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Los Mossos confiscan el mayor alijo de metanfetamina de Europa

Los agentes se incautan en la localidad catalana de L'Hospitalet de Llobregat de 131 kilos de droga valorados en 30 millones de euros que habían llegado ocultos en un cargamento de piñas en almíbar

EFE

Miércoles, 19 de noviembre 2014, 13:29

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Los Mossos d'Esquadra han intervenido en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona) el mayor alijo de metanfetamina de Europa, con 131 kilos valorados en 30 millones de euros, que habían llegado de México, con escala en Italia, ocultos en un cargamento de piñas en almíbar.

En rueda de prensa, el inspector jefe del área central de Crimen Organizado de la División de Investigación Criminal de los Mossos d'Esquadra, Antoni Rodríguez, y el intendente portavoz de la policía catalana, Xavier Porcuna, han destacado la importancia de esta operación, que ha permitido desarticular la rama catalana de un cártel mexicano, con la detención de dos personas.

La metanfetamina, una sustancia química estimulante más potente que la cocaína y con efectos devastadores para la salud, es la segunda droga con más adeptos en el mundo, con 34 millones de consumidores, tan sólo por detrás de la marihuana, si bien su consumo es residual en España, por lo que los investigadores están convencidos de que su destino final era Australia.

Los 131 kilos de metanfetamina intervenidos -que se podrían haber transformado en más de 600.000 comprimidos- se encontraban escondidos en una veintena de las 800 cajas de un cargamento que llegó al Puerto de Barcelona con 18.000 latas de piña en almíbar, la mayoría con el producto anunciado.

Error del cártel que introdujo la droga

Los Mossos han podido intervenir este cargamento gracias a un error del cártel mexicano que introdujo la droga en España, ya que por un desliz no pudieron evitar que doce latas -de las que ocho contenían metanfetamina - fueran entregadas a comerciantes a los que se pretendía vender la piña en España para evitar levantar sospechas sobre la carga antes de enviar la droga a Australia.

La metanfetamina, una sustancia blanquecina y pastosa, estaba cuidadosamente protegida en las latas de piña, de unos 600 gramos, ya que iba envuelta en plástico y líquido protector, para aislarla de cualquier situación que la pudiera dañar, antes de prepararla para que los consumidores la pudieran inhalar, fumar, inyectar o tomar disuelta en líquido.

Investigación

Cuando los Mossos fueron advertidos del hallazgo de casi cuatro kilos de metanfetamina en las ocho latas procedentes de un cargamento del Puerto, se dispararon todas alarmas, porque rápidamente sospecharon que detrás había una red internacional que quería destinar la droga a otro país, ya que en España esta sustancia sólo representa el 0,2% del consumo de drogas.

Los Mossos iniciaron una investigación y, con la autorización de un juzgado de Igualada (Barcelona), inspeccionaron unas 780 cajas de la partida depositadas en el Puerto, aunque no encontraron sustancias estupefacientes. Al comprobar que faltaban veinte cajas, los Mossos intensificaron sus pesquisas, hasta que dieron con la pista de un hombre de nacionalidad mexicana que periódicamente iba a vigilar un trastero en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), donde finalmente localizaron e intervinieron las 20 cajas con los 127 kilos restantes de metanfetamina. Según los Mossos, este hombre, de 40 años, integraba la rama española del cártel mexicano junto a una mujer de 29 años, también mexicana, que se encargaba de la logística desde Madrid, donde fue detenida con la colaboración de la Policía Nacional. Los dos detenidos permanecen en prisión preventiva por orden judicial.

Los Mossos d'Esquadra también identificaron a otros dos supuestos miembros del cártel mexicano, afincado en el departamento de Jalisco, que en España se movían únicamente por Madrid y que antes de poder ser detenidos regresaron a su país.

Según los investigadores, el cártel camuflaba el tráfico de drogas aprovechándose de las dificultades burocráticas para seguir el rastro del comercio marítimo, ya que enviaban la droga a Europa, sin destinatario concreto ni destino fijo, alternando varios puertos, para que cuando finalmente la remitían a Australia no levantase sospechas de las autoridades portuarias tras haber superado controles en varias escalas por Europa.

Cuando el cargamento se encontraba en España, los narcos vigilaban las latas con la metanfetamina y trataban de dar salida comercial a parte del cargamento de piñas, para no levantar sospechas, pero fue en este trámite donde se cometió un error fatal y, por un despiste, unas latas con la droga fueron ofrecidas a comerciantes para su compra como fruta, lo que dio al traste con sus planes y destapó la trama.

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