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Joan Ribó, en las puertas del balcón del Ayuntamiento de Valencia.

«No es bueno que una persona se eternice durante tanto tiempo. Se generan vicios y se pierde capacidad de ver cómo cambia la sociedad»

Joan Ribó, Alcalde de Valencia, asegura que «no hay intención de mantener una actitud antirreligiosa» y que en fallas «veremos menos calles cortadas»

isabel domingo

Jueves, 16 de julio 2015, 21:44

Habla con el tono pausado de quien ha sido profesor durante muchos años a pesar del ritmo vertiginoso que marca la agenda del Ayuntamiento de Valencia. Joan Ribó, alcalde del cap i casal desde hace (casi) un mes, abre su mochila a este periódico -en la que lleva la tablet, carpetas con documentos para leer y el brazalete y la luz trasera de la bicicleta, entre otros objetos- para enarbolar como bandera la sencillez y la eficacia.

-¿Cómo se ve Valencia desde el sillón que ahora ocupa?

-Aproximadamente igual. Se ven los problemas con más detalle y más claras las necesidades y los temas que hay que resolver. Salvo eso, se ve exactamente igual y yo quiero que se vea igual. Es importante no perder la visión que tenía antes.

-¿Ha podido revisar ya el estado de las cuentas del Consistorio?

-Hemos visto cosas y están apareciendo otras. Los grandes números están ahí y efectivamente había una liquidez y también unas deudas importantes (800 millones al empezar el año aunque ahora hay menos). Es una situación compleja que estamos viendo. Y nos falta entrar en detalle en el análisis de los pliegos de condiciones de las contratas y su cumplimiento. El objetivo es que se cumpla lo firmado. Hay algunas cosas que tenemos la sospecha de que puede mejorarse su rendimiento.

-El portavoz del PP, Alfonso Novo, criticó la falta de agilidad en el traspaso de poder. ¿Qué le responde?

-Nos queda por concretar algunos organismos autónomos pero los concejales tienen asignadas sus competencias. El señor Novo tiene que tener en cuenta que no es lo mismo un Ayuntamiento que hace su tam-tam durante 24 años que uno que empieza en un momento de cambio y un equipo de gobierno que es tricolor. Estamos en plazos y siguiendo un ritmo intenso.

-¿Cómo es la relación con tres partidos en el gobierno? ¿Es práctico?

-La relación es buena. Evidentemente no pensamos los tres lo mismo, porque si no seríamos un único partido, pero es una relación interesante que hay que trabajar en el sentido de que hay que tener reuniones y hablar. Los problemas que aparecen no es por tiempo sino por una falta de diálogo y siempre que hablamos se resuelven. Que aparentemente cueste más de gestionar, pues bien, pero a veces cuesta más gestionar los viejos reinos de taifas de un mismo partido.

-Tres partidos, 47 delegaciones ¿Son cifras que pueden lastrar la gestión de gobierno?

-En absoluto. Nosotros estamos consiguiendo mayor transversalidad con tres partidos que la que se conseguía con uno solo. Y, de momento, voy a ser cauto y no pondré ejemplos pero la capacidad de que los servicios hablen entre ellos es algo que no ocurría. No había diálogo y se llegaba al extremo de que se pedía documentación y no era facilitada. Eso pasaba: un mismo partido con una falta de diálogo increíble y no sólo con los municipios de al lado, sino también dentro del mismo Ayuntamiento, lo que producía retrasos importantes en la gestión diaria.

-Al hilo de lo que comenta, ¿habría que cambiar el color de un gobierno cada cuatro años?

-Lo que es imprescindible es que las máximas instituciones, por ejemplo la Alcaldía, tengan un modelo como el del presidente de los Estados Unidos. Puede ser el mismo partido, si sale elegido, pero creo que no es bueno que una persona se eternice durante tanto tiempo sea del color que sea. Se generan vicios y problemas y se pierde capacidad de ver cómo cambia la sociedad. Eso se ha producido. Propondría como norma que un alcalde no estuviera más de ocho años en un municipio.

-Hemos visto mucha política de gestos (el balcón abierto, la bandera del arcoíris) ¿para cuándo medidas ya sobre papel?

-Hay una muy clara. Nos hemos puesto a trabajar en el Cabanyal desde el primer momento, esperamos concretar ya jurídicamente el tema en el pleno del mes de julio y me voy a entrevistar con el director general de Bellas Artes este mes. Ya le he dicho que voy a paralizar el Pepri; no se lo he formalizado por escrito porque primero quiero hablar con él. Y hay otros proyectos con él que nos parecen claves para la ciudad como el Museo de Cerámica o el San Pío V. Esta ciudad tiene que tener más cultura.

-Con este gobierno se habla mucho de participación pero en la comisión del Cabanyal no ha invitado ni al PP ni a Ciudadanos.

