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Detenido de nuevo el expárroco de Beniparrell en una operación contra la falsificación de euros

Detenido de nuevo el expárroco de Beniparrell en una operación contra la falsificación de euros

La Guardia Civil y la Policía Local de Paterna arrestan a nueve personas, entre las que se encuentra el sacerdote, y les intervienen cocaína, hachís y billetes falsos

JAVIER MARTÍNEZ

Sábado, 18 de febrero 2017, 20:51

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El expárroco de Beniparrell José Vicente O. P., de 44 años, ha vuelto a dar con sus huesos en un calabozo. La Guardia Civil ha detenido al polémico sacerdote, junto con otras ocho personas, en una operación contra la falsificación de euros y el tráfico de drogas. Los arrestos se llevaron a cabo el pasado jueves en La Cañada (Paterna) y una piso de Valencia tras una ardua investigación con escuchas telefónicas incluidas, según informaron fuentes jurídicas.

Los agentes de la Guardia Civil de Requena y Llíria registraron los domicilios de los detenidos y se incautaron de diversas cantidades de hachís, cocaína y pastillas. También confiscaron billetes falsos de 50 euros, un cáliz y otros objetos de valor. La operación de la Guardia Civill, en la que ha participado también la Policía Local de Paterna, ha permitido desmantelar un grupo que ha puesto en circulación gran cantidad de billetes falsos de 50 euros. Los presuntos delincuentes han pasado a disposición judicial en Paterna y Valencia, donde se registraron las detenciones. Uno de los arrestados tiene menos de 18 años, por lo que la Guardia Civil actuó en estrecha colaboración también con la Fiscalía de Menores. El juez que instruye el caso ha decretado el secreto de sumario para preservar la investigación, que continúa abierta.

La detención de José Vicente O. causó un gran revuelo en su círculo de amistades. Entre las nueve personas arrestadas se encuentran un hijo de un guardia civil y una amiga íntima del sacerdote que habría delinquido, según las investigaciones, cuando era menor de edad. La operación ha sido realizada por los equipos de Policía Judicial de la Guardia Civil de Requena y Llíria. Uno de los detenidos es un hombre de 30 años con peso en la organización y sobre el que pesaba una orden judicial de ingreso en prisión. Huyó por varias calles de Paterna con un BMW junto a su mujer, de 28 años, y una hija menor de edad. La pareja fue interceptada en el polígono Fuente del Jarro por varias patrullas de la Policía Local, que montaron un operativo junto con la Guardia Civil. Poco después fueron detenidos el padre de la joven y su hermano como presuntos miembros de la red que ponía en circulación billetes falsos.

Mientras tanto, la Guardia Civil de Llíria estaba realizando una vigilancia de un chalé de La Cañada con la convicción de que allí se ocultaban más integrantes del grupo. Uno de ellos trató de huir a la carrera tras escapar de la vivienda con material sospechoso. Casi al mismo tiempo, comenzó otra persecución a dos presuntos colaboradores que huyeron en coche por la misma zona. Tanto los ocupantes del vehículo como el que se dio a la fuga a pie fueron interceptados poco después. Los agentes de la Policía Local de Paterna y de la Guardia Civil de Llíria les intervinieron cocaína, marihuana y 1.500 euros falsos.

Esta brillante operación policial es la continuación de otra, cuando la Guardia Civil de Requena y la Policía Nacional desmantelaron una banda a finales del año pasado que se dedicaba a estafar a internautas con alquileres de apartamentos inexistentes en Baleares y Canarias. Los agentes arrestaron entonces a 20 personas en Valencia, Torrent y Oliva. Uno de los investigados en aquella operación es el sacerdote ahora arrestado, según señalaron las mismas fuentes jurídicas.

La operación de la Guardia Civil continúa abierta y podría conllevar nuevos arrestos. Los investigadores del instituto armado y el fiscal tratan de determinar ahora el grado de participación de cada uno de los detenidos en los delitos que les imputa: pertenencia a organización criminal, contra la salud pública y falsificación de moneda. Según las investigaciones de la Guardia Civil, el sacerdote compraba billetes falsificados para hacer compras con la joven de 18 años que vivía en el domicilio del cura.

Algunas de las infracciones penales que cometieron los detenidos conllevan condenas muy elevadas de cárcel. Las formas de comisión del delito de falsificación de moneda están detalladas en el artículo 386 del Código Penal, que castiga con penas de prisión de 8 a 12 años y cuantiosas multas, tanto al que altere o fabrique billetes falsos como a los que los transporten, expendan o distribuyan en connivencia con el falsificador.

Detenido por un robo

Hace poco más de dos años, el que fuera párroco de las localidades de Beniparrell y Albal, José Vicente O., ya fue detenido por participar en un intento de robo en la ciudad de Valencia. Los hechos ocurrieron en la madrugada del 28 de septiembre de 2014 en la calle Pintor Stolz. La policía sorprendió al cura en actitud vigilante a escasos metros del local. Estaba esperando a dos jóvenes que habían forzado con un hierro la persiana del bar.

Los tres hombres habían llegado minutos antes en el BMW Serie 1 del religioso. La Policía Nacional registró luego el vehículo y encontró una barra de hierro, una caja de guantes de látex, un martillo, tres destornilladores, una llave inglesa, un mango de madera y una azada. Tras ser descubiertos por un vecino, el cura, apostado en una esquina, avisó con su móvil a los otros individuos de la llegada de la policía. Pero los agentes fueron más rápidos e interceptaron a los tres hombres. En el juicio rápido por estos hechos delictivos, el sacerdote aceptó una pena de dos meses de cárcel, que fueron sustituidos por 60 días de trabajos en beneficio de la comunidad.

Días después de su condena, José Vicente relató a LAS PROVINCIAS cómo fueron las 72 horas que permaneció detenido. «Los tres días en el calabozo fueron un regalo de Dios. Me dieron fuerza para ayudar a los más necesitados», afirmó por aquel entonces. El Arzobispado intentó reconducir la conducta del cura tras seguir su evolución con sumo detenimiento y clemencia, confiando en que no volvería a delinquir, mientras continuaba apartado de la vida pastoral por los escándalos que protagonizó cuando era párroco de Beniparrell y Albal.

La labor envangelizadora de José Vicente estuvo acompañada en los últimos años de cierta polémica por los delitos que cometían personas muy allegadas al sacerdote, pero también por las sanciones administrativas, cuatro de ellas por posesión de marihuana, que le impusieron al cura.

Entre enero de 2013 y septiembre de 2014, el religioso fue multado en cuatro ocasiones, tres de ellas en la provincia de Valencia y una en el municipio de Priego de Córdoba, por tenencia de pequeñas cantidades de marihuana. También fue identificado por alterar el orden en una calle.

Además, el 27 de mayo de 2013, un vecino de Albal denunció ante la Policía Local de esta localidad que el sacerdote podría estar abusando sexualmente de varios menores, concretamente se refería a tocamientos, pero la investigación no determinó la comisión de ningún delito sexual.

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