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Reconstrucción de Anomalocaris, según Allison C. Daley and Gregory D. Edgecombe (2014). José Manuel Canete
Un estudio revela que las crías de los primeros depredadores gigantes eran voraces asesinos

Un estudio revela que las crías de los primeros depredadores gigantes eran voraces asesinos

EP

Lunes, 4 de junio 2018

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Las crías de los primeros depredadores gigantes en la historia de la Tierra, los artrópodos radiodontanos, también tenían la capacidad de ser asesinos voraces.

Algunos de los primeros depredadores que patrullaban los océanos hace más de 500 millones de años también son algunos de los animales más grandes que han vivido en ese momento. Sin embargo, un nuevo estudio fósil liderado por Jianni Liu de la Universidad del Noroeste de Xi'an en China, ha demostrado que sus pequeños bebés también eran excelentes asesinos. Los hallazgos se publican en 'National Science Review'.

El «espeluznante» grupo animal llamado Arthropoda, que incluye arañas, insectos y crustáceos, ha sido la inspiración para muchos monstruos de ciencia ficción, en gran parte debido a sus apéndices de aspecto aterrador. Algunas de las especies de artrópodos más antiguas y más primitivas pertenecen a un grupo llamado Radiodonta («dientes radiantes»), que estaban armados con grandes apéndices esporádicos (aprisionantes) en la parte frontal de la cabeza y una boca circular adornada con dientes. como serraciones. Estos animales, incluidos los famosos Anomalocaris, son considerados los depredadores ápice gigantes de su época, alcanzando longitudes de más de un metro.

Hasta ahora, prácticamente no se sabía nada sobre las crías de los radiodontanos y sus hábitos alimenticios. El descubrimiento de un juvenil excepcionalmente preservado de una especie llamada Lyrarapax unguispinus de la biota de Chengjiang del Cámbrico Temprano (518 millones de años) de China ha arrojado nueva luz sobre este icónico grupo de artrópodos fósiles.

Con solo 18 milímetros de longitud corporal total, este espécimen casi completo representa el radiodontano más pequeño que se haya encontrado. Para sorpresa del equipo de investigación, su anatomía está extraordinariamente bien desarrollada, especialmente los apéndices de agarre espinoso, dándole la apariencia de un adulto miniaturizado.

Esto indica que Lyrarapax unguispinus era un depredador bien equipado en una etapa de desarrollo temprano, similar a los artrópodos modernos como las mantis religiosas, los camarones mantis y los arácnidos. Este descubrimiento confirma que los hábitos alimenticios rapaces en los juveniles aparecieron al principio de la historia evolutiva de los artrópodos.

Este hallazgo fósil también tiene implicaciones importantes para la rápida evolución de los primeros animales hace más de 500 millones de años, un evento referido coloquialmente como la Explosión Cámbrica. Se hipotetiza que la depredación fue un importante impulsor de este evento evolutivo, con los depredadores ejerciendo presiones selectivas sobre las comunidades de animales, obligando a las especies presas a adaptarse y evolucionar o enfrentar la extinción.

El estilo de vida depredador de los jóvenes radiodontanos agrega una mayor complejidad a las redes alimentarias marinas del Cámbrico al ejercer presiones adicionales sobre las pequeñas presas durante esta carrera armamentista evolutiva.

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