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Laura Ruiz de Galarreta y Charo Izquierdo, autoras del libro '¿Soy yo o es que aquí hace mucho calor?'. Alberto Ferreras
¡Viva la rebelión hormonal de la menopausia!

«¿Soy yo o es que aquí hace mucho calor?»

La menopausia ha dejado de estar asociada a la vejez. Charo Izquierdo y Laura Ruiz de Galarreta abogan por afrontar esta etapa sin culpas

ANTONIO PANIAGUA

Domingo, 25 de marzo 2018, 19:20

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La menopausia es aún hoy un periodo cargado de connotaciones despectivas. Durante siglos se ha asociado esa etapa como un obstáculo que cierra las puertas a la sexualidad y la feminidad y que representa la antesala de la vejez. Sin embargo, la desaparición de la menstruación deja atrás dolores y hemorragias. Puede ser por añadidura el detonante para vivir una actividad sexual más plena y gozosa, adoptar estilos de vida saludables y empezar a disfrutar de una vida sin la carga que suponen unos hijos todavía demasiado dependientes. Es verdad que pueden sobrevenir los sofocos, la hinchazón, el sobrepeso, el insomnio y las cefaleas. Pero también es cierto que aún queda mucho tiempo por delante. La esperanza de vida de la española se cifra en 85 años. Como la menopausia se presenta alrededor de los 51, un tercio de la vida de muchísimas mujeres transcurre en una fase posterior a ella. Las escritoras y periodistas Charo Izquierdo y Laura Ruiz de Galarreta desmontan mitos y prejuicios en su libro '¿Soy yo o es que aquí hace mucho calor?' (Planeta), en el que subrayan la necesidad de encarar el trance sin miedo. «A partir de ese momento la mujer tiene más tiempo para cuidarse y cultivar las aficiones. Con una alimentación correcta, buenas amistades, una vida activa y una relación de pareja honesta y transparente surge una mujer fuerte, bella, todavía joven y que tiene mucho que decir», dice De Galarreta, directora de Relaciones Institucionales y Proyectos Corporativos en Taller de Editores (Vocento).

En términos biológicos, la menopausia empieza cuando la mujer ha pasado doce meses sin regla. A raíz del cese de la menstruación se produce una bajada de estrógenos, que comporta un aceleramiento en la pérdida de la masa ósea y de la tensión arterial, lo que a su vez acarrea un mayor riesgo cardiovascular. A la vista de que el metabolismo se ralentiza y la grasa tiende a acumularse en el abdomen, es imprescindible llevar unos hábitos saludables de alimentación y realizar con regularidad ejercicio físico.

«Ahora hay soluciones para todos los problemas sexuales de esta etapa»

Las dos autoras del libro han querido romper tabúes y contribuir a que aflore la información, para lo que han contado con la colaboración de los mejores especialistas. Creen urgente deshacer estereotipos desacertados. El climaterio, la pérdida de la capacidad reproductiva, no es una limitación ni un menoscabo para la dignidad de quien la sufre. «En el fondo subyace la idea equivocada de que se es menos mujer por el hecho de que ya no se puede ser madre», argumenta Charo Izquierdo, directora de la pasarela Mercedes Benz-Fashion Week Madrid.

Reducción de la libido

En cualquier caso, es difícil atravesar este periodo crucial cuando todo se confabula para exaltar la juventud. Y eso que la experiencia demuestra que la madurez es un grado y que la sabiduría reside en saber aceptar los cambios corporales. Nada mejor que prescindir de las culpas para afrontar una etapa en la que son acusados los vaivenes emocionales.

La rebelión hormonal que irrumpe con la menopausia se traduce en inapetencia sexual y dolor durante el coito debido a la sequedad vaginal. Todo ello no es irremediable. Se puede y se debe disfrutar del sexo a partir de los cincuenta. No en balde, la mujer ya no tiene que soportar la preocupación de un posible embarazo. Seguramente esa es la razón por la que muchas encuestadas confiesan obtener mayor placer en la madurez que en la juventud. «Se pueden hacer muchas cosas para mejorar la vida sexual. Ahora hay soluciones para todos los problemas, desde cremas a geles, pasando por la terapia hormonal sustitutiva, el láser vaginal y, en última instancia, la cirugía de la zona genital, que, según los expertos, es una tendencia en auge», destaca Laura Ruiz de Galarreta.

Los síntomas vinculados con la menopausia aparecen en el 80% de las mujeres. Según los datos manejados por las autoras, más del 30% refiere sofocos, el 32% sufre disfunciones sexuales, un 20% depresión y la mayor parte de ellas engordan.

El tratamiento hormonal tiene sus ventajas e inconvenientes. La administración de estrógenos, que se suele acompañar de progesterona, es producto de un pacto entre el médico y la paciente. Entre ambos se debe decidir la duración del tratamiento, dado que los síntomas del climaterio duran entre cinco y siete meses. En su aplicación es preciso buscar los mayores beneficios y minimizar los riesgos. Las precauciones son necesarias, pues en 2002 se descubrió que el riesgo de cáncer de mama y enfermedades cardiovasculares experimentaba un pequeño aumento si la mujer había recibido este tipo de terapia. «A la hora de su administración hay que tener en cuenta la edad de la mujer, los antecedentes genéticos y los síntomas, entre otros factores. Cada vez se dan dosis más bajas. En Europa se procuran más parches y cremas, mientras que en EE UU se tiende a recurrir a las píldoras», apunta Izquierdo.

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