Borrar
Urgente Lluvia de premios con la Primitiva del jueves que entrega un premio de 46.550 euros en una administración de Valencia
Burjassot, Godella, Rocafort, Náquera y El Vedat, lugares de veraneo de la burguesía

Burjassot, Godella, Rocafort, Náquera y El Vedat, lugares de veraneo de la burguesía

La inauguración del tren Valencia-Bétera explica que muchas familias optaran por esta ciudad para veranear

PPLL

Sábado, 13 de junio 2015, 00:33

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La playa no fue el único lugar escogido por la burguesía de Valencia para descansar en verano. A finales del siglo XIX y principios del XX esta clase social instaló sus segundas residencias en los alrededores de la ciudad como Bétera, Náquera, Torrent y Burjassot. Todas ellas próximas a Valencia, tranquilas y que gozaban de buenas comunicaciones.

La inauguración del tren Valencia-Bétera explica que muchas familias optaran por esta ciudad para veranear. Allí construyeron sus casas y masías que destacaban por sus detalles, características y comodidades, de las que no disfrutaban el resto de habitantes. En la actualidad todavía se pueden contemplar algunos ejemplares de aquella época, unos en uso y otros bastante abandonados.

Otro punto de concentración de la burguesía en los meses estivales fue Burjassot, donde se asentaron numerosas personalidades que dieron lugar a una época de esplendor cultural en torno a la década de 1930. Así, los padres de Vicente Blasco Ibáñez construyeron hacia 1880 un chalet que aún se conserva y el también escritor Hernández Casajuana. Más tarde, el tenor Giaccomo Lauri Volpi y su esposa, la cantante María Ros, el escultor Francisco Marco Díaz-Pintado, o el que fue primer director de la Escuela de Artes y Oficios de Burjassot, académico y fundador del museo de cerámica que lleva su nombre, Manuel González Martí.

La vecina Godella también acogió a muchas familias de la alta sociedad y personajes destacados como el pintor Ignacio Pinazo Camarlench. Entre las viviendas modernistas destacan, por ejemplo, la elegante Villa Eugenia, en lo alto de la subida de la Ermita. Rocafort fue otro punto de concentración de la clase más acomodada de la ciudad.

En l'Horta Sud, el Vedat de Torrent se convirtió en otro núcleo de veraneo. Tanto en el siglo XIX como en el XX es habitual la visita de personajes ilustres para degustar una paella a restaurantes tan tradicionales como La Torreta. Desde la Edad Media siempre ha sido un lugar de tradición turística por su cercanía con Valencia, las buenas comunicaciones y la calidad de sus aguas. El municipio se convirtió en un atractivo lugar para la burguesía valenciana que establece allí su segunda residencia. Hoy sigue contando con un importante núcleo de población que supera las 10.000 personas.

Otro ejemplo lo encontramos en Nàquera, en la comarca de Camp de Túria, donde a principios del siglo XX su economía comenzó a cambiar y se convirtió en un lugar idílico. Surgieron así los primeros chalés en la zona del paseo de las Delicias, creándose la primera urbanización del municipio: la Carrasca.

Por otro lado, muchos burgueses con negocios en la naranja levantaron casas de descanso en l'Horta, junto a sus campos, para disfrutar de la naturaleza y respirar aire puro. Junto a las barracas, los graneros y el resto de arquitectura rural, llama la atención las alquerías señoriales. Edificios, en ocasiones lujosos, que la burguesía valenciana empleaba tan solo como residencia estival.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios