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Evo Morales durante la celebración del Día del Mar, en La Paz.
El mar por decreto

El mar por decreto

El Gobierno de Bolivia impone a los escolares la lectura de un libro que reivindica la salida al Pacífico que hace 136 años perdió contra Chile

j. luis álvarez

Domingo, 29 de marzo 2015, 17:07

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El Gobierno de Evo Morales está empeñado en que los escolares bolivianos no olviden que el país tuvo una salida al mar, en este caso al océano. El paso lo perdieron durante la llamada Guerra del Pacífico (1879-1884) en favor de Chile. Para mantener viva esa reivindicación en las conciencias de las futuras generaciones, Morales ha anunciado que el Libro del Mar será declarado de «uso obligatorio» en todos los centros educativos.

Los bolivianos, que lucharon junto a Perú contra Chile, no aceptaron nunca aquella derrota por la que perdieron 120.000 kilómetros cuadrados de su territorio. Eso les dejó sin los únicos 400 kilómetros de litoral que tenían. Según enfatizó Morales durante el acto central del Día del Mar, «no fue una guerra, fue una invasión, una agresión perpetrada por el uso de la fuerza bélica y por el interés de grandes empresas de capitales ingleses ante una nación de vocación pacifista». Y es que en esas tierras costeras había y hay abundantes salinas, junto a yacimientos de cobre, metal considerado hoy como uno de los más valiosos del mercado.

Ahora 136 años después, el Gobierno bolivariano quiere que la lectura de ese libro sea «una obligación patriótica» para que los más jóvenes conozcan el «significado de la invasión chilena sobre el acceso soberano al océano Pacífico». El Libro del Mar, editado en 2014, fue escrito por un equipo dirigido por el expresidente boliviano Carlos Mesa, en el que tomaron parte historiadores y expertos en Derecho. En las páginas del libro -que tendrá que ser estudiado por escolares de hasta 16 años- se recogen todos y cada uno de los argumentos del país para reivindicar esa salida al mar, motivos que son formalmente esgrimidos ante la Corte Internacional de Justicia para reclamar unos derechos que perdieron al término de la guerra, en un tratado de paz que se firmó en 1904. El documento establece las fronteras de los países contendientes.

Además, pese a las actuales protestas de Bolivia, regularizaba el corredor de Atacama: los bolivianos tendrían una servidumbre de paso hasta el Pacífico y los chilenos se comprometían a construir un ferrocarril entre La Paz -a más de 3.000 metros de altitud- y Arica. El pacto fue sancionado por los parlamentos de ambos países, por lo que desde el lado chileno no hay motivo para reivindicar el territorio perdido ya que el acuerdo solo contempla un corredor. Un contencioso que recuerda de lejos la reivindicación territorial española sobre Gibraltar.

Con el paso de los años, chilenos y bolivianos han tratado de limar asperezas. La última vez tuvo lugar en 2006, cuando el propio Morales y la entonces presidenta Michelle Bachelet trataron de abrir una negociación. En los fastos del Día del Mar, Morales incidió en que Chile, «a través de sus más altas autoridades y en reiteradas ocasiones se comprometió a dar a Bolivia un acceso soberano al mar». Ante estos fracasos, el Gobierno de Bolivia interpuso el recurso ante la Corte Internacional de Justicia, por el que reclama que Chile negocie «un acceso soberano al Pacífico». La vista de la causa tendrá por fin lugar entre el 4 y 8 de mayo, y entonces hablará la justicia.

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