Europa califica de «excelente» el agua de las playas valencianas

Las 120 banderas azules conseguidas por las playas valencianas este año, seis más que en el ejercicio pasado y récord histórico, sirven de anticipo perfecto para el extenso estudio elaborado por la Agencia Europea de Medio Ambiente durante los últimos cuatro años, y en el que ha analizado el agua para el baño de hasta 22.000 puntos distintos de toda Europa (la gran mayoría en playas, pero también en ríos y lagos). Este informe, hecho público ayer, viene a confirmar la calidad de las playas de la Comunitat Valenciana, puesto que califica de «excelente» el agua para el baño en 206 de los 226 puntos de la costa valenciana donde se han llevado a cabo los análisis, o lo que es lo mismo, en el 91,1 por ciento de las zonas de medición. De esta forma, la Comunitat supera ampliamente la media nacional, fijada en el 87,2 por ciento, y a la europea, del 85,2.

Pese a las satisfactorias cifras, en una docena de puntos de la costa valenciana, como en el entorno de la desembocadura del río Serpis en Gandia, en parte de Benidorm, o en playas de la Marina como Dénia, Les Rotes y Les Arenes, el calificativo para la calidad del agua se queda en «bueno», mientras que únicamente en siete de los 225 enclaves analizados la nota no supera el «suficiente». Estas zonas en las que la calidad del agua para el baño sólo llega al aprobado se encuentran en playas de la Pobla de Farnals, de Alboraya, de la ciudad de Valencia, de Mareny de Barraquetes y de Oliva (justo a la altura del Club de Golf Oliva Nova).

Las calificaciones del citado estudio, según explicaron ayer fuentes de la agencia, se basan en los niveles de dos tipos de bacterias (escherichia coli y enterococos intestinales) indicativas de contaminación procedente de aguas residuales o animales. Estas bacterias, añadieron, pueden provocar trastornos en caso de ingestión, como vómitos o diarreas.

A nivel nacional, por ejemplo, contrasta la excelencia del agua costera valenciana con la mala calidad de la zona gallega. En España, los análisis de calidad concluyeron que, de media, el 3 por ciento de las zonas de baño nacionales no presentaban las condiciones mínimas para el baño o fueron cerradas, ya fuera por situaciones «anormales» detectadas o por estar contaminadas. De ellas, 71 zonas de baño fueron clasificadas como de mala calidad, de las que más de la mitad, cuarenta, se localizaron en Galicia, según la citada agencia. En el resto de Europa, Rumania, Hungría y Letonia son los países que presentan una peor calidad en las aguas para el baño, aunque en el país húngaro, al carecer de costa, únicamente se ha analizado el agua de ríos y lagos.

Janez Potocnik, comisario de Medio Ambiente, cree que es una «buena noticia» que la calidad de las aguas de baño siga siendo elevada, pero «no podemos dormirnos en los laureles ante un recurso tan preciado como el agua. Hemos de seguir velando por el agua que bebemos, el agua en la que nos bañamos y por que nuestros ecosistemas acuáticos estén plenamente protegidos.».

Por su parte, Hans Bruyninckx, Director Ejecutivo de la citada agencia, recalcó que las aguas de baño europeas han mejorado a lo largo de las dos últimas décadas porque «ya no vertimos cantidades tan elevadas de aguas residuales directamente en las masas de agua». «El gran problema actual son las lluvias intensas y las inundaciones en breves períodos de tiempo que dan lugar al desbordamiento del alcantarillado y el arrastre de bacterias fecales de las tierras de cultivo a los ríos y mares», añadió Bruyninckx.