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Fotos de los negocios tradicionales de Ruzafa

Miércoles, 6 de diciembre 2017, 17:45

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EL NIÑO LLORÓN | Situado en el número 58 del carrer de Russafa es sin duda el emblema indiscutible del comercio en el barrio. Mateo Crespo espera y atiende, con su mirada afable y acogedora, a la multitud de personas que entran y salen de su más que tienda, parada obligatoria. Fundado en 1903 en el Mercado Central, la nueva clientela no cesa para este comercio de ultramarinos que decidió trasladarse en 1930 y colgar en Ruzafa el mítico cartel que le da nombre. Un negocio heredado ya por dos generaciones que según Mateo se mantiene por su gran «personalización». Cuida su marca con cariño y tiene claro que no piensa dejarla en manos de alguien que no le guste: «Antes la cierro’» asegura. «Si hay alguien que quiera trabajar, con ganas y cariño, se puede mantener perfectamente» afirma Mateo, que explica que la fórmula de su éxito se basa en hacer las cosas con «cuidado, esmero y atención. Es lo único que te hace sobrevivir».

Tamara Villena
EL NIÑO LLORÓN | Situado en el número 58 del carrer de Russafa es sin duda el emblema indiscutible del comercio en el barrio. Mateo Crespo espera y atiende, con su mirada afable y acogedora, a la multitud de personas que entran y salen de su más que tienda, parada obligatoria. Fundado en 1903 en el Mercado Central, la nueva clientela no cesa para este comercio de ultramarinos que decidió trasladarse en 1930 y colgar en Ruzafa el mítico cartel que le da nombre. Un negocio heredado ya por dos generaciones que según Mateo se mantiene por su gran «personalización». Cuida su marca con cariño y tiene claro que no piensa dejarla en manos de alguien que no le guste: «Antes la cierro’» asegura. «Si hay alguien que quiera trabajar, con ganas y cariño, se puede mantener perfectamente» afirma Mateo, que explica que la fórmula de su éxito se basa en hacer las cosas con «cuidado, esmero y atención. Es lo único que te hace sobrevivir».
EL NIÑO LLORÓN | Situado en el número 58 del carrer de Russafa es sin duda el emblema indiscutible del comercio en el barrio. Mateo Crespo espera y atiende, con su mirada afable y acogedora, a la multitud de personas que entran y salen de su más que tienda, parada obligatoria. Fundado en 1903 en el Mercado Central, la nueva clientela no cesa para este comercio de ultramarinos que decidió trasladarse en 1930 y colgar en Ruzafa el mítico cartel que le da nombre. Un negocio heredado ya por dos generaciones que según Mateo se mantiene por su gran «personalización». Cuida su marca con cariño y tiene claro que no piensa dejarla en manos de alguien que no le guste: «Antes la cierro’» asegura. «Si hay alguien que quiera trabajar, con ganas y cariño, se puede mantener perfectamente» afirma Mateo, que explica que la fórmula de su éxito se basa en hacer las cosas con «cuidado, esmero y atención. Es lo único que te hace sobrevivir».

GOTHAM COMICS | Vibrantes colores, carteles, miles de cómics y un precioso gato negro caracterizan esta librería especializada que lleva desde 1998 pasando páginas. También en el carrer de Russafa, Antonio Matamoros rige este comercio especializado en importación pero que además oferta un amplísimo catálogo de tebeos en español. «Mi negocio es pequeño, se tiene que mantener en lo que está, funciona muy bien desde hace 19 años dentro del sector. No espero nada en especial del año que viene», asegura Matamoros sobre la permanencia futura de su local. Antonio afirma que la clave para aguantar en el mercado es «la personalidad del negocio».

