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El curso universitario arranca con 24.000 alumnos nuevos

Los estudiantes de grado están repartidos en 53 titulaciones, en seis dobles titulaciones, y todavía una minoría en antiguos planes de estudios

redacción

Lunes, 15 de septiembre 2014, 00:57

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Más de 40.000 estudiantes empiezan el próximo lunes las clases en la Universitat de València, de los que 38.629 corresponden a titulaciones de grado (también de antiguos planes) y 2.784 son de posgrado.

Las clases para todos los grados arrancan el lunes mientras que las clases de los másteres lo harán escalonadamente a partir de ahora, ha informado la universidad.

Los estudiantes de grado están repartidos en 53 titulaciones, en seis dobles titulaciones, y todavía una minoría en antiguos planes de estudios.

De las 8.520 plazas de primer curso que la Universitat de València ofrecía para el curso 2014-2015, el 98,46 % está ya cubierto (con matrículas formalizadas), y quedan para asignar poco más de un centenar de plazas, que podrían cubrirse en parte porque el periodo todavía no está completamente cerrado.

En cuanto a los alumnos de másteres oficiales todavía falta la matrícula de la segunda fase, pero ya son 2.784 los estudiantes inscritos en los 110 programas que ofrece la institución.

De ellos, 27 son titulaciones conjuntas con otras universidades (españolas o extranjeras).

Por otro lado, hasta el 1 de octubre está abierta la preinscripción para los estudios de Doctorado para el curso 2014-2015.

En su cuarta visita a la pasarela madrileña, el diseñador valenciano Juan Vidal, ganador de las dos últimas ediciones del premio LOreal, salió al ring de los noveles con estampados de fresa y príncipe de gales, con los que levantó una colección joven y urbana. «Son prendas impregnadas en un espíritu musical, con apuntes roqueros, que rozan el glam», explicó el modisto, que ha pasado de ser uno de los creadores revelación a afianzarse en el olimpo de la moda española.

El estampado de esta fruta se vio en diferentes versiones, sobre seda, gazar o popelín, texturas que orquestan piezas de día y noche con destino a Milán. «Por primera vez tengo un showroom en la ciudad italiana», anunció.

Vidal deja a un lado las siluetas hiperfemeninas y propone piezas que «masculinizan la figura, sin transformarla en andrógina», propuestas que arrancaron con una gabardina y pantalones de sastrería inglesa decoradas con maxicremalleras de níquel en bolsillos.

Si el pantalón estrecho y tobillero se codea con bermudas masculinas conjuntadas con camisas que pretenden ser vestidos o blusas de rayas, los vestidos son minis y se realzan con pedrería de cristal, para vestir la noche.

La paleta cromática no es muy extensa. El blanco, negro, azul y rojo son los principales ingredientes, que tiñen un clásico renovado como es el estampado príncipe de gales.

Por su parte, los noveles Rabaneda y Ulises Mérida inauguraron el cuadrilátero Si Mérida ofreció una sinfonía de vestidos largos de gran belleza, Rabaneda reversionó al delantal, una humilde prenda a la que ha dado la vuelta hasta crear piezas dobles.

En el apartado de los veteranos, Juan Duyos se subió a la pasarela para celebrar sus 15 años en la moda con un desfile, que no fue un desfile, sino una puesta en escena en la que el Ballet Nacional de España realizó una coreografía bajo la dirección de Antonio Najarro.

Un baile que le sirvió para mostrar una colección de vaporosos vestidos, en los que se han visto sus clásicos drapeados, pliegues y cortes. «He adaptado todos los vestidos para que las bailarinas estén cómodas y puedan bailar», argumenta.

Tenaz y luchadora, Amaya Arzuaga cogió el testigo de los decanos con una colección que recrea el relajante vaivén de las olas. El neopreno, el crêp de seda y la seda de papel se imponen en pantalones anchos, faldas y vestidos con volumen de campana, teñidas en tonos blancos, azul agua y coral.

También veterano, el esperado Miguel Palacio, en solitario tras romper su colaboración con Hoss Intropia, defendió una colección tricolor, en la que vuelve a su «esencia», de siluetas rectas ajustadas con apliques de pasamanería en oro y plata.

Sobre el ring, se vieron dos tipos de falda, capa y tubo, así como pantalones muy anchos en algodón pesado y otro modelo pijama, que se codeaba con blusas cuello chimenea, y sus típicas camisas lazada.

El último creador en enfundarse los guantes y salir a defender su propuesta ha sido David Delfín, uno de los más veteranos, pero todavía considerado enfant terrible de la pasarela, que ha virado su imaginario hacia los dibujos geométricos de la escuela Bauhaus. La parada de los Monstruos -tal y como se denomina esta colección- es distinta, aunque está vertebrada en torno al adn Davidelfín, con juegos de prendas sobre prenda.

En esta ocasión, ha superpuesto una camiseta de tirantes sobre una camisa blanca y un vestido camisero, en blanco níveo. Como novedades, sisas amplias y cuellos desbocados que se disparan hacia atrás, en una ejercicio de desdoblamiento del patronaje clásico. «El concepto de lo efímero me ha rondado la cabeza durante el proceso de creación de la colección», cuenta el diseñador malagueño, que sin tener en cuenta su durabilidad, ha confeccionado un vestido de papel vinilo, que emula el espumillón, en tono verde hierba.

La pasarela madrileña volverá hoy a tener sabor valenciano con la colección de baño de la diseñadora Dolores Cortés y las últimas propuestas que presentará Hannibal Laguna.

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