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El revolucionario inventor Rodrigo Sánchez-Arjona.
El pionero de la telefonía española

El pionero de la telefonía española

Rodrigo Sánchez-Arjona realizó en 1881 la llamada a mayor distancia del mundo

david valera

Lunes, 14 de abril 2014, 10:15

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Filípides corrió los 42 kilómetros que separan Maratón de Atenas para anunciar el triunfo griego sobre los persas. Pedro Serrano tardó dos días a caballo en llevar el bando sobre la sublevación popular del 2 de mayo de 1808 a las autoridades civiles y militares de Extremadura y Andalucía. En la era de Internet y el smartphone resulta casi imposible de imaginar las dificultades de las comunicaciones a distancia a lo largo de la historia. El resultado de una batalla, las órdenes de un Gobierno, la muerte de un personaje ilustre o cualquier información del día a día tardaba semanas o meses en conocerse. Algo que cambió radicalmente con la llegada del teléfono, que no solo facilitaba la comunicación, sino que permitía escucharla. Este revolucionario invento fue patentado por Graham Bell en 1876, pero en España tiene en Rodrigo Sánchez-Arjona a uno de sus pioneros e impulsores.

Nacido en la localidad pacense de Fregenal de la Sierra en 1841 y doctorado en Derecho, Sánchez-Arjona siempre estuvo interesado por los últimos avances tecnológicos de su época. Gracias a su posición acomodada procedía de una familia de terratenientes no tuvo problemas en viajar por media Europa, visitando exposiciones en las que se daban a conocer los más curiosos artilugios.

En una de estas muestras quedó impresionado al ver uno de los primeros teléfonos de Bell. En aquella época, los telegramas ya habían supuesto una revolución, pero el hecho de poder escuchar la voz del interlocutor era algo portentoso que parecía casi producto de la magia. Impactado, regresó a España con el objetivo de llevar ese avance a su tierra. Así, en 1880 logró la primera licencia del Gobierno para construir una línea telefónica, que comunicó su casa en Fregenal con su finca de Las Mimbres a ocho kilómetros de distancia. Era un primer paso, pero Sánchez-Arjona tenía planes más ambiciosos.

Primeras pruebas

Como hombre interesado en la tecnología, este emprendedor extremeño era conocedor de los distintos intentos de introducir la telefonía en España. La primera prueba registrada se produjo en 1877, sorprendentemente, en La Habana (Cuba era todavía una colonia). En concreto, se conectó la central de Bomberos con la casa de un importante empresario. Poco después, un industrial catalán logró establecer una línea telefónica de cuatro kilómetros entre Montjuic y la Ciudadela. Sin embargo, el experimento de mayor envergadura y complejidad se realizó en 1878, cuando se conectó por teléfono el Palacio Real de Madrid y el Palacio de Aranjuez, lo que suponía superar una distancia de casi 50 kilómetros.

Con estos antecedentes, Sánchez-Arjona intentó superar cualquier registro. En 1881 instaló, asumiendo todos los costes, los cables telefónicos entre su localidad natal y Sevilla. En total, 184 kilómetros. El experimento funcionó y supuso un auténtico hito, ya que se convirtió en la llamada realizada a mayor distancia del mundo. Posteriormente extendería la línea hasta Cádiz.

Pero Sánchez-Arjona quiso llevar esa maravilla de la comunicación a sus vecinos y solicitó al Gobierno crear una línea telefónica que conectara todos los pueblos de su comarca. Sin embargo, su proyecto nunca recibió los permisos.

Primer caso de telemedicina

El servicio telemático se presenta hoy en día como el futuro de actividades como la educación o la sanidad gracias a los progresos de la informática. De hecho, es cada vez más frecuente que estos avances, por ejemplo, permitan guiar a un cirujano en una operación a distancia. Sin embargo, uno de los antecedentes de estas operaciones se produjo gracias al invento de Sánchez-Arjona.

Así, el funcionamiento de la línea telefónica entre Fregenal y Sevilla puesta en marcha con la inversión del obstinado extremeño permitió que se produjera la primera asistencia médica a distancia. El 28 de diciembre de 1880 la mujer de Sánchez-Arjona se encontró mal. El médico de Fregenal se acercó a la vivienda para evaluar la situación. Sin embargo, decidió resolver algunas dudas o pedir una segunda opinión sobre el diagnóstico, de tal manera que usó el teléfono para hablar con el doctor Antonio Rivera en Sevilla.

Esta acción, que no deja de ser una anécdota, pone de relevancia la utilidad de la línea telefónica y hace más incomprensible la falta de apoyo de las administraciones para su desarrollo.

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