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El cura detenido compraba billetes falsos y los ponía en circulación

El cura detenido compraba billetes falsos y los ponía en circulación

J. MARTÍNEZ/J. A. MARRAHÍ

Domingo, 19 de febrero 2017, 21:45

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El sacerdote José Vicente O. P., expárroco de Beniparrell y Albal y detenido nuevamente en una operación de la Guardia Civil, ponía en circulación billetes falsos que compraba por un precio inferior a su valor, según se desprende de las investigaciones de los equipos de Policía Judicial de Requena y Llíria de la Guardia Civil.

Esta operación policial es la continuación de otra, cuando la Guardia Civil de Requena y la Policía Nacional desmantelaron una banda a finales del año pasado que se dedicaba a estafar a con alquileres de apartamentos inexistentes en Baleares y Canarias. Los agentes arrestaron entonces a 20 personas en Valencia, Torrent y Oliva. Uno de los investigados en aquella operación es el sacerdote ahora arrestado, según señalaron fuentes jurídicas.

El papel que desempeñaba el religioso en la trama de falsificación de moneda está siendo investigado, pero todo apunta a que compraba billetes falsificados y los usaba en compras cotidianas. En el registro de la casa donde convivía con una joven de 18 años, en el barrio valenciano de Benimaclet, los agentes de la Guardia Civil de Requena intervinieron varios billetes falsos de 50 euros.

También confiscaron un cáliz y ahora los investigadores tratan de averiguar si se trata del mismo cuya sustracción denunció el propio José Vicente en su día en la parroquia de Albal. El cura fue arrestado junto a la joven de 18 años, con la que tenía una amistad íntima desde hace cuatro años.

Según las investigaciones y las escuchas telefónicas, los individuos que le proporcionaban el dinero falso estaban entre los otros siete detenidos en la operación, un grupo más amplio con vínculos familiares asentado en Paterna. La Guardia Civil de Llíria había pedido apoyo a la Policía Local de Paterna y esta colaboración fue clave para cercar y arrestar a los delincuentes tras dos persecuciones.

Las detenciones se produjeron el jueves en La Cañada. En primer lugar fue apresado un hombre de 30 años con importancia en la organización sobre el que pesaba una orden judicial de ingreso en prisión. Huyó por varias calles de Paterna con un BMW junto a su mujer de 28 años y su hija menor de edad. La pareja fue interceptada en el Polígono Fuente del Jarro por varias patrullas de la Policía Local de Paterna. Poco después, los agentes capturaron al padre de la joven y a su hermano.

Mientras tanto, la Guardia Civil de Llíria estaba realizando una vigilancia de un chalé de La Cañada con la convicción de que allí se ocultaban más integrantes del grupo. Uno de ellos trató de huir a la carrera tras escapar de la vivienda con material sospechoso. Casi al mismo tiempo comenzó otra persecución de otros dos presuntos miembros del grupo delictivo. Estos huyeron en coche por la misma zona. Tanto los ocupantes del vehículo como el que se dio a la fuga a pie fueron interceptados poco después. Los agentes les intervinieron cocaína, marihuana y 1.500 euros falsos.

La investigación sigue abierta y está en manos de un juzgado de Requena. Algunos de los detenidos en Paterna están considerados como delincuentes peligrosos y sobre ellos y sus viviendas se centran ahora las pesquisas. Estos individuos, al parecer, no confeccionaban los billetes falsos, sino que los habían adquirido a otras personas que busca la Guardia Civil. José Vicente estaba apartado de la actividad pastoral desde hace tiempo.

Hace poco más de dos años, el que fuera párroco de las localidades de Beniparrell y Albal, José Vicente O., ya fue detenido por participar en un intento de robo en la ciudad de Valencia. Los hechos ocurrieron en la madrugada del 28 de septiembre de 2014 en la calle Pintor Stolz. La policía sorprendió al cura en actitud vigilante a escasos metros del local. Estaba esperando a dos jóvenes que habían forzado con un hierro la persiana del bar.

Los tres hombres habían llegado minutos antes en el BMW Serie 1 del religioso. La Policía Nacional registró luego el vehículo y encontró una barra de hierro, una caja de guantes de látex, un martillo, tres destornilladores, una llave inglesa, un mango de madera y una azada. Tras ser descubiertos por un vecino, el cura, apostado en una esquina, avisó con su móvil a los otros individuos de la llegada de la policía. Pero los agentes fueron más rápidos e interceptaron a los tres hombres. En el juicio rápido por estos hechos delictivos, el sacerdote aceptó una pena de dos meses de cárcel, que fueron sustituidos por 60 días de trabajos en beneficio de la comunidad.

Días después de su condena, José Vicente relató a LAS PROVINCIAS cómo fueron las 72 horas que permaneció detenido. «Los tres días en el calabozo fueron un regalo de Dios. Me dieron fuerza para ayudar a los más necesitados», afirmó por aquel entonces. El Arzobispado intentó reconducir la conducta del cura tras seguir su evolución con sumo detenimiento y clemencia, confiando en que no volvería a delinquir, mientras continuaba apartado de la vida pastoral por los escándalos que protagonizó cuando era párroco de Beniparrell y Albal.

La labor envangelizadora de José Vicente estuvo acompañada en los últimos años de cierta polémica por los delitos que cometían personas muy allegadas al sacerdote, pero también por las sanciones administrativas, cuatro de ellas por posesión de marihuana, que le impusieron al cura.

Entre enero de 2013 y septiembre de 2014, el religioso fue multado en cuatro ocasiones, tres de ellas en la provincia de Valencia y una en el municipio de Priego de Córdoba, por tenencia de pequeñas cantidades de marihuana. También fue identificado por alterar el orden en una calle.

Además, el 27 de mayo de 2013, un vecino de Albal denunció ante la Policía Local de esta localidad que el sacerdote podría estar abusando sexualmente de varios menores, concretamente se refería a tocamientos, pero la investigación no determinó la comisión de ningún delito sexual.

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