El techo de un supermercado de Valencia se desploma por filtraciones

«Los empleados del supermercado han evitado una desgracia». Así lo expuso un técnico del Servicio Municipal de Bomberos que intervino tras desplomarse un considerable trozo de techo de una tienda de Consum en Valencia. Por pocos segundos, no hubo víctimas que lamentar y los bomberos emplearon perros de rastreo para certificar que ningún cliente ni trabajador había quedado atrapado bajo los escombros.

En siniestro se produjo sobre las doce y media, en un local de la cadena de alimentación que tiene entradas por las calles San Vicente y Albacete. Según fuentes policiales, el detonante más probable del desplome son filtraciones tras las últimas lluvias. La propia tienda citó «la hipótesis de que las lluvias de estos días hayan generado acumulaciones de agua» causantes del desprendimiento.

La suerte quiso que hubiera un primer aviso, sobre las 11.30 horas, al caer cuatro placas del falso techo en la zona de los congelados. Los empleados del supermercado acotaron la zona con palés e impidieron el paso a los clientes.

La actividad continuó normalmente en el resto del local hasta que llegó una segunda señal, unos crujidos muy preocupantes que llevaron a los responsables de la tienda a ordenar el desalojo completo, según la versión de la empresa. «Mientras la gente salía fue cuando cayó el resto del techo», añadieron.

En cuestión de segundos llegó el monumental estruendo, que llevó a un vecino a alertar al 112. Agentes de la Policía Local del retén de Abastos, policías nacionales y bomberos se movilizaron con urgencia. A su llegada, los bomberos se toparon con un supermercado vacío, gente muy asustada en las puertas y un inmenso boquete de unos 70 metros cuadrados. Los agentes de Abastos solicitaron una inspección a la Unidad Canina de Rescate de Valencia para descartar víctimas entre los escombros, trabajo que solventaron los perros 'Kora' y 'Eska'.

La parte de estructura desprendida se corresponde con una terraza habilitada así por un propietario de la Calle Albacete al abrir una puerta de acceso desde su casa del primer piso. Algunos residentes consultados aseguran que, en su construcción original, el edificio no contemplaba esa zona como terraza.

José Luis, que vive alquilado en el inmueble junto con un amigo, no estaba en la casa cuando la terraza se hundió sobre el supermercado. Mantiene que las lluvias «no habían producido encharcamientos y normalmente desaguaba muy bien». Niega acumular objetos pesados en el área siniestrada, más allá de «una mesa, unas sillas de plástico, una maceta y una barbacoa», elementos que cayeron al local junto con vigas y ladrillos. Los bomberos han prohibido ahora a los residentes acceder a la zona descubierta.