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Un vecino de Real señala el edificio donde el vecino de Real asesinó a su padre a golpes . :: ó. de la dueña
Un anciano fallece en el hospital tras ser agredido por su hijo en Real de Gandia

Un anciano fallece en el hospital tras ser agredido por su hijo en Real de Gandia

El homicida, de 50 años y en estado de embriaguez, se ensañó con su padre octogenario y acabó con su vida tras propinarle puñetazos y patadas

Ó. DE LA DUEÑA

Miércoles, 29 de junio 2016, 00:21

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Puñetazos en la cabeza, patadas en la barriga y golpes contra el suelo. El hijo de Salvador Carbó no tuvo reparo alguno en propinar una brutal paliza a su padre. El hombre, de 80 años, perdió la vida ayer como consecuencia de los fuertes golpes tras varios días debatiéndose entre la vida y la muerte en el hospital de Gandia.

La agresión tuvo lugar el viernes sobre las 22 horas en la localidad de Real de Gandia. Los vecinos de esta población estaban ayer conmocionados al conocer el fatal desenlace de la paliza que recibió Salvador. La víctima era una persona estrechamente ligada al mundo del fútbol de Real. Fue uno de los fundadores del Real de Gandia CF y ha sido socio hasta los últimos días de su vida, durante más de 50 años.

De hecho, hace tan sólo unas semanas recibió un homenaje del club por su extensa trayectoria. Su vinculación con el mundo del deporte hizo que buena parte de los vecinos de Real de Gandia lamentaran ayer su trágico fallecimiento. Residentes, amigos y compañeros del club no daban crédito a lo sucedido.

El hijo de Salvador, un hombre de 50 años, acudió el viernes a la casa, en el número de 2 de la calle Ferreria, en estado de embriaguez. El octogenario, viudo desde hace años y con otra hija que vive fuera, residía en el tercer piso del edificio. Su hijo había viajado a Real para pasar unos días allí.

El asesino vive en Mallorca

El presunto homicida reside de forma habitual en Mallorca y algunos vecinos de la calle Ferreria afirmaron ayer que había acudido a Real «para votar». Al parecer, el agresor visitaba a su padre «poco, una o dos veces al año». El asesino llegó a la casa poco antes de las 22 horas tras pasar horas bebiendo en un bar del pueblo. Con su llegada arrancó una fuerte discusión por motivos que, de momento, se desconocen.

Los vecinos sólo oían «voces», como explicó ayer un residente de un edificio de la misma calle: «Creíamos que eran niños chillando o discutiendo y empezamos a salir a los balcones». En las ventanas de la calle Ferreria había más de una decena de personas que miraban al tercer piso, donde residía Salvador, aunque no se veía qué pasaba en el interior.

A los pocos minutos, el hijo de Salvador salió al balcón: «No sabíamos qué había pasado. Estaba muy nervioso, no podía respirar. Creíamos que le había cogido una crisis de ansiedad», relataron otros vecinos. La actitud del hombre «no era normal», había momentos en que se pegaba «golpes con sus propias manos en la cara y otros en los que parecía que se iba a tirar».

Estado de nerviosismo

Los residentes de la calle llamaron a la Policía Local, que acudió en minutos. Los vecinos del balcón de al lado intentaban calmar al hombre. Nadie sabía en ese momento que el padre había sido víctima ya de una brutal paliza. El asesino hizo amago de tirarse al vacío en alguna ocasión, pero finalmente los residentes del piso anexo le disuadieron y lograron que pasara a su balcón.

Una vez allí, se calmaron los ánimos en la calle. Los vecinos que ayudaron al hombre a cruzar el balcón y los agentes de seguridad lograron que se tumbara en el suelo, con el fin de que se calmara, pero no llegó a tranquilizarse. En ese momento, los policías decidieron cruzar también por la fachada para comprobar cómo se encontraba Salvador.

El agente que atravesó los balcones se topó con un espectáculo dantesco. «Un hombre boca abajo y una sala completamente llena de sangre, tanto en suelo como en paredes». El policía abrió la puerta a los efectivos de Emergencias, que trasladaron a Salvador al servicio de Urgencias del hospital. Algunos vecinos bajaron a la calle para comprobar el estado de su vecino herido: «Tenía la cara hinchada y destrozada, no se distinguía el rostro, era todo sangre». Los agentes de la Guardia Civil se llevaron arrestado al hijo de Salvador por un delito de agresión. Los vecinos afirmaron ayer que el presunto homicida seguía «fuera de sí» en el coche de la Benemérita, «dando golpes a lo cristales».

El agresor entró en prisión tras prestar declaración judicial. Salvador, por su parte, pasó varios días en Urgencias. Pese al intenso trabajo del personal sanitario, el hombre no ha logrado salvar su vida.

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