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Martes, 26 de julio 2016, 17:46
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Quedarse embarazada en verano es más fácil que en otro periodo estacional. Y es que en plenas vacaciones, los tratamientos de fertilidad tienden a tolerarse mejor entre las pacientes y se obtienen más resultados positivos de embarazo.
La causa principal de este fenómeno es la disminución del estrés y de las preocupaciones cotidianas en esta época, como el trabajo, la conciliación con la vida en pareja o en familia y la falta de tiempo libre.
Según apunta el doctor Raúl Olivares, ginecólogo especialista en Reproducción Humana Asistida y director médico de Barcelona IVF, «durante el período de vacaciones estivales, las pacientes no tienen que preocuparse por compatibilizar los tratamientos con su agenda laboral, algo que generalmente puede producir cierta tensión, ya que suelen intentar mantenerlo en secreto en su entorno de trabajo».
La relación entre el estrés y la fertilidad ha sido constatada y analizada por numerosos estudios médicos en los últimos años. Entre estas investigaciones se encuentra una llevada a cabo por la Universidad de Liverpool en el Reino Unido. El estudio concluye que, cuando las mujeres se encuentran bajo estrés y tensión, su cuerpo produce adrenalina y tiende a retrasar o incluso frenar la producción de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH), clave en la ovulación y en el ciclo reproductivo.
Para curiosos
Atze Mena, psicóloga especializada en reproducción asistida, ginecología, sexualidad y terapia de pareja, y miembro del equipo de Barcelona IVF, nos da las claves para responder a esta pregunta.
Las vacaciones de verano propician sin duda un mayor encuentro de la pareja. Éste puede ser negativo, ya que la pareja pasa mayor tiempo juntos y se evidencian los desencuentros (de público conocimiento es que la vuelta de vacaciones es el periodo en el que más rupturas se confirman), o bien puede resultar positivo. Esta visión positiva es la que hemos escogido como punto de partida.
Durante las vacaciones de verano, varios factores propician que las relaciones sexuales sean más frecuentes y de mejor calidad que durante el resto del año por los siguientes factores
Hormonas que interactúan en la función sexual.
La luminosidad (y la cantidad de exposición a los rayos solares) hace que nuestro organismo produzca vitamina D, aumentando los niveles de testosterona responsable del deseo sexual. Esta hormona está presente en ambos sexos, aunque en distintas proporciones. También se incrementan con las altas temperaturas la serotonina y las endorfinas (hormonas movilizadoras de sensaciones tales como el placer y la felicidad)
Estímulos sexuales.
La cantidad de ropa, el buen humor, la buena disposición e incluso la sudoración son reclamos para una mejor predisposición a la frecuencia de relaciones sexuales. De hecho, hay estudios que afirman que la época estival es cuando mayor número de infidelidades se comenten y también donde se hacen más patentes las disfunciones sexuales.
Aspectos psicosociales.
Durante el periodo estival es cuando disfrutamos mayoritariamente de las vacaciones. La ruptura con nuestras estresantes rutinas, el descenso de las responsabilidades y la predisposición a la felicidad y al placer hace que tengamos más tiempo para dedicarle a la pareja o al sexo, sin tiempos, ni madrugones (que no sean placenteros) y más disponibilidad de horas del día. Podemos disfrutar de las relaciones sexuales por la mañana, a media mañana, después de la siesta, a media tarde, etc, sin vincularlo a un único horario con la obligatoriedad que esto conlleva.
En la misma línea, otro estudio de la Universidad Radboud de Nimega (Países Bajos) afirma que existe una relación significativa entre factores psicológicos como el estrés y la ansiedad y la probabilidad de quedarse embarazada tras un tratamiento de fecundación in vitro o inseminación artificial. La investigación también apunta a la producción de adrenalina y a su efecto en el hipotálamo, una zona del cerebro del tamaño de un guisante, que además del estrés también controla el proceso de reproducción humana, inhibiendo la hormona que favorece la ovulación.
Consejos para mejorar la fertilidad
Además de reducir el estrés lo máximo posible, los expertos dela clínica de reproducción asistida Barcelona IVF propone una serie de recomendaciones a seguir para poder mejorar la fertilidad y las posibilidades de embarazo en verano.
1. Llevar un estilo de vida saludable, tanto las mujeres como los hombres. Es importante mantener un peso adecuado, seguir una dieta rica en fruta y verduras, practicar ejercicio y evitar tanto el tabaco como el alcohol. Además, incorporar los antioxidantes de frutas de verano como arándanos, frambuesas y moras o de complejos multivitamínicos puede mejorar la calidad del semen.
«Los antioxidantes contribuyen positivamente a incrementar la fertilidad, sobre todo en el caso de los hombres. Con la edad, presentan muchas veces un alto nivel de fragmentación del ADN como consecuencia de los procesos de oxidación que ocurren a nivel testicular», afirma el doctor Olivares.
2. Optimizar las relaciones sexuales centrándolas durante el periodo de ovulación, que se da entre los días 12 y 16 de un ciclo menstrual regular de 28 días. En este sentido, las vacaciones de verano ofrecen más tiempo libre y, por tanto, la oportunidad de maximizar las posibilidades de éxito y de un embarazo siguiendo este consejo.
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