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Manuel García
Miércoles, 3 de junio 2015, 10:06
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El centro de salud de Sueca fue el escenario de un incidente que, aunque no tuvo mayores consecuencias, sí pudo haberlas tenido con un médico de por medio que fue amenazado de muerte por un policía local en un episodio que no encuentra explicación racional entre los compañeros del policía.
La mañana se desarrollaba con normalidad en el centro sanitario de la capital de la Ribera Baixa cuando, minutos después de las doce del mediodía, un agente de la Policía Local, vestido con su uniforme reglamentario, se dirigió a una de las consultas. Entró en la misma y le exigió al doctor que le firmara la baja laboral. Al preguntarle éste los motivos de su petición, el agente comenzó a ponerse más agresivo e incluso le dio una patada a la mesa que hizo que algunos documentos cayeran al suelo.
En este punto de la historia es cuando las versiones de ambos se separan. El policía local reconoce que sí amenazó de palabra al sanitario con matarlo disparándole dos tiros y añadiendo que luego se suicidaría. El médico, sin embargo, explicó que, además, el policía sacó su arma reglamentaria y le amenazó con la misma. Al producirse estos hechos el médico salió corriendo de la consulta por si el policía cumplía su amenaza.
Al conocer lo que estaba ocurriendo, y para tratar de que no hubiera desgracia personal alguna, compañeros del policía local se personaron en el centro de salud y sin que éste opusiera resistencia le quitaron su arma y trataron de tranquilizarlo para evitar que pudiera herir a alguien o a él mismo.
Además, y ante las indicaciones del propio policía, acudieron a su domicilio para requisarle otra pistola y una escopeta que tenía en su casa. Esta acción podría demostrar, según afirmó alguno de sus compañeros, que había tenido un episodio pasajero sin explicación y, posteriormente, se había dado cuenta de lo ocurrido.
Posteriormente, llegaron hasta el lugar de los hechos agentes de la Guardia Civil de Sueca, que detuvieron al policía por la situación generada y lo llevaron hasta el cuartel de la Benemérita, donde permanecía en la jornada de ayer a la espera de pasar a disposición judicial hoy y ofrecer su versión de lo ocurrido.
Quienes conocen al policía local, natural de Sueca, no se explican qué pudo haber pasado por su cabeza para cometer esta acción: «Se le han cruzado los cables porque es una persona muy amable y simpática con todo el mundo. No sabemos qué le ha podido pasar ni teníamos noticia de que tuviera ningún problema de cualquier tipo. Es la primera vez que lo vemos así desde que lo conocemos».
El agente, de mediana edad y con una larga trayectoria, se mostró, a continuación del incidente en el centro de salud, muy tranquilo y en este estado continuaba en las dependencias del cuartel de la Guardia Civil suecana.
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