Los cien metros del paseo de Ruzafa que desde el mediodía de ayer albergan cuarenta gigantescas portadas, representantivas de los 150 años del periódico, suponen el grito evidente de que el futuro no está escrito
Julián Quirós
Domingo, 1 de febrero 2015, 00:30
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La hemeroteca tiene algo de purgante contra los lugares comunes, de antibiótico para combatir la pereza intelectual, para fortalecer la Historia como organismo vivo, a veces azaroso, imprevisible y casual y otras, dirigido y causal. A veces, lo uno y lo otro. La hemeroteca de un periódico como LAS PROVINCIAS desvela las paradojas de las vidas que hemos vivido y la vida que nos han contado. Los cien metros del paseo de Ruzafa que desde el mediodía de ayer albergan cuarenta gigantescas portadas, representantivas de los 150 años del periódico, suponen el grito evidente de que el futuro no está escrito, que caben rupturas inciertas e insospechadas entre el presente y el mañana.
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