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El intestino es conocido como el segundo cerebro.
Expertos analizan el papel que ejercen los microorganismos 'buenos' del intestino en el cerebro

Expertos analizan el papel que ejercen los microorganismos 'buenos' del intestino en el cerebro

La microbiota puede influir en la conducta y desencadenar o predisponer la evolución de algunas enfermedades neurológicas

redacción

Lunes, 7 de noviembre 2016, 09:59

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La contribución de la microbiota intestinal en el desarrollo y la adecuada regulación del sistema inmunológico parece confirmarse, al menos según los últimos estudios en este campo. Sin embargo, esta relación está todavía sin explorar, según los expertos, un factor que suscita mucho interés en la comunidad científica.

Por este motivo, expertos en medicina y microbiología han analizado el papel que ejerce la microbiota intestinal (microorganismos 'buenos' del intestino) en el mantenimiento de funciones cerebrales y la prevención de trastornos inmunológicos y metabólicos, como alergias y diabetes, durante la Reunión Anual de la Asociación de Microbiología y Salud (AMYS).

El presidente de la Asociación de Microbiología y Salud, el doctor Ramón Cisterna, ha asegurado que la microbiota «tiene un papel clave en el mantenimiento de la salud y la prevención de alteraciones muy comunes en nuestros días».  Por este motivo, los participantes han tratado de conocer mejor la conexión entre cerebro e intestino.

«Por un lado, el cerebro, a través del sistema nervioso autónomo y la liberación de mediadores en la sangre y el tubo digestivo, es capaz de modificar la microbiota y, por el otro, la microbiota, principalmente mediante la liberación de sustancias y la modulación del sistema inmunológico, condiciona el cerebro y puede influir en la conducta y desencadenar o predisponer la evolución de algunas enfermedades neurológicas», ha explicado el doctor Alfredo Rodríguez-Antigüedad, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario de Basurto, en Bilbao, y profesor Asociado de Neurociencias de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), quien ha asegurado que todavía queda mucho por descubrir en este campo.

En la misma línea se ha mostrado el doctor Benito Regueiro, catedrático y jefe del Servicio de Microbiología Clínica del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo, que ha defendido que su auténtico alcance se empieza a entender ahora: «Los hallazgos recientes, como la posibilidad de transferencia genética lateral, pueden condicionar nuestros criterios de infección y/o colonización en el futuro».

Según el doctor Regueiro, se trata de un sistema «tan dinámico e interactivo que necesita un análisis complejo. Sus interacciones se complican a medida que avanza el conocimiento».

El doctor Regueiro ha señalado durante su ponencia que una microbiota variada y adecuada significa salud para el individuo: «Se está comprobando que diversas especies garantizan ese equilibrio necesario».

Sin embargo, los expertos también advierten de la alteración o disbiosis bacteriana de la microbiota intestinal por exposición a los antimicriobianos. La doctora Mikele Macho, médico residente del Servicio de Microbiología Clínica y Control de Infección del Hospital Universitario de Basurto, en Bilbao, ha asegurado que esta alteración podría estar relacionada con ciertas enfermedades crónicas que han aumentado en los últimos años, tales como obesidad, síndrome metabólico, atopia, alergia, asma, diabetes tipo 1, esclerosis múltiple, enfermedad inflamatoria intestinal o enfermedad celíaca, sobre la que es necesario investigar.

 

El desequilibrio, según esta experta, depende del tipo de antibiótico, la dosis y la duración del tratamiento: «El tratamiento antimicrobiano es la base para tratar patologías infecciosas, pero el empleo indebido, en especial en edades tempranas, puede provocar cambios persistentes y consecuencias negativas a largo plazo para la salud».

En palabras del doctor Rodríguez-Anigüedad el reto se centra en identificar el microbioma y ser capaces de identificar las moléculas y metabolitos que produce en cada paciente para posteriormente aprender a modificarla y así prevenir o alterar enfermedades.

En este sentido, el presidente de AMYS ha apuntado que la microbiología médica «se está esforzando por mejorar los aspectos relacionados con el diagnóstico, tratamiento y prevención de las infecciones en general, un objetivo más cercano con la ayuda de las innovaciones tecnológicas basadas en la genómica y en la proteómica».

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