La Casa de los Caramelos adelgaza

Una ciudad se compone de calles, plazas y monumentos, pero tienen vital importancia sus comercios. Uno de ellos es la Casa de los Caramelos, que durante casi 50 años, ha puesto el toque dulce a las vidas de miles de niños.

Sus dos tiendas, ambas situadas en la calle Xàtiva, le han dado vida al centro de la ciudad. Pero la crisis no entiende de sabores y la bajada en las ventas, unida a la proximidad de ambos locales, ha propiciado el cierre de uno de ellos, exactamente el ubicado en el número 30 de Xàtiva, establecido al lado de la plaza de Toros. Aunque no era la tienda más antigua de las dos que permanecían en activo, el comercio llevaba más de 30 años abierto.

No obstante, la Casa de los Caramelos continúa repartiendo felicidad en forma de dulce en su local más antiguo, situado en el número 20 de Xàtiva, junto a la estación del Norte.

Al hablar con M.ª Jesús Pérez, la propietaria, se adivina una sonrisa nostálgica en su rostro que señala la tristeza por el cierre, pero también el empeño en mantener el situado junto a la estación del Norte. «Es verdad que las ventas han bajado, pero tenemos en mente que este negocio dure muchos años. En un futuro, si la economía mejora, esperamos volver a abrir», asegura. «Sólo han pasado un par de días, pero la gente que acudía a la otra tienda, está viniendo aquí y eso significa que confían en nuestra casa».

Apenas dos días después del cierre de uno de los dos locales, sus propietarios dicen estar «asombrados y contentos» por el resultado de las ventas hasta el momento. «Sólo han pasado un par de días, pero estamos viendo cómo la gente que acudía a la otra tienda está viniendo también aquí, y para nosotros eso significa que confían en nuestra casa».

Y así debe ser, pues sólo basta con acercarse a este local ubicado justo al lado de la estación del Norte para contemplar el buen ambiente que se respira. Por todos los lados corretean niños, ansiosos, expectantes a la idea de que sus padres les permitan brindarse un festín de chucherías. Su legendaria fachada, llena hasta los topes de «todas las variedades de caramelos que se venden en el mercado», continúa siendo un reclamo turístico. Muchos visitantes se acercan a la puerta de la tienda e inmortalizan, cámara en mano, este rincón de Valencia.

El tiempo no ha hecho mella en los productos que se ofrecen, pues son, como afirman los propietarios, «los de toda la vida, aunque ahora hacemos también encargos para bodas, cumpleaños y bautizos».

La Casa de los Caramelos fue creada por Vicente García Tamarit en los años 40, y ahora su hijo, Vicente García, continúa manteniéndola viva, abriendo sus puertas al público, sin descanso todos los días, de lunes a domingo.

Otro establecimiento que no seguirá entre nosotros será la mítica Casa de los Caramelos de la calle Xátiva. Cuatro décadas de historia y dulces que han visto pasar miles de niños encandilados por sus ostentosos escaparates llenos de golosinas y caramelos. Se mantiene la ubicada en esa misma vía y que se encuentra en el número 20, justo al lado de la Estación del Norte