Tamara Villena
GOTHAM COMICS | Vibrantes colores, carteles, miles de cómics y un precioso gato negro caracterizan esta librería especializada que lleva desde 1998 pasando páginas. También en el carrer de Russafa, Antonio Matamoros rige este comercio especializado en importación pero que además oferta un amplísimo catálogo de tebeos en español. «Mi negocio es pequeño, se tiene que mantener en lo que está, funciona muy bien desde hace 19 años dentro del sector. No espero nada en especial del año que viene», asegura Matamoros sobre la permanencia futura de su local. Antonio afirma que la clave para aguantar en el mercado es «la personalidad del negocio».
GOTHAM COMICS | Vibrantes colores, carteles, miles de cómics y un precioso gato negro caracterizan esta librería especializada que lleva desde 1998 pasando páginas. También en el carrer de Russafa, Antonio Matamoros rige este comercio especializado en importación pero que además oferta un amplísimo catálogo de tebeos en español. «Mi negocio es pequeño, se tiene que mantener en lo que está, funciona muy bien desde hace 19 años dentro del sector. No espero nada en especial del año que viene», asegura Matamoros sobre la permanencia futura de su local. Antonio afirma que la clave para aguantar en el mercado es «la personalidad del negocio».

HORNO VICENTE GARCÍA | El olor a pan recién horneado, pastelitos y otras riquezas reposteras varias atrae a cualquiera que pase por la avenida Regne de València, donde la familia de Vicente García regenta un horno con su mismo nombre desde hace treinta años y dos generaciones. ¿Su clave? La apuesta por lo artesano y el trato cercano con el cliente: «No compramos nada congelado ni industrial, hacemos todo lo más artesano posible, que al fin y al cabo es cuando la calidad se nota. Además, puedes pedir lo que quieras por encargo y lo elaboramos al gusto de cada uno», cuenta Vicente. El repostero añade también que la clave para mantenerse al pie del cañón es «estar siempre al día de lo que se está haciendo y reciclarse», manteniendo ese toque de ‘toda la vida’ que caracteriza sus productos.

Tamara Villena
HORNO VICENTE GARCÍA | El olor a pan recién horneado, pastelitos y otras riquezas reposteras varias atrae a cualquiera que pase por la avenida Regne de València, donde la familia de Vicente García regenta un horno con su mismo nombre desde hace treinta años y dos generaciones. ¿Su clave? La apuesta por lo artesano y el trato cercano con el cliente: «No compramos nada congelado ni industrial, hacemos todo lo más artesano posible, que al fin y al cabo es cuando la calidad se nota. Además, puedes pedir lo que quieras por encargo y lo elaboramos al gusto de cada uno», cuenta Vicente. El repostero añade también que la clave para mantenerse al pie del cañón es «estar siempre al día de lo que se está haciendo y reciclarse», manteniendo ese toque de ‘toda la vida’ que caracteriza sus productos.
HORNO VICENTE GARCÍA | El olor a pan recién horneado, pastelitos y otras riquezas reposteras varias atrae a cualquiera que pase por la avenida Regne de València, donde la familia de Vicente García regenta un horno con su mismo nombre desde hace treinta años y dos generaciones. ¿Su clave? La apuesta por lo artesano y el trato cercano con el cliente: «No compramos nada congelado ni industrial, hacemos todo lo más artesano posible, que al fin y al cabo es cuando la calidad se nota. Además, puedes pedir lo que quieras por encargo y lo elaboramos al gusto de cada uno», cuenta Vicente. El repostero añade también que la clave para mantenerse al pie del cañón es «estar siempre al día de lo que se está haciendo y reciclarse», manteniendo ese toque de ‘toda la vida’ que caracteriza sus productos.

BAR BIOSCA | Este local es ya una institución de la hostelería en el barrio de Ruzafa, con más de 95 años de experiencia bajo sus fogones. Un negocio familiar que ya alcanza a la cuarta generación y que comenzó como una bodega hasta convertirse en uno de los bares más visitados y valorados de toda la zona. «Es el bar más antiguo del barrio, el que más pronto abrió y que no se haya traspasado a otra familia», comenta Claudia, de la familia Biosca. Han adaptado el negocio al contexto digital a través de su perfil web y sus cuentas en redes sociales y todo apunta a que seguirán en la cocina bastante tiempo más: «Es muy sacrificado pero compensa, porque llevas atrás una historia muy grande, de muchas generaciones y mucho sacrificio».

