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La Real Academia de Cultura reafirma   su defensa de las señas de identidad

La Real Academia de Cultura reafirma su defensa de las señas de identidad

La institución lamenta en el acto principal de su centenario las estrecheces económicas y las «presiones desde distintos sectores»

ISABEL DOMINGO

Miércoles, 21 de enero 2015, 00:17

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«Seguirem treballant, en discret silenci, pero sense amollar, com ha segut la constant històrica d'esta Real Acadèmia en cent anys de vida». Fue el broche con el que el decano de la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV), Enrique de Miguel, cerró ayer el discurso que pronunció con motivo del acto solemne del centenario de la institución, celebrado en la Lonja, que es la sede oficial de la entidad.

Una intervención que tuvo dos partes claramente diferenciadas. En la primera, el decano repasó la creación y la historia de la RACV (recurrió a un artículo de 1914 de LAS PROVINCIAS para explicar los objetivos) así como el papel desempeñado por sus diferentes decanos.

Ya en la segunda izó la bandera de las señas de identidad para reafirmar el compromiso de la institución con «nuestro Estatuto, nuestra lengua, nuestra Real Senyera y las restantes señas de identidad» siempre con «la libertad de expresión que recoge nuestra Constitución». Para De Miguel, las formas de comunicar la cultura han cambiado con el tiempo pero «hay que mantener el fondo, que no es otro que ser el referente cultural de la sociedad valenciana».

Eso sí, el decano de la RACV lamentó los «obstáculos grandes» que existen, entre ellos, que «referentes indiscutibles de la cultura valenciana» no tengan presencia «social ni en los libros de texto». Nombres que salpicaron su discurso como el pare Fullana, Julián de Ribera, Xavier Casp, José Martínez Aloy o Juan Pérez Lucia (estos dos últimos, impulsores de la creación del Centro de Estudios Valencianos bajo el paraguas de la Diputación).

Un 70% menos de ayudas

Enrique de Miguel también se refirió, ante un auditorio de medio millar de personas, a las «estrecheces económicas» que atraviesa la entidad, que recibe un 70% menos de ayudas de las administraciones públicas que hace ocho años. De ahí que la mayoría de las publicaciones de los últimos años se hayan tenido que lanzar en la web de la entidad y no en papel.

Denunció las «presiones desde distintos sectores y en varias direcciones», aunque dejó claro que la entidad es «apartidista y apolítica, y no puede tener otras miras que engrandecer la cultura valenciana, buscando siempre descubrir la verdad utilizando métodos científicos».

Y tendió puentes al asegurar que la entidad «no quiere fronteras interiores entre los valencianos», por lo que procurará «la unión de todos ellos a través de la cultura». Un guante que recogió el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, al reconocer que «la lengua y la cultura son un elemento de unión entre las personas, nunca de ruptura ni de separación».

Fabra recordó también que la RACV estará en el Observatorio de las Señas de Identidad. Mientras, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, destacó la conveniencia de impulsar la presencia de la RACV en la sociedad y su vocación de servicio.

Fue el delegado del Gobierno en la Comunitat, Serafín Castellano, quien realizó el parlamento más reivindicativo, señalando que uno de los «grandes errores» de los valencianos ha sido el de la «división» en «momentos clave de su historia». Y mencionó el «valencianismo excluyente y encerrado en sí mismo y un valencianismo excluyente que vive bajo la influencia del catalanismo. Yo no comparto ni uno ni otro».

Abogó por «un valencianismo potente, integrador, inteligente, útil y pragmático. Un valencianismo de todos, propio del siglo XXI, que supere fobias y fantasmas». Además, reclamó para la Comunitat un «papel central y principal en España, por su propia entidad, por su peso económico y poblacional».

Su discurso fue interrumpido por aplausos cuando mencionó al exdecano de la RACV Vicente Simó Santonja, recientemente fallecido, y con el agradecimiento expreso que hizo al actual, Enrique de Miguel.

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