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Dos guardias civiles junto a los restos de la avioneta siniestrada. :: efe
El piloto fallecido aprendió a volar hace un año para ver más a su familia

El piloto fallecido aprendió a volar hace un año para ver más a su familia

El empresario de Castellón se estrelló cuando se aproximaba al aeródromo de Beas de Segura para realizar un aterrizaje de emergencia

J. MARTÍNEZ/J. R. VILLALBA

Jueves, 11 de febrero 2016, 00:13

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El empresario de Castellón que falleció en un accidente de avioneta en un paraje montañoso de Jaén, Pablo Alemany, de 47 años de edad, era un piloto novel y aprendió a volar hace un año para viajar más a Granada, donde residía con su esposa y sus dos hijos. Los restos de la avioneta Cessna 172 fueron hallados sobre las nueve y media de la mañana de ayer en una zona muy escarpada entre los términos de Beas de Segura y Segura de la Sierra, conocido como barranco Catena, y a unos metros estaba el cadáver de su único ocupante.

Sobre las siete y media de la tarde del martes, un pastor de la zona de Hueco de Bañares (Orcera) y una vecina de La Puerta de Segura oyeron una fuerte explosión. Como ya informó ayer LAS PROVINCIAS, la avioneta despegó del aeropuerto de Manises sobre las 15 horas con destino a Granada y desapareció cuando se aproximaba al aeródromo de El Cornicabral, tras cambiar de ruta debido al fuerte viento, para realizar un aterrizaje de emergencia.

A las 19.20 el Centro de Control Aéreo de Sevilla avisó al aeródromo de Beas de Segura para que activara el plan de emergencias. Desde el aeropuerto de Valencia también realizaron llamadas telefónicas al piloto poco después de que la avioneta desapareciera del radar. El móvil dio tono, pero nadie contestó.

El dispositivo de búsqueda, coordinado por la Guardia Civil de Jaén, estuvo integrado por 50 agentes del cuartel de Beas de Segura y del Servicio de Intervención Rápida de la Comandancia de Jaén, además de policías locales. Dos guardias civiles hallaron a las 9.30 horas de ayer la avioneta estrellada, y a pocos metros estaba el cuerpo sin vida de Pablo Alemany, oriundo de Castellón. Los guardias civiles se apoyaron en las últimas coordenadas de la posición de la aeronave antes de su desaparición, unos datos fueron facilitados por el Ministerio de Defensa.

La víctima vivía a caballo entre la capital granadina y Castellón, donde era directivo de una empresa de expositores cerámicos. De hecho, no quería estar mucho tiempo separado de su familia y por ello decidió hace un año, más o menos, sacarse la licencia de vuelo para robarle tiempo al tiempo y compartir más horas con su familia.

El pasado martes alquiló la avioneta estrellada, una Cessna 172 con el identificativo GPL 13 de la empresa granadina Gesplane, con la que pretendía hacer el trayecto Granada-Valencia. Despegó del aeropuerto de Manises a las 15 horas y tenía previsto llegar al aeródromo de Chauchina a las 17.15 horas. Pero las condiciones meteorológicas, principalmente fuertes rachas de viento, le obligaron a cambiar el rumbo y buscar otra pista de aterrizaje distinta.

El mismo piloto comunicó al Centro de Aviación de Almería los problemas meteorológicos que estaba encontrando. Le informaron que la zona más próxima para aterrizar era una pista en Beas de Segura, y le avisaron por radio que tuviera cuidado si no conocía la zona porque la geografía era muy agreste. La vida del empresario y sus sueños se truncaron poco después en el accidente.

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