Tamara Villena
BAR BIOSCA | Este local es ya una institución de la hostelería en el barrio de Ruzafa, con más de 95 años de experiencia bajo sus fogones. Un negocio familiar que ya alcanza a la cuarta generación y que comenzó como una bodega hasta convertirse en uno de los bares más visitados y valorados de toda la zona. «Es el bar más antiguo del barrio, el que más pronto abrió y que no se haya traspasado a otra familia», comenta Claudia, de la familia Biosca. Han adaptado el negocio al contexto digital a través de su perfil web y sus cuentas en redes sociales y todo apunta a que seguirán en la cocina bastante tiempo más: «Es muy sacrificado pero compensa, porque llevas atrás una historia muy grande, de muchas generaciones y mucho sacrificio».
BAR BIOSCA | Este local es ya una institución de la hostelería en el barrio de Ruzafa, con más de 95 años de experiencia bajo sus fogones. Un negocio familiar que ya alcanza a la cuarta generación y que comenzó como una bodega hasta convertirse en uno de los bares más visitados y valorados de toda la zona. «Es el bar más antiguo del barrio, el que más pronto abrió y que no se haya traspasado a otra familia», comenta Claudia, de la familia Biosca. Han adaptado el negocio al contexto digital a través de su perfil web y sus cuentas en redes sociales y todo apunta a que seguirán en la cocina bastante tiempo más: «Es muy sacrificado pero compensa, porque llevas atrás una historia muy grande, de muchas generaciones y mucho sacrificio».

MAQUETAS GIMÉNEZ | Cientos de cajas y coloridos botes de pintura se acumulan en el interior de este local digno de una película ochentera, con sus miles de modelos de maquetas coleccionables a las que dedicar horas y horas de entretenimiento. Un comercio con más de cincuenta años especializado en material de construcción de maquetas y artículos de colección, que ya va por la tercera generación. La fórmula de su éxito, según Ana Torres, se debe a que «es un negocio muy especializado». Además, su trato cercano con el cliente le aporta otro extra para mantenerse a flote. Un negocio especial en cuyo escaparate es imposible no pararse a echar un ojo, incluso para los milennials y aquellos a los que las maquetas les pillan un poco lejos.

Tamara Villena
MAQUETAS GIMÉNEZ | Cientos de cajas y coloridos botes de pintura se acumulan en el interior de este local digno de una película ochentera, con sus miles de modelos de maquetas coleccionables a las que dedicar horas y horas de entretenimiento. Un comercio con más de cincuenta años especializado en material de construcción de maquetas y artículos de colección, que ya va por la tercera generación. La fórmula de su éxito, según Ana Torres, se debe a que «es un negocio muy especializado». Además, su trato cercano con el cliente le aporta otro extra para mantenerse a flote. Un negocio especial en cuyo escaparate es imposible no pararse a echar un ojo, incluso para los milennials y aquellos a los que las maquetas les pillan un poco lejos.
MAQUETAS GIMÉNEZ | Cientos de cajas y coloridos botes de pintura se acumulan en el interior de este local digno de una película ochentera, con sus miles de modelos de maquetas coleccionables a las que dedicar horas y horas de entretenimiento. Un comercio con más de cincuenta años especializado en material de construcción de maquetas y artículos de colección, que ya va por la tercera generación. La fórmula de su éxito, según Ana Torres, se debe a que «es un negocio muy especializado». Además, su trato cercano con el cliente le aporta otro extra para mantenerse a flote. Un negocio especial en cuyo escaparate es imposible no pararse a echar un ojo, incluso para los milennials y aquellos a los que las maquetas les pillan un poco lejos.

