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Jueves, 28 de enero 2016, 21:16
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Existen numerosos pequeños hábitos y costumbres diarias que, aunque no lo puedas creer, te ayudan a engordar, o lo que es lo mismo, a ganar peso o acumular grasa. Probablemente has empezado a acudir al gimnasio a hacer ejercicio aeróbico (bici, piscina, cinta, elíptica...) o probar con el 'running' (correr, como ha sido toda la vida) pero no obtienes todos los resultados que esperabas. En primer lugar, persevera. No se pierde peso en dos días. Y en segundo lugar, mira si haces alguna de estas cosas que ayudan a que no pierdas peso o, mejor dicho, grasa.
Saltarse comidas. Contrariamente a lo que se piensa, saltarse comidas no suele ayudar. La digestión quema calorías y activa el metabolismo. Además, hace llegar con más hambre a la siguiente ingesta; por ejemplo, no merendar hace que llegues con más hambre a la cena, donde puedes cometer excesos. Si no desayunas, lo mismo ocurrirá en el almuerzo o la comida.
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Comer alimentos 'light' sin control. Como se ha demostrado, aunque las versiones 'ligeras' tengan menos calorías que las normales, tomar alimentos 'light' sin medida puede engordar y mucho, sobre todo si se trata de productos con alto contenido calórico o de grasas: por ejemplo, las papas o patatas fritas 'light' o los quesos ligeros.
No contar calorías. Relacionado con los anterior, y sin llegar a obsesionarse, es bueno saber qué cantidad aproximada de calorías se toman al cabo del día. No se trata de ir contando y sumando calorías, pero sí de tener una idea de las Kcal que entran en el cuerpo y, aproximadamente, las que se consumen haciendo deporte (moderado al principio) y/o con los quehaceres cotidianos.
Confiar ciegamente en lo integral. Los alimentos integrales, como puedes ver en este enlace, tienen las mismas calorías o unas pocas menos que los no integrales. Pero, apenas hay diferencia en este sentido. Eso sí, mejoran la digestión, y lo más importante de todo: aumentan la sensación de saciedad y eso hace que no comas más.
No dormir. Aunque te parezca mentira, dormir poco o mal hace que ganes peso. Al no descansar, el cuerpo necesita alimentos para reponerse. Si duermes bien y tienes unos hábitos estables y saludables, el organismo reacciona mejor.
Platos grandes, raciones grandes. Cuanto más grande sea el recipiente, proporcionalmente mayor será la comida que ingieras. Quizá sirva para engañarse a uno mismo pensando que el plato está más vacío y comes menos, pero la mayoría de veces no es así. Lo mejor es usar platos normales, ni grandes ni pequeños.
Masticar rápido y comer con prisa. Cuanto más se mastica, más aumenta la sensación de saciedad y más pronto te sientes lleno. Relacionado con esto está la forma de comer: si se hace muy rápido ni se mastica ni se digiere de la mejor forma. No engullas.
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