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Miércoles, 24 de agosto 2016, 03:30
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No a todos los hombre casados les cae bien su suegra, pero el preso argentino Nélson Miguel Amaya parece que ha ido un paso más allá. Condenado a arresto domiciliario por suspuesto asesinato de su cuñado durante una discusión familiar, se le permitió no ingresar en prisión debido a su ausencia de antecedentes penales. Sin embargo su respuesta no fue la esperada al presentarse en la comisaria para solicitar su reingreso en prisión. Su argumento fue claro: "Prefiero estar en la cárcel".
Amaya solicitó en un principio mantener el arresto en su propia casa, pero no se lo permitieron al estar ésta demasiado cerca de la de su hermana y viuda del asesinado. Su mujer también solicitó que lo mantuvieran alejado, por lo que el propio preso solicitó como alternativa el domicilio de su suegra. Sin embargo, la convivencia debió de resultarle tan dura que tan sólo aguantó diez días antes de darse por vencido.
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