BUÑOLERÍA EL CONTRASTE | Mariano Catalán rige este negocio que tiene los fogones encendidos desde 1941. En 1925 su bisabuela ya tenía una casa de comida en Maestro Aguilar donde elaboraban buñuelos y él se encarga de continuar con la tradición. Una tradición que siente en alza: «La gente valora lo artesano y lo natural. Últimamente se está trabajando mucho con materias congeladas y no tiene que ver nada en calidad», asegura el cocinero. Mariano tiene claro que el punto fuerte de su local se basa en ofrecer un producto convencional y diferenciado: «Somos distintos, nos basamos en lo nuestro, nunca hemos salido de nuestra línea de buñuelos, churros y chocolate. Y no queremos salirnos porque estaríamos compitiendo con algo contra lo que no tendríamos nada que hacer», confiesa. De momento, el mantenerse fiel a sus orígenes le permite seguir llenando el carrer de Russafa de un olor difícilmente superable.

Tamara Villena
BUÑOLERÍA EL CONTRASTE | Mariano Catalán rige este negocio que tiene los fogones encendidos desde 1941. En 1925 su bisabuela ya tenía una casa de comida en Maestro Aguilar donde elaboraban buñuelos y él se encarga de continuar con la tradición. Una tradición que siente en alza: «La gente valora lo artesano y lo natural. Últimamente se está trabajando mucho con materias congeladas y no tiene que ver nada en calidad», asegura el cocinero. Mariano tiene claro que el punto fuerte de su local se basa en ofrecer un producto convencional y diferenciado: «Somos distintos, nos basamos en lo nuestro, nunca hemos salido de nuestra línea de buñuelos, churros y chocolate. Y no queremos salirnos porque estaríamos compitiendo con algo contra lo que no tendríamos nada que hacer», confiesa. De momento, el mantenerse fiel a sus orígenes le permite seguir llenando el carrer de Russafa de un olor difícilmente superable.
BUÑOLERÍA EL CONTRASTE | Mariano Catalán rige este negocio que tiene los fogones encendidos desde 1941. En 1925 su bisabuela ya tenía una casa de comida en Maestro Aguilar donde elaboraban buñuelos y él se encarga de continuar con la tradición. Una tradición que siente en alza: «La gente valora lo artesano y lo natural. Últimamente se está trabajando mucho con materias congeladas y no tiene que ver nada en calidad», asegura el cocinero. Mariano tiene claro que el punto fuerte de su local se basa en ofrecer un producto convencional y diferenciado: «Somos distintos, nos basamos en lo nuestro, nunca hemos salido de nuestra línea de buñuelos, churros y chocolate. Y no queremos salirnos porque estaríamos compitiendo con algo contra lo que no tendríamos nada que hacer», confiesa. De momento, el mantenerse fiel a sus orígenes le permite seguir llenando el carrer de Russafa de un olor difícilmente superable.

SASTRERÍA J.J. BERZOSA | Un negocio al más puro estilo 'old school', donde los trajes son hechos a medida y en el que la artesanía es palpable en cada rincón del local. Telas, corbatas, agujas y chaquetas anuncian un servicio personalizado que lleva en el mercado más de 40 años. Primero en un piso justo arriba de su local actual, en el carrer Russafa, al que se trasladaron hace unos 25 años. Julio Berzosa es la segunda generación y tiene claro que seguirá con el negocio que abrió su padre: «De aquí no me muevo», asegura. Cree que en el poder de la artesanía como valor diferencial y cuenta que es eso lo que le mantiene a flote: «La gente se ha dado cuenta que están pagando a marcas un precio desorbitado cuando pueden tener algo hecho artesano, para ellos y a mano, por un precio igual o incluso inferior», explica el sastre. Con seguridad y determinación, confía en que sus puntadas no se quedarán sin hilo.

