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Las bases que son reformadas para escuelas de negocios, junto a la dársena.
La Marina se ofrece a los inversores

La Marina se ofrece a los inversores

El Consorcio sacará a concurso a partir de enero media docena de negocios náuticos, hosteleros y comerciales

Paco Moreno

Sábado, 3 de enero 2015, 20:57

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«Lo primero es darle viabilidad al Veles e Vents». Esa es la respuesta que se ofrece sobre lo que debe pasar en la Marina a partir de la próxima semana, cuando se cuelgue en la pared el calendario de 2015. El Consorcio Valencia 2007 seguirá con pérdidas al no entrar en carga todos los alquileres y concesiones previstas en el plan de usos, aunque es el momento de «contar lo que va a pasar a que pase de verdad».

Así lo indican los hosteleros de la Marina, uno de los colectivos más interesados en que el considerado nuevo barrio de la ciudad eche a andar a velocidad de crucero. El empresario Juan Roig abrirá los centros de negocios y emprendedores en abril después de una inversión de 30 millones de euros, aunque la marcha del ejercicio estará dominada por la adjudicación y puesta en valor del edificio diseñado por los arquitectos Fermín Vázquez y David Chipperfield, icono de la Copa América y el símbolo de la transformación de la dársena interior.

«La Copa América tenía muchas condiciones y obligaciones para nosotros, aunque traían a 50.000 personas a la Marina cada día». Aquellos buenos tiempos es difícil que vuelvan, cuando el Moët & Chandon era el único champán que podían beberse en la dársena. Ahora es época de pequeños negocios que sumen, locales que atraigan al público y hagan olvidar la travesía en el desierto sufrida por los empresarios desde el final de las regatas.

En el Consorcio Valencia 2007, entidad gestora de la dársena, destacan seis concursos como los decisivos el próximo ejercicio. El primero es la restauración del tinglado 2 con un presupuesto de 650.000 euros ya aprobado por el consejo rector. Después, saldrá a concurso para la explotación del recinto como un mercado gourmet. Fuera de la dársena, el ayuntamiento también impulsa a través de la empresa municipal Aumsa la reforma integral del mercado del Grao con el mismo fin.

Acerca del edificio Veles e Vents, parece claro que el uso será gastronómico y cultural, sin más detalles ofrecidos de momento salvo que hay interés en el concurso por parte de varias empresas. Este año, indican fuentes de la entidad, los alquileres han supuesto unos ingresos de 365.000 euros.

Los usos pueden limitar mucho el abanico de empresas interesadas. Dos están descartados por completo, como son el de discoteca y casino, pese a que para lo segundo hay posibilidad de abrir uno en Valencia tras el cierre del situado en Monte Picayo. Es una incógnita tanto las posibilidades de negocio en el inmueble como el precio de licitación.

Los Docks saldrán a escena con una nueva concesión

  • Uno de los edificios más atractivos de la Marina está precisamente fuera de los límites que gestiona el Consorcio. Los antiguos Docks, que ahora acogen una de las discotecas de más éxito de la ciudad, saldrán de nuevo en concesión en 2016, según apuntan fuentes del sector. La pretensión del ayuntamiento es que se haga efectivo el plan de usos con la reforma del inmueble para un hotel, donde incluso se podrá añadir dos plantas más. Aún así, esto es un tiro lejano para las expectativas del sector, que apuesta más por los nuevos concursos de arrendamiento dentro de la Marina.

Más adelantado está el proyecto de la nueva Lonja de Pescadores, con una inversión estimada de 980.000 euros. La construcción se levantará en el solar de la instalación actual, aunque sigue pendiente cerrar el diseño con la Cofradía de Pescadores.

La próxima inversión serán 180.000 euros para el ajardinamiento de varias zonas en la dársena, así como la construcción de áreas de descanso. En todos los casos se trata de romper la impresión de una Marina deslabazada y de grandes distancias en los itinerarios. «Hemos conseguido controlar los costes, aumentar los ingresos y reestructurar la deuda», indican acerca de lo conseguido este año. Sobre lo último, queda conocer la propuesta del Gobierno acerca de si refinancia los préstamos o los asume. A 31 de diciembre de 2015, la cantidad adeudada será de 275 millones.

El Poblado Náutico es otra de las iniciativas que verá la luz el próximo ejercicio. Los técnicos del Consorcio trabajan ahora en el pliego de condiciones de un pequeño centro comercial en la explanada del puente giratorio para dar cabida a empresas de servicios y deportes náuticos.

La alcaldesa Barberá desveló el pasado lunes otro de los protagonistas de 2015, como es la concesión que saldrá en concurso de la antigua base del equipo Alinghi, quizás la más llamativa de la dársena al ser la del equipo vencedor de la Copa América y responsable de haber traído el evento náutico a Valencia.

De momento, lo único que está claro es que el arrendamiento será en un único lote, por lo que se descartan alquileres en la planta baja, al calor de la apertura de la escuela de negocios. El centro promovido por el propietario de Mercadona a través de la Escuela EDEM e Iniciativa Lanzadera atraerá a un millar de personas a diario.

Aunque si se habla de asignaturas pendientes, la de mayor calibre es la adjudicación del varadero en la Marina sur, junto a la nueva terminal de cruceros. A esta instalación ya se ha presentado una oferta en condiciones de una multinacional alemana, con el deseo de invertir hasta 200 millones de euros en distintas fases.

Pero lo más importante es que permitirá la liberación de las bases de la Copa América ahora ocupadas por empresas del sector náutico, entre el edificio del Reloj y la actual Lonja de Pescadores. El plan de usos ha reservado una parcela de 55.000 metros cuadrados, con la posibilidad de construir edificios de hasta 14 metros de altura. Incluso se permite un hotel en el complejo industrial, como una atractivo más para los inversores.

En cuanto a las actuaciones directas por parte del Consorcio, las inversiones de 2,7 millones de euros servirán para el repintado del puente giratorio, las citadas zonas ajardinadas y el derribo de la base del Luna Rossa, entre otras iniciativas. Esta última se encuentra pegada al tinglado 2, por lo que es necesaria su demolición antes de que empiecen las obras del futuro mercado gourmet de la Marina.

Otros dos aspectos son los que preocupan a los gestores de la Marina, como son la eliminación de más tramos de verja en el perímetro de la dársena, así como mejoras en la accesibilidad con zonas de aparcamiento y carril bici alrededor de la lámina de agua de la dársena.

La puesta en marcha de manera progresiva de los equipamientos ahora en obras agravará los problemas de falta de estacionamiento. El plan de usos no estima que haya un déficit agudo sobre esta cuestión, aunque es evidente la necesidad de una mejora en el transporte público, aparcabicis y carriles bici cuando entre en carga los edificios. Sobre las verjas, la pretensión es que las calles de alrededor se conecten cada vez más con la dársena, para hacer realidad que ya forma parte del casco urbano de Valencia y una continuación del callejero.

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