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EFE
Jueves, 29 de septiembre 2016, 21:46
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La Oktoberfest de Múnich ha acogido a medio millón de visitantes, jornadas marcadas por la lluvia que dominó el primer fin de semana y por los reforzados dispositivos de seguridad por temor a ataques yihadistas.
"La situación meteorológica ha afectado especialmente a los expositores. Esperemos que mejore el tiempo", indicó hoy el alcalde de Múnich, Dieter Reiter, ante las protestas expresadas por las empresas que tienen sus puestos en el recinto, sean de comida, bebida o atracciones.
Sin estos expositores "no sería posible la Oktoberfest", admitió el alcalde, tras mostrar su comprensión hacia esas reacciones.
Aproximadamente medio millón de visitantes acogió la popular fiesta cervecera bávara el pasado fin de semana, el primero de la presente edición, lo que supone aproximadamente la mitad de los que ha recibido en años anteriores.
El arranque de la Oktoberfest estuvo marcado por las imágenes de los asistentes protegidos por paraguas o impermeables, así como los controles de seguridad a que debía someterse todo visitante en los accesos a su recinto.
De acuerdo con las estimaciones de años anteriores, la Oktoberfest esperaba una asistencia de hasta seis millones de personas hasta su cierre, que tendrá lugar el 3 de octubre.
Las autoridades locales han previsto un despliegue de unos seiscientos agentes de policía para velar por la seguridad de la fiesta, cien más que el año pasado.
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