Usar chanclas ¿un deporte de riesgo?

El Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) advierte que el uso habitual de este calzado puede ocasionar diferentes lesiones.

Los síntomas más comúnes son las rozaduras y ampollas en la zona de agarre entre el primero y el segundo dedo, explica Carlos Blasco, podólogo y profesor del departamento de Enfermería de la Universitat de València (UV). En los casos más extremos puede causar esguinces, dolores de talón, arco de pie e incluso juanetes.

Las causas de las lesiones dependen del tipo de modelo de las chanclas, del material, la sujeción o el tipo de suela. "Cuanto más rígida, ajustada y fina es la chancla, más problemas acarrea", señala Blasco. Además, en verano, "la falta de hidratación y el contacto directo" agrava las lesiones que se pueden ocasionar, añade.

Los podólogos apuntan que el calzado debe estar sujeto al empeine y el tobillo y la suela debe ser de un material semirígido y grueso para que amortigüe los golpes de los pasos al caminar. Además, el ICOPCV aconseja tener en cuenta el tipo de material con el que está confeccionado el zapato, ya que las chanclas de bajo coste vendidas en tiendas no especializadas "pueden estar fabricadas con materiales tóxicos o poco saludables que pueden causar alergias u otros problemas de piel".

Desde el Colegio de Podólogos se advierte de que sin una sujeción adecuada "se crea la tendencia de curvar los dedos para sujetarlas y se realiza un esfuerzo extra al caminar". Por este motivo, no recomiendan el uso prolongado de este tipo de calzado y sugieren que debería reservarse para distancias cortas.