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Jueves, 27 de octubre 2016, 11:17
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Aunque está más que demostrado que el microondas es un electrodoméstico totalmente seguro, no vale para todos los alimentos. Las temperaturas intermedias provocan cambios en algunas comidas que pueden ser purjudiciales para la salud en mayor o menor medida. Algunos de ellos te los contamos a continuación:
Los nitratos presentes en las espinaca, el apio y la remolacha, por ejemplo, pueden volverse cancerígenos cuando se los calienta por segunda vez.
Las proteínas presenten en huevos y champiñones, si se vuelven a calentar, pueden resultar tóxicos y producir hinchazón y dolor de estómago por lo que es mejor que si han sobrado, se tomen fríos.
Lo mismo ocurre con la composición de las proteínas del pollo , que se modifican casi por completo cuando pasan por el microondas, lo que podría causar problemas gastrointestinales. En caso de no consumirlo en el tiempo recomendado, puedes optar por comerlo frío o calentarlo pero a una temperatura muy baja.
Los cambios de temperatura en las patatas cocinadas pueden desarrollar la toxina botulínica, además de alterar su sabor y reducir sus propiedades. Si ha sobrado algo se puede guardar en la nevera y reutilizar después en ensaldas o purés.
La manera en que almacenas el arroz resulta crucial, ya que este cereal crudo contiene restos de bacterias capaces de resistir a la cocción. Si se expone a temperatura ambiente, o a las intermedias del microondas, las bacterias se pueden multiplicar y causar diarreas y vómitos.
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