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La campana de Herxheim que ha motivado la polémica y la iglesia en cuyo campanario se aloja. R. C.
Los repiques de la campana de Hitler

Los repiques de la campana de Hitler

Una localidad alemana decide mantener el elemento de su iglesia, que se instaló durante el nazismo y tiene grabada una esvástica

JUAN CARLOS BARRENA

Berlín

Jueves, 1 de marzo 2018, 01:33

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La polémica 'campana de Hitler' en la iglesia protestante de la pequeña localidad alemana de Herxheim continuará repicando. Después de más de medio año de polémica sobre el futuro del instrumento fundido en honor del ideólogo del nacionalsocialismo, el consejo municipal de la pequeña localidad de 800 habitantes en la región del Palatinado acordó por diez contra tres votos mantenerlo colgando en el campanario de la iglesia jacobina.

Será un «impulso para la reconciliación y un memorial contra la violencia y la injusticia», anunció ayer el consejo. Fundida en 1934, un año después de la llegada al poder del genocida y criminal de guerra nazi, la campana lleva la inscripción en alemán 'Todo por la patria Adolf Hitler', y una gran cruz esvástica en relieve bajo el texto.

El gremio municipal asumió los consejos de la experta en campanas de la Iglesia Protestante del Palatinado, Birgit Müller. Su peritaje subraya que se trata no solo de un documento histórico, sino también musical y que forma parte del patrimonio nacional. También los monumentos históricos incómodos deben ser protegidos y mantenidos, subrayó Müller, quien señaló que la ley prohíbe vender o fundir la campana y la única alternativa a mantenerla en el campanario es cederla a los fondos de un museo.

Fundida en 1934, lleva la inscripción en alemán 'Todo por la patria Adolf Hitler'

La experta señaló, sin embargo, que probablemente desaparecería en algún almacén y Herxheim no haría sino eludir su responsabilidad histórica. La campana, que es invisible desde la calle y solo puede admirarse si se sube al campanario, había desatado desde el pasado verano un apasionado debate nacional sobre monumentos del nazismo.

Unas desafortundas declaraciones obligaron a dimitir en septiembre al entonces alcalde de la localidad, Roland Becker, por mostrarse «orgulloso» de que su pueblo tuviera una campana así. Ese mismo mes se ordenó que la campana dejara de repicar y desde entonces se ha mantenido en silencio, aunque es de esperar que próximamente vuelva a sonar. Durante el debate intervinieron el Consejo Central de Judíos en Alemania y la jefa del Gobierno de Renania-Palatinado, la socialdemócrata Malu Dreyer, que se mostraron partidarios de descolgar la campana.

Sin embargo, la municipalidad ha decidido de otra manera con el apoyo mayoritario de la población local, que ha vivido ignorante de la inscripción en la campana durante décadas hasta que el verano pasado una organista la hizo pública. El consejo municipal decidió también colocar en la iglesia una placa para contar la historia de la polémica campana y celebrar anualmente un simposio sobre los crímenes del nacionalsocialismo.

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