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Una mujer confiesa que mató a su hijo de cinco años para separarlo de su marido

La procesada se enfrenta a una condena de 18 años de prisión por el asesinato que cometió en 2015 en una vivienda de Almàssera

EP

Lunes, 22 de mayo 2017, 23:57

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Una mujer reconoció ayer ante un jurado popular que mató a su hijo de cinco años en Almàssera y declaró que lo hizo para separarlo de su marido, con quien no mantenía una buena relación y había mostrado intención de quedarse con el menor. «Mi idea era llevármelo al cielo conmigo», manifestó. La procesada, de 38 años en el momento de los hechos y natural de Nicaragua, está siendo juzgada desde este lunes ante un jurado popular en la Audiencia de Valencia y se enfrenta a una pena de 18 años de prisión por un delito de asesinato con la circunstancia agravante de parentesco, tal y como reclama el ministerio público.

El fiscal estima también en su escrito que se puede aplicar a la mujer la circunstancia atenuante de alteración psíquica, ya que presentaba antecedentes psiquiátricos patológicos con síntomas depresivos, rasgos de personalidad límite y marcada inestabilidad emocional. Pese a ello, el ministerio público considera que la mujer, cuando cometió el asesinato, no tenía mermada su capacidad de conocimiento.

Los hechos se remontan a mayo de 2015, cuando la acusada residía en una vivienda junto a su pareja y su hijo de cinco años en Almàssera. La mujer explicó ante el jurado que la relación con su pareja fue deteriorándose cuando su hijo cumplió tres años y empezó a ir al colegio. «Desde entonces se iba muy pronto por la mañana y volvía por la noche. No quería vernos. Siempre decía al niño 'cállate', 'cállate' y 'me pones negro'», manifestó.

«Yo en ese momento quería que nos quisiera, que nos hiciera caso, que pasara tiempo con nosotros», declaró. La mujer dijo que a partir de ese momento empezó a sentirse mal y tomaba unas dos botellas de vino al día, además de cerveza y pastillas. También aseveró que su marido no la quería, ni a ella ni a su hijo, y que llegó un momento en que ni tan siquiera se hablaban. Entonces, hicieron un viaje a Nicaragua, pero él regresó a los 15 días y ella se quedó allí con su hijo durante tres meses. En ese tiempo se recuperó y dejó de beber, pero su marido le llamó y le dijo que si no volvía a España con el niño le iba a acusar de secuestro. También le pidió quedarse con el menor un año y que otro año lo tuviera ella.

Además, en esas llamadas, su marido le comentó que tenía cáncer de próstata y le reclamó que regresara a casa. Ella le contó esta situación a su madre y esta le indicó que su «obligación» era volver con su marido si realmente estaba mal. Entonces volvió y una vez en España se dio cuenta de que este se había recuperado y de que le había engañado para que volviera.

La situación se volvió cada vez peor. «Me daba mucha rabia oirlo», señaló. Así, él le comentó que quería quedarse con el niño y ella tenía «claro» que no se lo iba a dejar: «El no estaba en condiciones de cuidarlo», aseveró al tribunal. Por ello, el 23 de mayo de 2015 decidió acabar con su vida. Le suministró un fármaco para dormirle y, una vez desvanecido en la cama, lo asfixió con un almohadón: «Mi idea era llevármelo al cielo», declaró. Cuando el padre llegó al domicilio, se encontró al menor sin pulso y a la mujer con una herida leve en el abdomen y lesiones superficiales en las muñecas. Lo trasladó al niño al centro de salud pero ya había fallecido.

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