Tamara Villena
SASTRERÍA J.J. BERZOSA | Un negocio al más puro estilo 'old school', donde los trajes son hechos a medida y en el que la artesanía es palpable en cada rincón del local. Telas, corbatas, agujas y chaquetas anuncian un servicio personalizado que lleva en el mercado más de 40 años. Primero en un piso justo arriba de su local actual, en el carrer Russafa, al que se trasladaron hace unos 25 años. Julio Berzosa es la segunda generación y tiene claro que seguirá con el negocio que abrió su padre: «De aquí no me muevo», asegura. Cree que en el poder de la artesanía como valor diferencial y cuenta que es eso lo que le mantiene a flote: «La gente se ha dado cuenta que están pagando a marcas un precio desorbitado cuando pueden tener algo hecho artesano, para ellos y a mano, por un precio igual o incluso inferior», explica el sastre. Con seguridad y determinación, confía en que sus puntadas no se quedarán sin hilo.
SASTRERÍA J.J. BERZOSA | Un negocio al más puro estilo 'old school', donde los trajes son hechos a medida y en el que la artesanía es palpable en cada rincón del local. Telas, corbatas, agujas y chaquetas anuncian un servicio personalizado que lleva en el mercado más de 40 años. Primero en un piso justo arriba de su local actual, en el carrer Russafa, al que se trasladaron hace unos 25 años. Julio Berzosa es la segunda generación y tiene claro que seguirá con el negocio que abrió su padre: «De aquí no me muevo», asegura. Cree que en el poder de la artesanía como valor diferencial y cuenta que es eso lo que le mantiene a flote: «La gente se ha dado cuenta que están pagando a marcas un precio desorbitado cuando pueden tener algo hecho artesano, para ellos y a mano, por un precio igual o incluso inferior», explica el sastre. Con seguridad y determinación, confía en que sus puntadas no se quedarán sin hilo.

HERBOLARIO SALVADOR NAVARRO | Desde hace 40 años la familia Salvador Navarro regenta este comercio que está especializado en productos ecológicos y naturales. Entre sus estanterías repletas de hierbas, bolsas y tarritos, ofertan productos dietéticos, de alimentación o cosmética, un negocio que con el ‘boom’ del moderneo y la vida ‘healthy’ sigue manteniéndose en la cresta de la ola. María Concha Lompir, propietaria junto a su marido del local, cuenta que el valor diferencial de su negocio es la «sabiduría» y el conocimiento experto de los productos que ofertan, lo que les da un plus frente a los supermercados, donde no puedes consultar con ningún experto naturista sobre el producto que compras. Un conocimiento que se nota en las constantes preguntas de clientes y en un no parar de consejos compra tras compra, que tratan de revertir el efecto ‘Google’ de la autoinformación: «Internet está haciendo bastante daño», asegura Lompir.

Tamara Villena
HERBOLARIO SALVADOR NAVARRO | Desde hace 40 años la familia Salvador Navarro regenta este comercio que está especializado en productos ecológicos y naturales. Entre sus estanterías repletas de hierbas, bolsas y tarritos, ofertan productos dietéticos, de alimentación o cosmética, un negocio que con el ‘boom’ del moderneo y la vida ‘healthy’ sigue manteniéndose en la cresta de la ola. María Concha Lompir, propietaria junto a su marido del local, cuenta que el valor diferencial de su negocio es la «sabiduría» y el conocimiento experto de los productos que ofertan, lo que les da un plus frente a los supermercados, donde no puedes consultar con ningún experto naturista sobre el producto que compras. Un conocimiento que se nota en las constantes preguntas de clientes y en un no parar de consejos compra tras compra, que tratan de revertir el efecto ‘Google’ de la autoinformación: «Internet está haciendo bastante daño», asegura Lompir.
HERBOLARIO SALVADOR NAVARRO | Desde hace 40 años la familia Salvador Navarro regenta este comercio que está especializado en productos ecológicos y naturales. Entre sus estanterías repletas de hierbas, bolsas y tarritos, ofertan productos dietéticos, de alimentación o cosmética, un negocio que con el ‘boom’ del moderneo y la vida ‘healthy’ sigue manteniéndose en la cresta de la ola. María Concha Lompir, propietaria junto a su marido del local, cuenta que el valor diferencial de su negocio es la «sabiduría» y el conocimiento experto de los productos que ofertan, lo que les da un plus frente a los supermercados, donde no puedes consultar con ningún experto naturista sobre el producto que compras. Un conocimiento que se nota en las constantes preguntas de clientes y en un no parar de consejos compra tras compra, que tratan de revertir el efecto ‘Google’ de la autoinformación: «Internet está haciendo bastante daño», asegura Lompir.

