a las 9.40 horas, fue extinguido. "El problema se da en zonas donde puede haber continuidad, pero este lugar ya está quemado por lo que difícilmente podía", explicaron desde el Cuerpo, que apenas usaron dos litros de agua para apagar la llama.
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