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A. G. R.
Jueves, 2 de octubre 2014, 00:17
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El Tribunal Supremo ha confirmado la pena de dos años de prisión para un soldado que llamó a la base de Bétera para anunciar la colocación de una bomba. El aviso obligó a activar todos los protocolos de seguridad en la instalación. Finalmente, se decretó que fue una falsa alarma.
Los hechos ocurrieron en junio de 2011. Esa noche, un grupo de militares celebraba una cena en un restaurante de Valencia. El cabo que se encontraba en la unidad de vigilancia de la base atendió la sorprendente llamada. De inmediato, creyó haber reconocido la voz de uno de sus compañeros. Pensó que se trataría de una broma. Una militar, que también ocupaba el puesto de vigilancia, intentó contactar con dos asistentes a la cena. No lo logró.
Este fue el motivo por el que finalmente se trasladó la comunicación al oficial de guardia. Y de ahí al coronel de la base quien activó los protocolos de seguridad. El Supremo ratifica de esta forma la sentencia del Tribunal Militar Territorial Primero de Madrid.
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