CARNICERÍA RAMÓN | Justo al lado del Mercado de Ruzafa encontramos también esta carnicería que lleva abierta desde 1948. Su dueño, Ramón del Baño Jiménez, cuenta que es un negocio familiar de tres generaciones y que casi con seguridad, no habrá una cuarta. Para él, su única baza es aportar «mucha calidad a un precio razonable y justo», porque «hay muchísimos supermercados, con un horario extenso de 12 horas» asegura el carnicero. «La gente busca comprar un producto y de paso todo el resto que necesite, por eso ya no quedan ultramarinos, ni droguerías, ni ferreterías», añade Ramón. El comerciante ha tratado de adaptar su negocio a esta nueva etapa con una web donde oferta sus productos y una gama para celíacos con la que trata de diferenciarse de grandes superficies a base de «hacerlo todo artesano».

Tamara Villena
CARNICERÍA RAMÓN | Justo al lado del Mercado de Ruzafa encontramos también esta carnicería que lleva abierta desde 1948. Su dueño, Ramón del Baño Jiménez, cuenta que es un negocio familiar de tres generaciones y que casi con seguridad, no habrá una cuarta. Para él, su única baza es aportar «mucha calidad a un precio razonable y justo», porque «hay muchísimos supermercados, con un horario extenso de 12 horas» asegura el carnicero. «La gente busca comprar un producto y de paso todo el resto que necesite, por eso ya no quedan ultramarinos, ni droguerías, ni ferreterías», añade Ramón. El comerciante ha tratado de adaptar su negocio a esta nueva etapa con una web donde oferta sus productos y una gama para celíacos con la que trata de diferenciarse de grandes superficies a base de «hacerlo todo artesano».
CARNICERÍA RAMÓN | Justo al lado del Mercado de Ruzafa encontramos también esta carnicería que lleva abierta desde 1948. Su dueño, Ramón del Baño Jiménez, cuenta que es un negocio familiar de tres generaciones y que casi con seguridad, no habrá una cuarta. Para él, su única baza es aportar «mucha calidad a un precio razonable y justo», porque «hay muchísimos supermercados, con un horario extenso de 12 horas» asegura el carnicero. «La gente busca comprar un producto y de paso todo el resto que necesite, por eso ya no quedan ultramarinos, ni droguerías, ni ferreterías», añade Ramón. El comerciante ha tratado de adaptar su negocio a esta nueva etapa con una web donde oferta sus productos y una gama para celíacos con la que trata de diferenciarse de grandes superficies a base de «hacerlo todo artesano».

LA CASA DEL MENAJE | Entrar a esta tienda es como transportarse un par de décadas atrás, cuando todavía no había bazares ni grandes superficies y tenías a tiro de piedra lo que necesitases para cualquier reparación en casa. Ollas, tenedores, barbacoas, tostadoras...Lo que sea que tu casa necesite para convertirse en hogar, está aquí. Todas las comodidades a tu alcance y sin tener que coger el coche. Eso y un trato al cliente muy orientado y personalizado son el punto fuerte de esta tienda que lleva desde el año 1966 -y con dos generaciones- frente al Mercado de Ruzafa. Su dueño explica que sobreviven gracias al valor que tiene todo pequeño comercio, la especialización: «La atención al cliente, intentar dar el servicio específico si hay algún producto que no encuentra». Reconocen que los negocios clásicos están en peligro de extinción pero que «los que ofrecen buena atención al público pueden aguantar», asegura.

