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Los equipos de salvamento tratan de sacar del agua el cuerpo ya sin vida del hombre fallecido ayer en la Azud de Antella. :: manuel molines
Tres ahogados y dos heridos en una jornada trágica en aguas de la Comunitat

Tres ahogados y dos heridos en una jornada trágica en aguas de la Comunitat

Dos turistas de Madrid fallecen en las playas de Piles y Gandia, mientras un colombiano muere en la Azud de Antella

JOSÉ M. ORTUÑO

Domingo, 2 de agosto 2015, 23:54

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Domingo trágico en la Comunitat. Mientras varios municipios celebraban la festividad de Nuestra Señora de los Ángeles, tres personas perdían la vida ahogadas en aguas valencianas. Concretamente, dos madrileños y un colombiano. Además, la situación pudo ser más grave, puesto que los servicios sanitarios tuvieron que atender a heridos de diversa gravedad.

El primero de los espantosos acontecimientos se produjo a las 10.45 horas en una playa de Piles y, según fuentes de Cruz Roja, fue consecuencia de una temeridad de la víctima. Una mujer de 61 años, natural de Pozuelo de Alarcón (Madrid), se adentraba en el mar cuando todavía no había vigilantes en la arena, ya que inician su jornada a las 11 de la mañana. Por si ello fuera poco, no tuvo en cuenta que la marea se complica después de una tormenta como la que se ha vivido en los últimos días. De hecho, el sábado en prácticamente todas las playas de la región se izaron banderas rojas.

Los miembros de Cruz Roja de Piles tenían ya preparados los distintivos amarillos para ayer, pero su jornada laboral empezó antes de que pudieran disponerlos en el asta. Una pareja de alemanes advertía a la socorrista cuando llegaba a su lugar de trabajo de que alguien se estaba ahogando. Ambos turistas se metieron de inmediato en el agua para tratar de rescatar a la víctima. Lo mismo que hizo la salvavidas pocos segundos más tarde.

Eran las 10.54 cuando el cuerpo de la mujer madrileña salió del mar. En esos instantes otro socorrista se acercaba hasta el lugar del incidente con un botiquín de oxigenoterapia con el que llevar a cabo una reanimación cardiopulmonar (RCP) básica. Al mismo tiempo, llamaron a una ambulancia, que tardó un cuarto de hora en llegar. A las 11.12 horas los servicios sanitarios se encontraban ya en la orilla para realizar a la víctima una RCP avanzada. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en balde, puesto que ya había fallecido. Los bañistas que buscaban sol y tranquilidad se dieron de bruces con el drama, pues el levantamiento del cadáver no se produjo hasta diez minutos antes de las dos.

Justo en ese mismo momento, a escasos kilómetros de distancia, en la playa Norte de Gandia, tuvo lugar el segundo drama del día. También con bandera amarilla, aunque en esta ocasión con los vigilantes en su posta, un hombre de 53 años -también de Madrid- fue hallado en postura decúbito supino flotando en el agua. El cuerpo estaba a unos 100 metros de la orilla en el carril habilitado especialmente para practicar 'kitesurf', es decir, en una zona balizada en la que se no está recomendado el baño.

De inmediato Cruz Roja activó todos los recursos de que dispone en la zona. Así, se adentró en el mar el socorrista más cercano, una embarcación de salvamento y se llamó al SAMU. A las 14.08 el varón era arrastrado con vida hasta la orilla, donde se le practicó la respiración cardiopulmonar. En las inmediaciones había un médico que se ofreció voluntario para intubar a la víctima (sólo puede hacerlo especialistas autorizados), que evolucionó favorablemente e, incluso, por momentos recobró la consciencia. Este hecho hizo que se decidiera trasladarlo al hospital más cercano y que los sanitarios de la ambulancia continuarán con los ejercicios de salvamento. Sin embargo, perdió la vida durante el trayecto.

Ante estos acontecimiento de nefastas consecuencias Cruz Roja reclamó «máxima prudencia en los días con mar complicada y que la gente haga caso a los avisos de los socorristas y al color de las banderas, así como que sólo se bañen en zonas vigiladas».

El último ahogado se dio en el río Xúquer, concretamente en el Azud de Antella, un lugar en el que no está permitida la entrada. Sin embargo, cada verano se congregan miles de personas buscando refrescarse.

Es lo que hizo la tercera víctima del día. Un colombiano que al tirarse por una de las compuertas que hay en la zona de la cascada quedó atrapado. En el lugar había maderas debajo del agua y en estas se le enganchó la pierna. Apenas había profundidad, según aseguraron a este periódico las fuentes consultadas, «entre 50 centímetros y un metros», pero no pudo salir. Los bomberos se adentraron en el río con la intención de salvar la vida del bañista pero fue imposible. Las potentes corrientes lo impedían. De hecho, tardaron tres horas en sacar el cuerpo ya sin vida.

Cerca de allí se produjo otro incidente. Un hombre de mediana edad resbaló y se dio un duro golpe contra una piedra, lo que obligó a la ambulancia a trasladarlo de inmediato al hospital.

El sábado por la tarde en Cullera también se vivieron momentos de pánico a causa de las fuertes corrientes. Un joven trataba con ahínco de salir del agua, pero la marea lo arrastraba hacia el horizonte, por lo que tuvo que intervenir un socorrista antes de que lamentar males mayores.

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