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La vestimenta a base de prendas térmicas, unida al frío y a la práctica de ejercicio físico intenso, favorece la deshidratación y nos da la sensación de tener hambre.
Cómo potenciar tu energía esquiando

Cómo potenciar tu energía esquiando

Los hidratos de carbono integrales son rápidamente digeridos y absorbidos para proporcionar energía de manera inmediata

redacción

Viernes, 30 de enero 2015, 12:57

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Algunas veces, a pesar de haber estado preparándose físicamente, cuando se llega a las pistas de esquí uno se siente cansado con tan solo un par de descensos. Para paliar esto, lo mejor es comer hidratos de carbono complejos, ya que son rápidamente digeridos y absorbidos por nuestro organismo para proporcionarnos una energía de manera inmediata. Es mejor aún si estos hidratos de carbono son integrales, ya que contienen más fibra, vitaminas y minerales que las versione refinadas.

Tal y como recomienzan los expertos de Sanitas, y bajo la supervisión médica del doctor Ignacio Orive, un menú óptimo para un día de esquí sería el siguiente:

Diez claves

  • ir sobreseguro

  • 1. Ponte en forma antes de ir a esquiar.

  • 2. Contrata un seguro adecuado que te cubra ante posibles incidencias o accidentes.

  • 3. Consulta el parte metereológico. Adapta la vestimenta y el plan de actividades a realizar de acuerdo con las previsiones meteorológicas.

  • 4. Utiliza protección solar del número 15 como mínimo en las siguientes zonas orejas, nariz, barbilla y labios.

  • 5. Dispón de un equipamiento deportivo homologado y adaptado a tu experiencia.

  • 6. Además de guantes y gorro, viste ropa que sea impermeable en su cara exterior.

  • 7. No consumas alcohol.

  • 8. Come y bebe frecuentemente.

  • 9. Para y descansa si sientes cansancio.

  • 10. No intentes seguir a los compañeros más veloces. Para evitar posibles accidentes has de conocer y respetar tus limitaciones.

Desayuno: cereales, pan integral, zumo de frutas, muesli, café descafeinado, queso, yogur, pan de centeno, huevos duros.

Aperitivos matinales y vespertinos: fruta fresca, café descafeinado, té de hierbas, leche templada, limonada, nueces, frutos secos.

Almuerzo: pasta con tomate, carne o salsa al pesto, pizza, panini, sopa, pan de centeno, vegetales, queso mozzarella, pollo asado, pescado o carne magra.

Cena: cualquier cosa que te guste y sea saludable, tal como ensaladas, vegetales, carne magra, pescado, pan, pasta, arroz o patatas.

La importancia de la hidratación

La vestimenta a base de prendas térmicas, unida al frío y a la práctica de ejercicio físico intenso con la sudoración que conlleva, favorecen la deshidratación.

Entre los síntomas de esta se incluyen: sed, respiración acelerada, desfallecimiento, labios y boca secos, así como orina más oscura de lo normal. También te puedes sentir hambriento, lo que podría significar en realidad que estás sediento. Muchas personas confunden a menudo sed y hambre.

Se recomienda evitar el consumo de bebidas alcohólicas porque contribuyen a la deshidratación, además en lugares de gran altitud estas afectan más rápidamente y es más fácil sufrir un accidente a consecuencia de sus efectos.

Lo mejor es intentar tomar al menos ocho vasos de agua al día y pararse a descansar a media mañana y por la tarde. También se pueden ingerir bebidas sin alcohol y café (ambos descafeinados), o bien, zumos de frutas.

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