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Condenado por degollar a su exmujer, que se salvó por cicatrices anteriores

La Audiencia de Sevilla impone 9 años y 11 meses de cárcel a Juan Rodríguez Hebles, de 79 años, y le obliga a indemnizar a la mujer con 6.900 euros

efe

Viernes, 26 de mayo 2017, 19:21

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La Audiencia de Sevilla ha condenado a 9 años y 11 meses de cárcel a un anciano de 79 años por un delito de intento de homicidio contra su exmujer, que se salvó de la muerte porque la ropa y las cicatrices de un anterior intento de asesinato impidieron que la navaja profundizara en su cuello.

En la sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, la sección cuarta de la Audiencia también condena a Juan Rodríguez Hebles a indemnizar a la mujer, de 74 años y de la que está divorciada, con 6.900 euros y a que se acerque a menos de 500 metros durante quince años.

Tras el primer intento de asesinato, ocurrido en el año 2000, el hombre cumplió nueve años de prisión tras asestarle 22 puñaladas, algunas de las cuales provocaron unas cicatrices que en la segunda agresión han permitido que le salvara la vida porque la dureza de la piel impidió que la navaja profundizara en el cuello.

El condenado atacó a la mujer por segunda vez el 19 de septiembre del 2016 en San José de la Rinconada (Sevilla), y le propinó varios navajazos "donde podía", algunos de ellos en el cuello.

La sentencia explica que no logró matarla "debido en parte a que el cuello estaba protegido por la ropa que vestía y en parte a que la mujer presenta en esa zona induraciones por las cicatrices de las heridas sufridas en ese mismo lugar en el año 2000".

"Por un azar caprichoso, pero ajeno a la voluntad del acusado", las induraciones de las cicatrices en el cuello "ayudaron en esta ocasión a evitar un resultado más grave", precisa la sentencia.

En el último ataque, afirma la sentencia, que ha sido recurrida en casación, el condenado intentó hasta en tres ocasiones matarla cortándole el cuello, y para ello la esperó a que sacara la basura de su casa y la abordó por la espalda con una navaja.

"En realidad, el tribunal tiene la convicción de que el acusado pensaba que había logrado su objetivo, al ver a su esposa inmóvil en el suelo, y sólo le restaba esperar al inminente fallecimiento tras desangrarse por los tres cortes que creía haberle ocasionado en el cuello y los restantes pinchazos que le había lanzado a otras zonas vitales", señala la sentencia.

El acusado cesó la agresión al verse rodeado por testigos que le increpaban y le intentaban agarrar el brazo, como dijo en el juicio, en el que también explicaron que la mujer se quedó parada haciéndose la muerta.

Tras la agresión, la mujer sufrió una herida de dos centímetros en el cuello que requirieron puntos de sutura, varios hematomas en el pecho y heridas de defensa en la mano que también necesitaron puntos.

Después de los dos ataques, el tribunal señala que la vida de la mujer ha debido ser "un verdadero infierno, provocándole con este último delito daños psíquicos de difícil recuperación".

La sentencia afirma que el condenado padece "impulsividad, agresividad, ansiedad, egocentrismo" y además es "posesivo y explosivo social". EFE

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