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En busca de otro Steve Jobs en las escuelas de verano de la Comunitat

En busca de otro Steve Jobs en las escuelas de verano de la Comunitat

Los campamentos son una buena opción para que los niños sigan aprendiendo sin dejar de disfrutar

e. navarro

Domingo, 1 de mayo 2016, 12:55

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Con apenas 12 años, Steve Jobs se unió al Hewlett-Packard Explorer Club, una especie de campus en el que ingenieros de HP enseñaban sus productos a los jóvenes de los años 60. Fue la primera vez que el genio y creador de Apple vio un ordenador. Aquella experiencia extraescolar marcaría la vida profesional del pequeño Jobs, a quien todo el mundo conoce hoy en día por su innegable papel en la transformación del sector informático.

Las vacaciones de verano son un buen momento para que los niños y niñas exploren nuevas materias, conocimientos e intereses sin dejar de jugar. Empresas de entretenimiento, centros educativos y administraciones públicas ofrecen un amplio abanico de actividades para que los más jóvenes aprendan y se diviertan, tanto fuera de casa como en su propio barrio. Infinidad de alternativas que también ayudan, y mucho, a la conciliación laboral y familiar de padres y madres.

Porque el final del curso está a la vuelta de la esquina y, a menos que se dediquen a la docencia, la gran mayoría de adultos no disfruta de las mismas vacaciones que los escolares. Y cuando se acercan estas fechas padres y madres escudriñan páginas web, folletos y toda la información que llega a las AMPAS, para ofrecer a los más pequeños algo más que pasarse la mañana en casa con el clásico cuadernillo Rubio entre las manos.

Hace algunos lustros, los treintañeros de ahora ya disfrutaban de campamentos en los que, durante 10 o 15 días, convivían con la naturaleza bien en albergues, zonas de acampada o las conocidas como granja-escuelas. Algunos de los más populares eran los organizados por grupos de juniors o scouts.

deportes y naturaleza

Hoy en día sigue habiendo muchas opciones para que los pequeños pasen unos días fuera de casa. Uno de ellos es el Albergue Olocau, que ofrece distintas actividades de aventura, deportivas y lúdicas para niños y niñas de entre 6 y 14 años, incluida una versión en inglés. Una propuesta, la de conocer el entorno natural más cercano en la Comunitat Valenciana, que desarrollan empresas como Actio y Educo, dos compañías con amplia experiencia en el sector.

También tiene una larga trayectoria en este tipo de campamentos el colegio El Armelar, que en este caso trabaja durante 10 días, con peques de 8 a 10 años, los valores de comunidad y solidaridad que definen su oferta educativa.

Pero hay un amplio abanico de posibilidades más allá del medio ambiente. Fuera de la Comunitat Valenciana, en Madrid, grandes empresas como Iberdrola o Telefónica apoyan un campus tecnológico impulsado por la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE, que busca despertar el interés de los más jóvenes por la ciencia y la tecnología. Y sin irnos tan lejos, en La Nucía (Alicante), el equipo de fútbol inglés Sunderland AFC organiza desde hace cinco años un campamento dirigido a chavales que quieran practicar este deporte y, además, hacerlo en la lengua de Shakespeare.

Durante su estancia en estos campamentos, los niños aprenden a desenvolverse sin el entorno protector de su familia o la escuela, lo que les ayuda a adquirir una mayor autonomía en los hábitos del día a día y a desarrollar nuevas competencias para su vida personal y en su relación con otras personas, tanto adultas como niñas.

Imaginación al poder

Pero desde hace algunos años ha surgido otra modalidad de actividades que se desarrollan en la misma localidad de residencia de las familias. Son los conocidos como campamentos urbanos, que ofrecen también un aprendizaje tanto lúdico como curricular sin necesidad de salir del barrio. Uno de los espacios más activos en este sentido fue, hasta su cierre en verano de 2015, el Canguro Verde, con una amplia oferta de talleres artísticos para explorar el lado más creativo de los niños.

En la línea artística se enmarca buena parte de la oferta que se puede consultar en los colegios públicos, como el de Quart de Poblet, junto al conservatorio de música. El colectivo de músicos Sedajazz, por ejemplo, organiza tanto a lo largo del curso escolar como durante las vacaciones de verano diferentes talleres de estimulación musical para niños de entre 7 y 13 años. Para la prole del personal de la Universitat de València, La Nau dels Xiquets también incluye, entre su amplia oferta, actividades musicales, de danza e, incluso, de cocina.

Otras instituciones ahondan en este tipo de conocimientos, como por ejemplo la Fundación Bancaja con sus cursos de escritura o de pintura, o el Bioparc, que en su Escuela de Vacaciones enseña a los niños y niñas a cuidar animales tanto salvajes como domésticos. Una muy amplia y variada oferta se puede encontrar también en los campamentos urbanos organizados por los Ayuntamientos de la Comunitat Valenciana. Deportes, juegos y aire libre se combinan con espacios de repaso o de un aprendizaje más curricular.

In english, please

Pero, si en los últimos años hay una materia protagonista en buena parte de la oferta para las vacaciones, es el inglés. El estudio de una lengua extranjera es cada vez más una prioridad educativa para instituciones y familias, y el inglés es la más demandada. En las escuelas de verano el aprendizaje de este idioma se puede abordar tanto de manera transversal (como en el citado campus deportivo del Sunderland en Alicante) como complementaria (caso de la escuela de Terramelar, donde el protagonista es el juego).

En este sentido, hay entidades para las que el objetivo número uno en verano es la enseñanza de inglés, aunque combinándolo con diferentes actividades (¡que no se den cuenta de que están estudiando!). Colegios con acreditada experiencia en este campo, como el British School Alzira o el Caxton en Puçol, ofrecen cursos intensivos para las vacaciones combinados con talleres lúdicos y deportivos en espacios con, por ejemplo, piscina. También academias como Kids&Us, con un estable crecimiento en Valencia en los últimos años, proponen campamentos urbanos en inglés y con un marcado carácter lúdico.

Estas escuelas de verano tienen varias ventajas respecto a los campus con alojamiento. Para empezar, suelen ser más económicas, lo cual es un factor a tener en cuenta para los bolsillos que aún se resienten de la crisis. También ofrecen una mayor flexibilidad a la hora de escoger los días en los que el niño o la niña va a disfrutar de estos espacios. De este modo, puede elegir las actividades en las que participar y diversificar los talleres con otras maneras de pasar las vacaciones como, por ejemplo, visitar a los abuelos. Además, los campamentos urbanos son también más adecuados para los más pequeños (hasta los 6 o 7 años). Como contrapartida, eso sí, la conciliación de la vida familiar y profesional se acaba normalmente a las tres o las cuatro de la tarde.

Hay opciones, en definitiva, para todos los gustos y bolsillos. ¿Quién le dice a usted que no tiene en casa al futuro directivo de una multinacional, una deportista de élite en potencia o, incluso, al sucesor del mismísimo Steve Jobs?

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