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Pediatras alertan del aumento sin freno de  jóvenes adictos a Internet

Pediatras alertan del aumento sin freno de jóvenes adictos a Internet

La dependencia a las redes sociales ha creado nuevas patologías, como la nomofobia, que provocan ansiedad o episodios agresivos

CARLOS GARSÁN

Viernes, 24 de octubre 2014, 00:54

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Suena el despertador. Con los ojos todavía entreabiertos, el primer reflejo es alcanzar el teléfono móvil para revisar el correo electrónico. Con el café en la mano, es el turno de la tableta para consultar las noticias. Las nuevas tecnologías han revolucionado la forma de comunicarse pero, también, han traído consigo patologías antes inexistentes asociadas su uso abusivo. Y es por imitación que, en muchas ocasiones, estos hábitos pasan de adultos a niños casi sin darse cuenta. Este será uno de los ejes del Congreso de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria, que comenzó ayer en Valencia con más de mil especialistas.

Las redes sociales e Internet encuentran en los menores un público especialmente vulnerable pese a que, hoy en día, «todos somos adictos», afirma el doctor Jesús García Pérez. Él, junto a Carlos Igual, Capitán de la Sección de Menores y Explotación Sexual Infantil de la Guardia Civil, participa en un seminario con el fin de desgranar el presente de unos niños que viven en el futuro. García alerta sobre las patologías emergentes, como la nomofobia, el miedo irracional a no tener cerca el teléfono móvil. Esta dependencia se presenta con conductas como ansiedad, tensión emocional, hiperactividad o trastornos de sueño.

«No hay que demonizar a los jóvenes. Se les debe orientar y educar», destaca el doctor, que apunta a que, en la mayoría de ocasiones, los niños hacen uso de este tipo de tecnologías por imitación y, en otras tantas, se les proporciona para evitar una 'pataleta'. A los padres se les pide que dediquen «tiempo de calidad» y controlar las horas que pasan frente a la televisión o el ordenador, así como hacer un esfuerzo adicional por organizar actividades al aire libre. Así, alerta que, a pesar de la información, estos problemas continúan creciendo de forma incontrolada. «Hoy en día los problemas los encontramos entre los 11 y 19 años, pero ya empezamos a ver a niños de cinco con teléfono móvil». Como curiosidad, apunta como, hace unos años, había que controlar a los más pequeños en la sala de espera del pediatra para que se mantuvieran en silencio. Ahora, con el efecto «anestésico» de las consolas, móviles y tabletas, no es necesario.

Otra patología acentuada a causa de la revolución tecnológica es el síndrome de Hikikomori, nomenclatura nacida en Japón para definir a aquellos fóbicos sociales que se aíslan en su habitación y solamente se comunican por las redes, una dependencia extrema agravada por la presión social y que puede llegar a presentar episodios de violencia.

Una consecuencia de la 'pantalla' es el aumento de problemas visuales, destaca el doctor. «Hay que aplicar la regla del 20. Cada veinte minutos alejarse de la pantalla veinte metros durante veinte segundos», recomienda. A los problemas físicos, también se unen los sociales. En muchas ocasiones, el abuso de la tecnología va relacionado con el acoso, una cultura de la humillación que va en aumento a causa de la sensación de desinhibición e irresponsabilidad que ofrece el anonimato.

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