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JOSÉ M. ORTUÑO
Viernes, 5 de febrero 2016, 23:41
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Valencia. La Policía Local ha denunciado al dueño de un comercio de Valencia por poner a la venta cerca de 600 kilos de alimentos ilegales según la ley actual, tanto española como de la Unión Europea. La comida está en envases sin fecha de caducidad, sin su correspondiente denominación de origen o sin indicar con qué ingredientes cuenta.
Entre las labores de los agentes, además de las que percibe toda la población por la calle, se encuentra el estar pendiente de que la ciudadanía es legal al ahora de realizar su trabajo. Es decir, su función no sólo empieza cuando alguien impone una denuncia en comisaría. En este sentido, los miembros de la policía llevaban varias semanas vigilando de cerca diversos comercios porque sospechaban de su falta de legalidad en algunos aspectos.
Entre ellos se encuentra una tienda regentada por paquistaníes situada en la calle Manuel Candela de Valencia. Los agentes habían realizado varias inspecciones y, a lo largo de la presente semana, estuvieron convencidos de intervenir, ya que confirmaron definitivamente que los productos que ofrecía no contaban con la homologación prevista en la normativa vigente y por tanto, no podían salir al mercado.
El propietario del establecimiento, por estos hechos, ha sido denunciado al incumplir la Ley General de Sanidad, que indica que los productos deben de llevar su correspondiente etiqueta y, que además, las indicaciones deben de aparecer en una lengua oficial, dos circunstancias que tampoco estaban presentes en los alimentos encontrados por la policía valenciana, según indicaron las fuentes de la investigación consultadas por este periódico, que también recuerdan que los artículos que se ponen a la venta deben de reunir unas características sanitarias, de higiene y de elaboración y distribución de alimentos. De lo contrario, serán sancionados.
De momento, la comida que fue intervenida no ha sido confiscada por los agentes. El dueño del local cuenta con diez días desde que se interpuso la denuncia para presentar ante la policía las facturas que demuestren cómo se ha hecho con la mercancía y de dónde procede. Asimismo, tiene la obligación de reetiquetar todos los productos ilegales de que dispone según lo establecido por la legislación española. Mientras no lleve a cabo todas estas labores, no podrá vender el género, mientras que los agentes acudirán de nuevo al comercio para asegurarse de que cumple la normativa o, de lo contrario, la sanción ya impuesta podría incrementarse considerablemente.
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