-Es una comisión de gobierno y ni PP y ni Ciudadanos están en el gobierno. Evidentemente que les vamos a plantear políticamente las decisiones y les vamos a invitar a que participen pero han de entender que no están en el gobierno.

-Pero sí estaban los vecinos.

-Ya, pero ahí sí que hablamos de participación. Vamos a participar con Ciudadanos, y me temo que no va a querer pero también con el PP, en los planteamientos políticos para resolver el tema del Cabanyal. Pero ellos han de entender que si no gestionan la basura o la Policía, su función ahí no tiene sentido. Si Ciudadanos quiere plantearse gobernar, que me lo diga y hablamos, no hay inconveniente.

-Ya metidos en ciudad, ¿qué van a hacer con el Plan General?

-A esta ciudad hay que ponerle una frontera, no digo muralla, verde y hay que rehabilitar. No tiene sentido consumir huerta cuando baja el censo de los habitantes, cuando tenemos 60.000 pisos vacíos y no se cuántas hectáreas por construir... Vamos a parar la renovación del Plan General y a realizar un planteamiento concreto de los barrios.

-¿Lo harán mediante referéndum?

-Es complicado pero en otras cuestiones sí es posible. Por ejemplo, qué inversiones quiere un barrio, si hay más de una opción, claro, o un plan de movilidad de la zona centro.

-Soy conductora. ¿Tengo que preocuparme ahora que se habla tanto del carril bici? ¿Van a subir los impuestos a quienes usamos coche?

-Vamos a ver... Sí que hay algo que queremos tocar. Lo voy a decir más sencillo: queremos favorecer a aquellas personas que apuesten por coches con menor nivel de contaminación, híbridos y, al mismo tiempo, queremos ir advirtiendo a los más contaminadores. No quiero decir que vayamos a hacer lo de París [la alcaldesa quiere prohibir los coches diésel en 2020] pero hay que estimular que la gente se pase a otros coches. De alguna manera tendremos que tocar el impuesto de vehículos en ese sentido, bajando unos y subiendo un poco otros dentro de los límites legales.

-¿Ha podido hablar con Ximo Puig o Mónica Oltra ya como Consell?

-Aún no. Sí con la consellera de Vivienda porque hay temas que me preocupan mucho, como el contrato programa, pues es urgente tener recursos estatales para abordar los problemas de movilidad, mejorar las líneas de la EMT o acabar las de metro

-¿Les reclamará la deuda pendiente?

-Sí, evidentemente. Pero ellos me reclamarán las deudas que tiene el Ayuntamiento con la Generalitat, como la Fórmula 1.

-¿Y qué hacemos con la Marina y su plan de usos?

-La Marina Real sólo tiene una solución: que se condone la deuda por parte del Gobierno español. De la misma manera que se pagaron las inversiones de las Olimpiadas, de la Feria de Sevilla, de Zaragoz Si no, es una espada de Damocles que nos impide trabajar. Eso sí que es una herencia envenenada.

-¿Le pedirá también al Gobierno las inversiones pendientes?

-(Eleva el tono) Tu periódico hablaba de los porcentajes de inversión de este Gobierno, que son del 2%. Es escandaloso, me indigna. Y si hablamos del Parque Central... Murcia tendrá entrada soterrada de su AVE; Bilbao, con una financiación que ya quisiera yo, va a tener su entrada; Vigo también y aquí tenemos una entrada provisional que aún estamos pagando. ¡Ya está bien!

-Gobierno central, Consell, Iglesia. ¿Ha contactado con Cañizares?

-Habló él conmigo un momento. Quiero hablar con él y explicarle que el hecho de que el Ayuntamiento sea aconfesional como dice la Constitución no hay que entenderlo como algo que va contra la religión católica. Máximo respeto pero somos un ayuntamiento al que han votado personas de todas las religiones y que no son de nada y debemos atender a todos. No podemos hacer como el gobierno anterior que estaba presente en todo. Quiero explicárselo y creo que este Papa lo entendería perfectamente por lo que he visto de sus planteamientos, que sigo con bastante detalle. No hay intención de mantener una actitud antirreligiosa, en absoluto. Es estar en su sitio y respetarse mutuamente.

-¿Las Fallas son el camino para mandar en la ciudad?

-Las fiestas populares son un elemento de primera magnitud y las Fallas lo son. Veremos menos calles cortadas después de un debate con vecinos, falleros y comerciantes. Queremos pensar en aquellas personas que trabajan y tienen que sacar el coche por la mañana, que tienen que descansar por la noche Queremos minimizar los problemas que haberlos, haylos. Mantener la fiesta pero llegando a acuerdos. Una carpa se puede cambiar de sitio y no generar problemas pero eso se tiene que decidir hablando. Queremos estar con los falleros y con el resto de ciudadanos.

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