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Como un Scalextric. Un vehículo eléctrico circula enganchado al raíl de la carretera por medio del brazo móvil instalado en sus bajos. eroadarlanda
Suecia inaugura la primera carretera electrificada del mundo

Suecia inaugura la primera carretera electrificada del mundo

Los vehículos 'limpios' podrán recargarse mientras transitan por ella

JOSEBA VÁZQUEZ

Viernes, 20 de abril 2018, 00:33

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Conducir como si estuvieras en el interior de uno de los vehículos en miniatura del Scalextric, pero con turismos y camiones de tamaño real y por carreteras auténticas y pobladas de tráfico, ya es posible en Suecia. Basado en un sistema de enganche a un raíl idéntico al del popular juego, el país escadinavo acaba de inaugurar un pequeño tramo asfaltado por el que los vehículos eléctricos podrán recargar sus baterías al tiempo que circulan por él. Se trata de un trecho de solo dos kilómetros muy cerca de la capital, Estocolmo, pero supone un importante paso más adoptado por el Gobierno sueco, referente internacional en la toma de medidas destinadas a reducir la emisión de gases y la contaminación atmosférica.

La energía se transfiere desde un carril metálico incrustado en el asfalto a través de un brazo móvil que los vehículos deben llevar en su parte inferior y que conecta los conductos con el motor y la batería. Siempre que el automóvil se mantenga atado al contacto eléctrico, no necesitará alimentarse de su batería autónoma. Cuando el aparato se desplaza hacia un lado o se detiene, el brazo se desconecta de forma automática. Estos raíles solo se alimentan cuando un coche, furgoneta o camión se sitúa sobre ellos. Y, ¡tranquilidad!; no hay riesgo de electrocución, según afirma Hans Säll, director ejecutivo del denominado proyecto eRoadArlanda, encargado de la instalación y gestionado por un consorcio del que participa la Administración de Transporte de Suecia. «No hay electricidad en la superficie. Cinco o seis centímetros abajo es donde está la electricidad. Al inundar el tramo con agua salada descubrimos que el nivel de electricidad en la superficie es de solo un voltio. Se podría caminar descalzo por él», garantizó Säll.

Suecia se ha comprometido firmemente con el impulso del transporte sostenible como una de las estrategias básicas para alcanzar su proclamada meta de entrar en el año 2030 sin depender de los combustibles fósiles. Ello requiere una reducción de su uso de al menos el 70% en el sector del tráfico rodado.

Abaratar costes

En esta línea, las redes nacionales del país nórdico se están alejando cada vez más del carbón y el petróleo, por lo que la capacidad de almacenamiento de los 'ecars' se considera esencial. La ampliación de la red de carreteras electrificadas exigirá una sencilla adaptación de los vehículos eléctricos, la necesaria para dotarlos del brazo móvil que debe engancharse en el riel. Su ventaja, más allá del beneficio medioambiental, se presenta como fundamentalmente económica, ya que la carga en marcha de estos coches hará innecesarios los postes de recarga y reducirá el tamaño de las baterías junto a los costes de fabricación.

La vertiente financiera queda patente en la propia ubicación de los dos kilómetros ahora abiertos, estratégicamente situados entre el principal aeropuerto de Estocolmo, Arlanda, y un centro logístico de gran importancia para el país. El tramo electrificado se encuentra abierto a todo tipo de vehículos, pero se ha pensado primordialmente para camiones, que son los más pesados y contaminantes, pero también cruciales en el transporte de mercancías.

Por tanto, las calzadas electrificadas irán en aumento en Suecia, que cuenta con medio millón de kilómetros de carreteras. En eRoadArlanda calculan que dotar de raíles a 20.000 de esos kilómetros -no de forma lineal, sino distribuidos- sería suficiente para cubrir la demanda de los autos 'limpios'. «La distancia entre dos vías electrificadas nunca sería mayor de 45 kilómetros y estos vehículos ya tienen esa autonomía», argumenta Hans Säll. La construcción de estas calzadas no resulta barata. Cada kilómetro exige una inversión de un millón de euros, pero los responsables del proyecto afirman que ese gasto es cincuenta veces menor que el requerido para construir una línea de tranvía urbano.

Suecia ha puesto la directa en esta cuestión. Hace dos años ya inauguró otro tramo de dos kilómetros de autopista dotado de electricidad, pero por un sistema aéreo de catenarias solo aptas para la altura de camiones. Aquello lo hacía inutilizable para furgonetas y turismos, cosa que no sucede con el nuevo método.

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