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Un técnico revisa los contadores calcinados en uno de los patios afectados. :: irene marsilla
Un pirómano quema con carritos de bebé cinco portales de viviendas en Torrent

Un pirómano quema con carritos de bebé cinco portales de viviendas en Torrent

El fuego generó un humo tóxico que desató la alarma vecinal y uno de los residentes sufrió quemaduras al tratar de apagar las llamas

ADA DASÍ

Jueves, 5 de marzo 2015, 00:02

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Algo tan inocente como un carrito de bebé ha servido para que un pirómano incendiara cinco zaguanes en Torrent en la madrugada del miércoles. Y todo ellos en menos de tres horas. Al parecer, el hombre forzó las puertas de los patios en los que veía algún carrito que los vecinos dejaban bajo para evitar tener que subirlos a pulso hasta sus viviendas, al ser fincas antiguas sin ascensor. Luego los acercaba a los contadores de luz, donde les prendía fuego para cortar el suministro y evitar que los residentes pudieran bajar a sofocar las llamas.

A la una de la madrugada sonaba la primera alarma en la calle Virgen de la Purificación. Una hora después, la Policía Local de Torrent recibía un segundo aviso de incendio en la calle San Gregorio, donde un vecino tuvo que ser atendido por quemaduras al tratar de apagar el fuego. Casi al mismo tiempo se recibía una llamada de nuevo en El Salvador.

El pirómano volvió a actuar a las cuatro de la madrugada en Benisaet, en un patio cercano a este último, desbordando los servicios de emergencias locales y ocasionando una alarma generalizada en la barriada.

Pero este sería su último incendio, porque una vecina que salió al balcón alertada por el humo pudo dar una detallada descripción de la ropa que llevaba el sospechoso. Los datos sirvieron para que agentes de la Policía Local pudieran identificarlo y detenerlo en la calle antes de que entrara en otro patio.

«Mi padre se despertó porque duerme con un aparato para la apnea y se apagó. Al levantarse vio que las luces de emergencias estaban encendidas y que al dar al diferencial no volvía la luz», explica María José, una de las vecinas de la finca de la calle El Salvador. «Al abrir para bajar al patio, se encontró con una cortina de humo densa. Cerró la puerta de casa y pusimos toallas mojadas debajo de la puerta hasta que llegaron los bomberos», relata.

En esta finca todavía no han tenido tiempo de valorar los daños causados por el pirómano, pero a simple vista hay afectados dos contadores y el general de la escalera. Los azulejos se han caído de las paredes y el techo y algunas puertas de los primeros pisos están ennegrecidos por el humo.

El problema al que se enfrentan ahora es que carecen de seguro que cubra los desperfectos. «La mayoría de propietarios son gente mayor y veremos como tenemos que pagar todo esto», comenta José, uno de los vecinos que ayer comenzó a limpiar el patio.

Pero más que preocupado por los estragos causados, José alerta sobre la alarma que estos hechos provocaron en la escalera. «Una de mis hijas tiene seis años y no quiere bajar porque dice que le da miedo», explica el afectado. Y no es para menos. El hombre tuvo que sacar a las dos pequeñas al balcón para que pudieran respirar la noche del incendio mientras los bomberos controlaban las llamas.

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