Tamara Villena
LA CASA DEL MENAJE | Entrar a esta tienda es como transportarse un par de décadas atrás, cuando todavía no había bazares ni grandes superficies y tenías a tiro de piedra lo que necesitases para cualquier reparación en casa. Ollas, tenedores, barbacoas, tostadoras...Lo que sea que tu casa necesite para convertirse en hogar, está aquí. Todas las comodidades a tu alcance y sin tener que coger el coche. Eso y un trato al cliente muy orientado y personalizado son el punto fuerte de esta tienda que lleva desde el año 1966 -y con dos generaciones- frente al Mercado de Ruzafa. Su dueño explica que sobreviven gracias al valor que tiene todo pequeño comercio, la especialización: «La atención al cliente, intentar dar el servicio específico si hay algún producto que no encuentra». Reconocen que los negocios clásicos están en peligro de extinción pero que «los que ofrecen buena atención al público pueden aguantar», asegura.
LA CASA DEL MENAJE | Entrar a esta tienda es como transportarse un par de décadas atrás, cuando todavía no había bazares ni grandes superficies y tenías a tiro de piedra lo que necesitases para cualquier reparación en casa. Ollas, tenedores, barbacoas, tostadoras...Lo que sea que tu casa necesite para convertirse en hogar, está aquí. Todas las comodidades a tu alcance y sin tener que coger el coche. Eso y un trato al cliente muy orientado y personalizado son el punto fuerte de esta tienda que lleva desde el año 1966 -y con dos generaciones- frente al Mercado de Ruzafa. Su dueño explica que sobreviven gracias al valor que tiene todo pequeño comercio, la especialización: «La atención al cliente, intentar dar el servicio específico si hay algún producto que no encuentra». Reconocen que los negocios clásicos están en peligro de extinción pero que «los que ofrecen buena atención al público pueden aguantar», asegura.

RELOJERÍA RUZAFA | Sin salir del Mercado de Ruzafa, damos con comercio histórico, una relojería especializada en mecanismos antiguos y más de 60 años de historia. Jose Luis López continuó con el negocio de su tío, pero duda que el local aguante otra generación más. Su taller es un conjunto de herramientas, piezas y péndulos entre los que se encuentran relojes con varias décadas de antigüedad. Sabe que el punto fuerte de su negocio es «el trato personal» y que la gente acude a él por su conocimiento, difícil de encontrar en comercios actuales: «La gente lo que busca aquí es un consejo o el taller, me traen relojes antiguos porque saben que hay menos gente que sepa arreglar este tipo de modelos». Entrar a su taller y ver los relojes que cuelgan de sus blancas paredes te hace retroceder en el tiempo, sentir un poco nostálgico y desear que por un momento que las agujas no sigan girando.

Tamara Villena
RELOJERÍA RUZAFA | Sin salir del Mercado de Ruzafa, damos con comercio histórico, una relojería especializada en mecanismos antiguos y más de 60 años de historia. Jose Luis López continuó con el negocio de su tío, pero duda que el local aguante otra generación más. Su taller es un conjunto de herramientas, piezas y péndulos entre los que se encuentran relojes con varias décadas de antigüedad. Sabe que el punto fuerte de su negocio es «el trato personal» y que la gente acude a él por su conocimiento, difícil de encontrar en comercios actuales: «La gente lo que busca aquí es un consejo o el taller, me traen relojes antiguos porque saben que hay menos gente que sepa arreglar este tipo de modelos». Entrar a su taller y ver los relojes que cuelgan de sus blancas paredes te hace retroceder en el tiempo, sentir un poco nostálgico y desear que por un momento que las agujas no sigan girando.
RELOJERÍA RUZAFA | Sin salir del Mercado de Ruzafa, damos con comercio histórico, una relojería especializada en mecanismos antiguos y más de 60 años de historia. Jose Luis López continuó con el negocio de su tío, pero duda que el local aguante otra generación más. Su taller es un conjunto de herramientas, piezas y péndulos entre los que se encuentran relojes con varias décadas de antigüedad. Sabe que el punto fuerte de su negocio es «el trato personal» y que la gente acude a él por su conocimiento, difícil de encontrar en comercios actuales: «La gente lo que busca aquí es un consejo o el taller, me traen relojes antiguos porque saben que hay menos gente que sepa arreglar este tipo de modelos». Entrar a su taller y ver los relojes que cuelgan de sus blancas paredes te hace retroceder en el tiempo, sentir un poco nostálgico y desear que por un momento que las agujas no sigan girando.

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