Borrar
La experiencia de vivir en una familia valenciana

La experiencia de vivir en una familia valenciana

Estudiantes de intercambio aprenden el idioma, cultura y costumbres en hogares de la Comunitat

m.c.

Sábado, 10 de diciembre 2016, 13:29

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Yandi y William son dos de los 15 estudiantes de intercambio que pasaron el curso 2015-16 en la Comunitat con la organización internacional sin ánimo de lucro AFS-Intercultura. El primero vino de Indonesia y el segundo de Estados Unidos, hasta Almassora (Castellón) y l'Eliana (Valencia), para aprender el idioma, las costumbres y las tradiciones valencianas a través de una inmersión total: viviendo con una familia valenciana que de forma voluntaria los acogió en su hogar como un hijo, hermano, nieto, primo y sobrino más. No se me ocurre otro sitio mejor donde haber podido vivir esta aventura. Me considero muy afortunado. Llegué a integrarme tanto que me convertí en un gran fan del Valencia CF y espero poder seguir la nueva temporada desde Estados Unidos, cuenta William, de 16 años.

Lo mismo opina Yandi, que aprendió español y valenciano durante su estancia. Me gustó aprenderlo porque mi familia y en mi instituto lo hablaban y así me sentí como un valenciano más. A pesar de venir de un país que casi no tiene nada en común con España, Yandi se adaptó a los horarios, las comidas y las celebraciones valencianas rápidamente. Para mí fue curioso llevar zapatos dentro de casa, comer cinco veces al día y cenar a las 10 de la noche, pero al final me hice a esa costumbre.

Para William y Yandi fue un descubrimiento su destino. Sin embargo, cuando vino Ayana un año antes desde Japón a vivir a casa de Lucía, en Valencia, sí sabía dónde venía. Tenía muchísimas ganas de conocer la Lonja y le encantó nuestra gastronomía, cuenta su 'hermana' española, que estudió un año antes en Estados Unidos.

El principal apoyo

Los cuatro coinciden en que para que ésta sea una experiencia de éxito es esencial contar con una familia de acogida motivada y con ganas de apreciar y aprender de las diferencias. Lucía, que ha vivido el intercambio como estudiante y como familia anfitriona, remarca que ésta es el apoyo principal, aunque después se harán más o menos amigos, pero al final con quien sigues en contacto es con la familia. Los programas de intercambio crean lazos de por vida tanto entre las familias y los estudiantes como con el lugar donde se ha desarrollado. Me ha abierto los ojos. Me ha hecho aprender no sólo cosas nuevas, sino también lecciones de la vida, sentencia Yandi.

Para las familias anfitrionas es una oportunidad de aprender sobre el mundo, sobre otras costumbres y tradiciones y, sobre todo, a verse a ellos mismos a través de los ojos de otro. El programa de recepción está abierto a todo tipo de familias: monoparentales, del mismo sexo, con o sin hijos y con mascotas o sin ellas.

En septiembre, 123 jóvenes de 20 países llegarán a España con esta organización formada por voluntarios y creada en 1953. Convivirán con sus familias anfitrionas, asistirán al instituto y aprenderán más sobre ellos y sobre nosotros. Ocho de estos estudiantes, procedentes de Dinamarca, Finlandia, Hong Kong, Indonesia, Islandia, Holanda, Alemania y Polonia, se quedarán en la Comunitat Valenciana.

Al mismo tiempo, 13 valencianos partirán a Estados Unidos, Canadá y Sudáfrica a vivir una experiencia única. Muchos de ellos encontrarán allí una segunda familia, un segundo hogar. Hay que ir con la mente abierta porque vas a vivir cosas que ni te han contado que podrían ocurrir, recomienda Carla, una valenciana que vivió su experiencia en Sudáfrica en 2015. Todos los estudiantes de intercambio coinciden en que esta experiencia te cambia para siempre. Te vas para aprender el idioma y resulta que aprendes muchas cosas más sobre la vida, resume.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios