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Viernes, 21 de noviembre 2014, 16:17
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El magistrado-presidente del tribunal del jurado en la Audiencia de Valencia ha condenado a 15 años y ocho meses de cárcel al acusado de asfixiar a su amante en la localidad de Torrent cuando ella le comunicó que quería romper la relación. Además, le impone una indemnización de 300.000 euros para los herederos de la víctima: una niña de cinco años en el momento de los hechos (200.000 euros), los padres (40.000) y la pareja (60.000). Asimismo, tiene prohibido residir en la localidad de la víctima durante 20 años y aproximarse a la familia por el mismo tiempo a menos de 300 metros.
Así lo ha decidido el magistrado en aplicación del veredicto de culpabilidad alcanzado por un jurado popular, que declaró probado que entre el acusado y la víctima existía una relación "de amistad íntima" nacida como consecuencia de haberse conocido en el gimnasio. El 4 de septiembre de 2013, la mujer acudió a la vivienda de él en Torrent, donde le manifestó que quería romper la relación, lo que contrarió al acusado, que la estranguló con una goma por detrás y de manera "sorpresiva".
Según el magistrado, en este caso, del examen del acta del jurado se constata "con claridad" la "validez e idoneidad de los medios de prueba" de toda naturaleza explicitados y que fueron tomados en cuenta para conformar la convicción acerca de los hechos y que permite asentar todo lo que se ha considerado probado. Así, califica como asesinato el ataque del acusado que, según el jurado, se produjo "por la espalda y sorpresivo", anulando toda posibilidad de defensa.
Dominación machista
El magistrado cree que la pena imponible debe ser 15 años y ocho meses de cárcel ante las circunstancias del caso "y dadas las repugnantes connotaciones de dominación machista y desprecio a la condición de mujer, a la que no consciente que pueda dejar la relación que mantenía".
Asimismo, resalta la indemnización para la hija de la víctima, a la que el asesino "ha condenado a criarse sin el cariño y la relación con la madre para siempre, lo que por encima de lo que pudiese aportar la fallecida a su educación, es algo que no tiene precio y es de muy difícil evaluación y más de una correcta reparación".
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