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Raúl, el joven fallecido en el circuito de Cheste, en una imagen de su Facebook. :: lp
Un minuto maldito en  el circuito de Cheste

Un minuto maldito en el circuito de Cheste

El piloto herido sigue ingresado en el hospital con fracturas en la pierna y tras haber sufrido la extirpación del bazo

A. RALLO

Lunes, 20 de octubre 2014, 00:15

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Luto en la familia motera. Los foros de aficionados a las dos ruedas se llenaban ayer de mensajes de pésame a la familia y amigos de Raúl Cebollero, el joven de 35 años de edad que perdió la vida durante una rodada en el circuito de Cheste. El otro piloto implicado en el accidente permanece ingresado en un hospital de Valencia. Tiene fracturas en la pierna, un tobillo y ha sido intervenido en dos ocasiones. En una de ellas, para extirparle el bazo, según fuentes de la organización de la prueba.

«No puedo imaginarme una persona más alegre, simpática y bromista», expresaba una compañera del fallecido en la página web todocircuito.com. El hombre residía en Barbastro, provincia de Huesca. Sus padres, en cambio, viven en una población cercana, El Tormillo.

Su perfil en la red social Facebook recoge su pasión por las motos. «Vivir intensamente, sentirse vivo» o «todo lo irracional termina siendo lo que te apasiona y enamora» son dos de las frases que acompañan imágenes de motocicletas y que muestran, sin duda, la devoción que sentía por las dos ruedas. El joven, soltero y con un hermano, trabajaba como técnico en una empresa de mantenimiento de ascensores en Barbastro, según información facilitada por el Heraldo de Aragón.

Otra de sus aficiones era el radiocontrol, cuenta un amigo íntimo en internet. También el esquí aparece como una de sus actividades preferidas en los momentos de ocio. Está previsto que su cuerpo sea trasladado hoy a su localidad natal.

El accidente ocurrió cerca de las dos menos cuarto de la tarde. «Un minuto maldito», recuerda uno de los participantes en el evento. Se trata de esos segundos en los que todo sale mal y a los que, en muchas ocasiones, resulta complicado hallar explicación ante el desastre. Ocurrió ayer en Cheste. Pero pasa en todas las vidas. Todos los días. La diferencia es la magnitud de las consecuencias.

«Mira, yo estaba rodando cuando ocurrió esto. A punto estuve de salirme de la pista. Pero es que antes del accidente mortal se produjeron otros dos siniestros. Un chaval tenía una torcedura de tobillo y otro creo que se rompió la tibia», relata a LAS PROVINCIAS. El protagonista de este último incidente lo confirmó en su cuenta de Facebook. «Aún no me creo lo que ha pasado». Sorprende y mucho esta sucesión de accidentes para el testimonio anterior, acostumbrado a participar en rodadas. «No es nada habitual, la verdad. En ocasiones se producen caídas, pero no van más allá de algunos rasguños».

Otros foreros, que también afirman que se encontraban en el Ricardo Tormo, comentaron que algunos pilotos no respetaron las banderas tras el siniestro mortal. Lejos de aflojar su ritmo siguieron «dando gas». «Tardaré mucho tiempo en olvidar el ruido del golpe», señalaba otro compañero presente en el recinto valenciano.

El accidente, tal y como ayer publicó en exclusiva LAS PROVINCIAS, se produjo al final de la recta de meta. El herido circulaba delante cuando sufrió una avería en su moto y comenzó a reducir velocidad. Se apartó a un lado y levantó la mano para advertir al resto de pilotos. Las fuentes consultadas desconocían por qué Raúl no se percató de su presencia y le embistió a unos 200 km/h.

Muchos de los comentarios, además de trasladar el pésame a la familia y amigos, hacían un llamamiento a la precaución en este tipo de eventos. Las rodadas son de las experiencias más emocionantes para los aficionados a las motos. Por un precio que ronda los 160 euros se puede disfrutar de la velocidad con garantías de seguridad.

Sin embargo, no es una práctica exenta de riesgos. Muchos de los 'moteros' recordaban la necesidad de mantener las distancias y evitar rebufos (colocarse inmediatamente detrás del que circula por delante) así como la «obsesión» por conseguir tiempos, circunstancia que obliga a ir al límite. Y es ahí donde se producen los errores.

Los dos pilotos accidentados corrían en el nivel intermedio. La empresa organizadora del evento, Motor Extremo, divide a los participantes en tres categorías de acuerdo a su experiencia. Los dos jóvenes accidentados rodaban con su propia moto. Por suerte, según todas las fuentes consultadas, el dispositivo sanitario del Ricardo Tormo funcionó a la perfección.

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