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El papa Francisco saluda a los congregados en la plaza de San Pedro.. Efe | Vídeo: Atlas

El Papa pide poner fin de inmediato al «exterminio» en Siria

Francisco preside la misa del Domingo de Resurrección en la plaza de San Pedro del Vaticano y lee su mensaje de Pascua

efe

Ciudad del Vaticano

Domingo, 1 de abril 2018, 14:32

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El papa Francisco ha presidido la misa del Domingo de Resurrección en la plaza de San Pedro del Vaticano y ha leído después su mensaje de Pascua, en el que ha cargado contra el «exterminio» que se está cometiendo en Siria y ha pedido una solución a la crisis de Venezuela.

El Papa, que ha impartido desde la logia central de la basílica de San Pedro la tradicional bendición 'Urbi et Orbi', ha hablado de la población siria, «extenuada por una guerra que no tiene fin», y ha llamado a «todos los responsables políticos y militares, para que se ponga fin inmediatamente al exterminio que se está llevando a cabo, se respete el derecho humanitario y se proceda a facilitar el acceso a las ayudas» que la población necesita «urgentemente».

Sobre Venezuela, ha pedido que su pueblo, que «vive en una especie de 'tierra extranjera' en su propio país» encuentre «la vía justa, pacífica y humana para salir cuanto antes de la crisis política y humanitaria que lo oprime, y no falten la acogida y asistencia a cuantos entre sus hijos están obligados a abandonar su patria».

Paz y diálogo

Su discurso, cargado de mensajes en favor de la paz y del diálogo, ha condenado las «injusticias y violencias», la «miseria y exclusión», el «hambre» la «falta trabajo», el rechazo social hacia «los refugiados», «las víctimas del narcotráfico, de la trata de personas y de las distintas formas de esclavitud» actuales.

Ha citado también la península coreana, donde ha deseado que «las conversaciones en curso promuevan la armonía y la pacificación de la región» y ha pedido a los responsables que «actúen con sabiduría y discernimiento para promover el bien del pueblo coreano y construir relaciones de confianza en el seno de la comunidad internacional».

Espera que haya paz en «Tierra Santa, que en estos días también está siendo golpeada por conflictos abiertos que no respetan a los indefensos, para Yemen y para todo el Oriente Próximo». Y ha condenado el hambre, los conflictos y el terrorismo en África, con una mención especial a Sudán del Sur y a República Democrática del Congo.

Sobre Ucrania, ha esperado que «se fortalezcan los pasos en favor de la concordia y se faciliten las iniciativas humanitarias que necesita la población» y se ha acordado de los niños que sufren por las guerras y el hambre, pero también de los «ancianos desechados por la cultura egoísta, que descarta a quien no es 'productivo'».

«Invocamos frutos de sabiduría para los que en todo el mundo tienen responsabilidades políticas, para que respeten siempre la dignidad humana, se esfuercen con dedicación al servicio del bien común y garanticen el desarrollo y la seguridad a los propios ciudadanos», ha señalado.

Domingo de Resurrección

Previamente el Papa ha presidido la misa del Domingo de Resurrección en la plaza vaticana y ha pronunciado una homilía de manera espontánea, sin leer ningún discurso escrito. Ha hablado de dos conceptos, la «sorpresa del anuncio» de Jesús resucitado y «la prisa» de la gente que acudió al sepulcro para comprobar efectivamente que ya no estaba.

Y ha concluido con una pregunta a los presentes para invitarles a reflexionar. «Tengo el corazón abierto a las sorpresas de Dios, soy capaz de andar con prisa o siempre estoy con esa cantinela de 'mañana veré'. Qué me dice a mí la sorpresa (...). La pregunta (es) 'y yo, hoy, en esta Pascua de 2018, yo qué, tú qué'?», dijo.

La misa del Domingo de Resurrección comenzó a las 10.00 horas (08.00 GMT) con el canto del "Resurrexit", que conmemora el regreso de Cristo, y a ella asistieron representantes de la Iglesia católica y decenas de miles de fieles de diversas partes del mundo. La plaza de San Pedro amaneció decorada con miles de flores procedentes de Holanda, tal y como se hace desde 1985, año en el que un florista holandés decidió realizar esta ofrenda floral al Vaticano cada Domingo de Resurrección.

Convertida en un improvisado y extraordinario jardín, lució unas 60.000 flores y plantas, entre ellas 900 ramos de orquídeas verdes, símbolo de esperanza y paz, pero también 6.000 jacintos, más de 13.000 narcisos, 3.000 rosas, 500 lirios y 20.000 tulipanes. Francisco concluyó así los ritos de la Semana Santa y mañana rezará desde el palacio apostólico vaticano el Regina Coeli, la oración que sustituye al Ángelus en tiempo de Pascua.

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