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Una mujer se queda en silla de ruedas por usar una brocha de maquillaje prestada

Una mujer se queda en silla de ruedas por usar una brocha de maquillaje prestada

La joven, de 27 años, se infectó de estafilococos y la bacteria se extendió a la columna vertebral

LAS PROVINCIAS

Miércoles, 8 de abril 2015, 19:15

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Jo Gilchrist es una mujer de 27 años de Warwick (Australia). Ella, como cualquier persona en su situación, no pudo imaginar, ni por asomo, que el simple hecho de usar la brocha de otra persona le dejaría en silla de ruedas. La joven se infectó de estafilococos debido a que la amiga que le prestó el utensilio tenía la cara infectada. Sin embargo, se lo detectaron demasiado tarde y la bacteria se extendió a su columna vertebral.

En un principio, Gilchrist achacó los dolores en la espalda a una mala postura. Pero según cuenta The Independent, las molestias se tornaron cada vez más graves, hasta el punto de que la joven perdió la sensibilidad en una buena parte de su cuerpo. «Creí que me iba a morir, literalmente», explica a la revista Warwick Daily News. Fue a un hospital de su localidad, pero no le supieron detectar la causa de su problema, por lo que pidió ser trasladada a otro centro más grande. Su estado llegó a tal nivel que un helicóptero tuvo que llevarla al otro hospital, donde le indujeron a coma. Fue entonces cuando fuentes médicas le comunicaron que estaba infectada de estafilococos dorado (Staphylococcus aureus). Gilchrist, incluso perdió el control de su vejiga y del intestino.

Este tipo de bacteria se transmite a través de infecciones en la piel como foliculitis, forúnculos, impétigo y celulitis. Gilchrist usó la brocha de su amiga, precisamente, para disimular un grano de su rostro. «Yo estaba con mi sistema inmunológico debilitado y fue el caldo de cultivo perfecto para la bacteria», explica la joven.

Después de casi tres meses desde que enfermó, los profesionales sanitarios siguen tratando de eliminar los microorganismos causantes de esta infección. Aún le quedan por delante otros tres meses de fuerte tratamiento a base de antibióticos, ya que se enfrentan a una bacteria muy difícil de combatir por su resistencia a los medicamentos. A pesar de todo, la protagonista da gracias a que la patología no ha llegado a afectar a su cerebro, lo que le habría provocado la muerte.

Gilchrist, quien tiene un hijo de dos años, cree que puede mejorar: «me dijeron que nunca iba a poder caminar de nuevo, pero he podido mover los dedos del pie». Además, se muestra desafiante ante lo que ella considera una dura prueba. «Todo sucede por una razón, definitivamente tengo mi pelea de regreso a la vida», publicó en su Facebook.

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