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J. A. MARRAHÍ/EFE
Sábado, 18 de febrero 2017, 00:29
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La personalidad del presunto asesino de la viuda del presidente de la CAM, Mari Carmen Martínez, se desvela con la investigación. En el sumario del caso, la Policía Nacional resalta el carácter «irritable y violento» de Miguel López, que permanece en prisión por el crimen. Además, los agentes destacan «los ataques incontrolados de ira que ha mostrado en varias reuniones familiares».
Ejemplo de estas conclusiones es la conversación telefónica que Miguel y su esposa tuvieron con su hijo mayor, residente en Escocia. Fue después de enterarse de que, horas después del crimen, el joven había subido a una red social una inquietante foto en la que aparecía con una camiseta que rezaba «Jaque Mate». Estas fueron las palabras de su padre: «Si llegas a estar aquí, te cojo por el cuello y te doy dos ostias».
La Policía Nacional ahonda más en la psicología de López. Según los investigadores, el sospechoso «exhibe una carencia de empatía por la víctima y por la vida humana» en una conversación con un amigo al que expresó «en sentido irónico»: «Me da una pena que te cagas, pero que te cagas».
En opinión de los agentes, esta manifestación «se aleja de la conducta de una persona normal». López presenta «rasgos compatibles con trastornos de personalidad». Estiman que padece «ansiedad» y toma un tranquilizante. En cuanto al móvil del crimen, la decisión de la víctima de ceder todo el poder a su primogénito dejaba a su yerno «en una posición de evidente peligro empresarial», algo que podía abocar a su empresa de coches «a un segundo plano o hacerla desaparecer».
La defensa de López pidió su salida de prisión provisional, pero el juez de Alicante encargado del caso no lo ha autorizado. Según fuentes del TSJCV, el magistrado aprecia «riesgo de fuga y de manipular pruebas». Teme que pueda influir en los testigos, la mayoría empleados de la empresa de automóviles.
El juez ve indicios de su implicación en el crimen por «el lugar en el que se comete, su experiencia con armas y el cambio e incongruencias en sus declaraciones». Según la resolución, el control sobre el lavadero le permitió citar a su suegra, controlar la posición del coche y distraer al empleado que normalmente está en las instalaciones. Sus maniobras, le permitieron «quedarse a solas con la víctima en un lugar oscuro y recogido».
Ahora el juez busca pruebas. Por eso ha citado a 15 testigos que declararán en las próximas semanas, ha pedido un informe de balística y ha solicitado una investigación sobre el patrimonio del sospechoso. Además, habrá dos nuevas inspecciones en su concesionario.
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