De los viaductos de Cheste y Manises al de Contreras

El inicio de la construcción del tercer carril de la autovía A-3 entre Valencia y Buñol puso fin a una histórica reivindicación valenciana para descongestionar uno de los tramos de más tráfico de la autovía (más de 56.000 vehículos diarios) y que también registraba numerosos accidentes. Su ejecución servirá también para aliviar una de las entradas a Valencia, que soporta entre Manises y la avenida del Cid un tráfico de 103.000 vehículos diarios, según datos de la Delegación del Gobierno.

Entre las principales actuaciones de esta obra figuran la mejora de la capacidad y eliminación de los movimientos de trenzado en los enlaces de la A-3 con la A-7 y con el acceso a Loriguilla y Ribarroja además de la remodelación del enlace de Aldaia y las vías de acceso a los servicios técnicos de Aena y la base de la ONU.

Si se habla de cifras, la A-3 tiene también otras, pues se han construido ocho pasarelas peatonales, dos viaductos sobre el barranco de la Saleta (de 83 metros de longitud), otro en Cheste (de 167 metros) y el del aeropuerto, además de ampliar el situado sobre el nuevo cauce del río Turia.

Inevitable mencionar el viaducto del embalse de Contreras que, aunque no se enmarca en esta actuación, también se ha visto rodeado de operarios y andamios por las diferentes obras de reparación tras detectarse deficiencias en febrero de 2013. Coincidiendo con los primeros desplazamientos de verano, Fomento reabrió el carril cortado en sentido Madrid desde abril.