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Los vecinos alertan de fiestas de hasta 70 personas en pisos de universitarios

Los vecinos alertan de fiestas de hasta 70 personas en pisos de universitarios

El barrio de San José y la zona de la antigua discoteca Woody concentran la mayoría de denuncias de los residentes

PACO MORENO

Viernes, 30 de enero 2015, 00:05

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Setenta personas, música a todo volumen, muchas risas, abundante alcohol y un piso de alquiler, presentemente ocupado por estudiantes erasmus. Es el modelo que se reproduce cada vez más en el barrio de San José y la zona de Woody, según afirman las asociaciones de vecinos de esta parte de la ciudad. Una derivada del botellón que ya ha registrado varios casos, incluso con denuncian a la Policía Local y posteriores desalojos.

La presidenta de la asociación Avegas, Carmina del Río, indicó ayer que tienen localizado más de un piso donde se celebran con frecuencia este tipo de fiestas. «Normalmente son de agencia y los inquilinos son estudiantes extranjeros».

Las calles que rodean la antigua discoteca Woody, Gascó Oliag, Primado Reig, Blasco Ibáñez y la avenida Cataluña, se han convertido en uno de los lugares preferidos de los jóvenes universitarios para comenzar la fiesta. El Ayuntamiento la declaró como zona acústicamente saturada, con horarios reducidos para las terrazas de los restaurantes, por ejemplo, aunque los problemas han seguido por otras vías, especialmente por la proliferación de bares especializados a la venta de botellines de cerveza.

Del Río se mostró de acuerdo con la encuesta difundida por el Ayuntamiento el pasado jueves, donde se refleja que el 70% de los jóvenes que practican botellón son estudiantes universitarios. El mismo porcentaje prefiere beber en la calle en zonas de saturación de bares.

La dirigente vecinal es la vocal de Contaminación Acústica en la Federación de Vecinos, que forma parte de una mesa de trabajo con hosteleros y gobierno municipal. «No existe una fórmula mágica para acabar con el problema del botellón. Si no hicieran ruido y se llevaran toda la basura, entonces no habría ningún problema, pero por desgracia no es así», subrayó.

Las quejas por las fiestas en pisos de alquiler a estudiantes también se produce en el barrio de San José. El presidente de la entidad vecinal, Lucas del Castillo, recuerda un caso hace poco más de un año donde se llegaron a reunir 135 personas.

«Ahora sabemos de más casos; últimamente han llegado quejas de dos viviendas». La práctica es la misma que en la zona de Woody, aunque más organizado si cabe. «Nos dijeron que en una vivienda había que pagar una cantidad de dinero para poder entrar», aseguró.

La situación ahora es relativamente tranquila. «Están todos de exámenes y por eso hay mucha calma en el barrio. Eso cambiará a partir de la semana que viene». La plaza de Xúquer (barrio de San José) fue la primera zona de la ciudad en tener horarios especiales en los locales de hostelería, tras ser noticia en toda España en los años 90 por la aglomeración de miles de personas alrededor de un centenar de pubs.

Con las fiestas que se celebran en viviendas ocurre lo mismo que en la calle. Las sanciones suelen ser por contaminación acústica y los inquilinos se enfrentan a multas que pueden superar los 2.000 euros. El barrio de San José, en concreto la zona trasera del campus de Tarongers, acogió hasta hace unos pocos años el mayor macrobotellón de toda la ciudad, cientos de jóvenes que acudían al parking universitario.

La presión policial hizo que se disolviera, aunque la consecuencia fue que se repartió por decenas de barrios. No hay lugar cercano a una discoteca que no tenga su zona de botellón, aunque sea pequeña. «Los que más se quejan ahora son los vecinos de Cruz Cubierta», señaló Del Río sobre las «zonas calientes» donde hay más presión de los residentes para que se resuelva el problema de ruidos nocturnos y suciedad con la que se encuentran al día siguiente, con montones de residuos, orines y vómitos. A los comerciantes afectados no les queda más que pasar la manguera y limpiar.

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